... para la persona realmente correcta y educada no existe el problema de cómo actuar ante el público, por la sencilla razón de que se comporta exactamente igual delante de la gente que a solas consigo mismo.

... no hay que exigir más de lo debido a quienes accidentalmente están a nuestro servicio: vendedores, taquilleros, funcionarios o cobradores de autobús. Pensemos que están realizando un trabajo durante horas y horas; que han de tratar con muchas personas y contentar a todos lo cual es casi imposible, y, por encima de todo, debemos tener en cuenta que son hombres y mujeres como los demás.

... en caso de ser nosotros quienes estemos detrás de un mostrador o de una ventanilla, no debemos nunca olvidar que vivimos del público, y nos debemos a él.

... tanto si prestamos servicios a alguien, como si los recibimos, tengamos en cuenta el tener siempre a flor de labios las dos palabras mágicas que todo lo consiguen: "por favor" y "gracias", junto a nuestra mejor sonrisa.

El Postiguet

Ciertamente.

En esto estoy de acuerdo

"... no hay que exigir más de lo debido a quienes accidentalmente están a nuestro servicio: vendedores, taquilleros, funcionarios o cobradores de autobús. Pensemos que están realizando un trabajo durante horas y horas; que han de tratar con muchas personas y contentar a todos lo cual es casi imposible, y, por encima de todo, debemos tener en cuenta que son hombres y mujeres como los demás."

pd: el primer fragmento me ha recordado esto (o mejor dicho al revés) aunque no tiene mucho que ver porque yo no lo aplico a la educación pero bueno, lo dejo igual

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(Continuación)

... en el restaurante ocuparemos nuestra mesa después de haber saludado discretamente al entrar, sin dirigir inquisitivas miradas a los demás comensales ni a sus platos. Si hay guardarropa u otro lugar adecuado, dejaremos allí nuestras prendas de abrigo y sombreros, en lugar de inutilizar con ello varias sillas.

... los establecimientos públicos son lugares donde todo el mundo tiene derecho a disfrutar de cierta tranquilidad, sin molestar a los demás. Por lo tanto, si vamos con niños, tenemos la obligación de impedir que alboroten, teniendo presente que los demás nos juzgarán a través del comportamiento de nuestros hijos.

... la regla básica de "no molestar al prójimo" tiene su más especial indicación en los espectáculos públicos. A nadie le gusta tener que levantarse de su asiento a media función para dar paso a un rezagado, ni soportar los comentarios de un vecino de localidad.

El Postiguet

teniendo presente que los demás nos juzgarán a través del comportamiento de nuestros hijos.

  Bueno ya, apago mi modo empático porque es descojonante esto