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Quizás sea por mi condición de no entregarme nunca a política partidista, y tener una idea de lo que es un verdadero político tan al margen de lo que hoy son, me gane antipatías, porque no aplaudo a derecha ni izquierda ya que no les veo dispuestos a solucionar problemas, sino más bien a crearlos.
 
Quien piense que en mí hay un milígramo, o un átomo, de simpatía hacia Falange Española, sinceramente si lo cree por mis palabras es un necio o no sabe leer. Si hay algún partido, y alguno hay, que me gustaría no existieran, es éste, por fascista y por todo el tiempo en que viví bajo su yugo y sus flechas. Pero…
 
Y ahora viene mi indignación. Primero diré que mi ciudad, y posiblemente muchas de España, se ha visto desde hace unos años, tanto en postes de farolas, o de semáforos u otros cualesquiera, llena de publicidad, muchas veces fotocopias, con personas que se ofrecen para esto o lo otro, empresas de cerrajería, carpintería, viajes y un larguísimo etcétera.
 
Esta “moda” la importaron los argentinos, pues hubo un tiempo, unos quince años más o menos, que a Alacant llegaron muchas personas de la nación hermana, profesionales de todo tipo, y de oficios muy diversos, y el uso de las farolas y postes para su publicidad comenzó a usarse, moda que se extendió también entre los locales.
 
En cierta ocasión propuse al Ayuntamiento, sobre todo para las personas modestas que no pueden publicitarse de otra manera, colocar unos paneles en determinados lugares estratégicos para que en ellos se publicitaran, paneles que podrían estar promocionados por alguna Empresa para que al municipio no le costara ni un céntimo y conservar la limpieza. Por supuesto estas cosas no interesan a los políticos y no se me hizo el menor caso. Las farolas, semáforos y postes siguieron empapelados dando el aspecto de ciudad tercermundista.
 
Y ahora viene mi indignación. El día siguiente a las elecciones catalanas que ganó Ciudadanos (y aquí ya lo comenté) la ciudad, en su zona centro, amaneció con pegatinas de Falange Española por todos los postes de farolas, semáforos y otros. La sola vista del yugo y las flechas me revolvió las tripas.
 
Pero ahora, este Ayuntamiento de izquierdas “está estudiando” la manera de multar a Falange por utilizar el espacio y los bienes públicos” y digo yo ¿AHORA? ¿por qué? ¿por que los ha utilizado el enemigo?... Me parece demencial la idea, y eso que ojalá no hubiese visto, como aún veo, esas pegatinas con el símbolo fascista español.
 
Esto no es política, porque de haber existido una ordenanza prohibiendo el uso de esos espacios, sí sería motivo de una multa, pero si las farolas están llenas de anuncios de todo tipo, donde hay hojas con cortes con los números de teléfono para llamar a muchísimas empresas y personas particulares.
 
Sí, sé que es una minucia, pero el hecho de estudiar, ahora, una multa, y solo a Falange, me parece una locura, un despropósito, porque, y esto lo he dejado para el final, el Partido Comunista fue colocando sobre ellas su propia pegatina, aunque aún se ven la de los fascistas, y del de la hoz y el martillo no se ha dicho nada.
 
Como siempre digo, el revanchismo no es política; pero por desgracia no nos lo quitamos de encima. Ni de una parte ni de la otra. Es la desgracia de nuestro país.

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Plumero a la vista.

Salud y República.