He puesto ese nombre para englobar a todos los robots-cocina que han salido últimamente al mercado. Me refiero a los que solamente cocinan (no trituran, ni mezclan, ni cortan, ni baten).

Ya sabéis que yo soy de cocina tradicional, pero eso no quiere decir que no vaya probando inventos, y si me gustan, los utilizo. Quizá no para todo lo que recomiendan, pero sí para algunas recetas en las que he podido comprobar que me ahorro tiempo, pasos o limpiadores. Por ejemplo, las legumbres en una Thermomix no se me antojan las mejores, prefiero el fuego lento, y si hay prisa, una olla expréss (creo que dos veces he usado la olla para eso).
Tenía ganas de probar un robot de estos, y me han prestado uno. Después de mirar las instrucciones, y sobre todo el librito de recetas, concluyo que lo que llaman "funciones" (sofreir, horno, vapor, calentar, arroz-pasta, guisos, etc) consiste tan sólo en aplicar mayor o menor temperatura a la cubeta donde se aloja el alimento, con lo que ya no iba yo tan confiada.

Así que probé con algo sencillo: Un bizcocho. Incluso, escogí una receta del libro, para ser más fiel a sus recomendaciones, ya tendré tiempo de experimentar.
Batir todos los ingredientes, engrasar la cubeta, volcar la masa, y darle a dos botones Horno-Start. Automáticamente me indica el relojito que va a estar fraguando el tema durante 45 minutos.

Y os quiero contar el resultado.
Bueno, el bizcocho ha subido, pero no se ha dorado por arriba, da la sensación de que está a medio hacer. Para comprobarlo, pincho con palillo, y sale seco. Está hecho, pero esperaremos a que se enfríe. Lo coloco sobre una rejilla y espero para cortar.

Al corte, veo que está hecho, pero por abajo (donde está la fuente de calor) está algo más seco que por arriba. Corto un trozo, y me da la sensación de que es algo "gomoso". Pruebo.

Desde muy lejanamente percibo el aroma de limón, apenas nada (y lleva la ralladura y el zumo de un limón, debería saber a limón), pero la textura es elástica, y me sabe a harina cruda, como la de la bechamel mal hecha.
Conclusión: El bizcocho está cocido, no asado. Para una persona que no se atreva a usar un horno, puede servir. Pero lo aromatizaría bastante más, bien añadiendo más limón u otras especias (vainilla, canela) o sustituyendo aceite por mantequilla.

Mi gozo en un pozo con este primer experimento; prefiero el bizcocho tradicional que mi horno me hace con todo el cariño.
Aun así, igual hay algo que sí hace bien la maquinita ésta.
No me rindo; quiero probar a hacer un arroz y una tortilla de patata, a ver qué tal.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]