Preocupante, doloroso, indignante, patético, ...Se me ocurren muchos adjetivos más ( tal vez sea fruto de que yo si tuve unos profesores que impartían las materias en las que estaban titulados), esta pobre mujer da claases como pùede de un idioma que desconoce a chavales que se supone no han visto recortada la calidad de su enseñanza.

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"Ya me sé los números y los colores en francés, que será lo que dé la
semana que viene", contó Nadia Saffouri, docente en un instituto
madrileño.

Lo dicho duele ver esto.

Es un caso extremo y bastante sangrante, por absurdo.

Que los profesores tengan que impartir materias que no han estudiado o para las que no tengan cualificación es una gran lacra de la enseñanza que ahora -más que nunca- se denuncia.........

Pero esa no es la cuestión......... Esto que ha sido así "tradicionalmente" en nuestro sistema educativo, sin embargo, era muy bien visto (y ráramente denunciado) cuando te aferrabas a un interinidad, fuese la que fuese, independientemente de la materia.

Y ahora, que únicamente, lo que se le exige al profesorado es que CUMPLAN CON LAS HORA LECTIVAS que recoge su convenio, dentro de la legalidad y lo que estaba pactado, ahora, curiosamente, o no, sale toda esta MIERDA fuera.............



Ahora que quienes han sido partícipes de promover un sistema de enseñanza mal diseñado y con todo tipo de aberraciones, pero que tomaban el sueldo (muy bueno, por cierto) sin importarles lo demás lo más minimo, ahora que peligran sus puestos de trabajo, o que les piden una horita más (de las poquísimas que hacen respecto a un trabajador normal), ahora salen a la calle, convencen a padres y a alumnos, y ahora si, son todos uno.....

Pues no, amigos..........

Miren, el SISTEMA de enseñanza es una cosa y está mal, fatal, no ahora sino años y años atras y debe corregirse para que haya profesores suficientes para las diferentes materias, y las CONDICIONES laborales del profesorado es otra cosa bien diferente, que nada tiene que ver, especialmente, si lo único que se les pide es que CUMPLAN con sus contratos y convenios, en un momento en el que sus condiciones laborales y sus sueldos, pueden pefectamente calificarse de privilegiadas.