Hoy toca: "cómo se pide la sidra":



Salú y República.

Pragmatismo asturiano:

Los asturianos somos pragmáticos, incluso en las conversaciones. Veamos un ejemplo:

Una conversación normal entre madre e hijo. Primero pongámonos en antecedentes: el hijo está en el servicio, haciendo sus necesidades, la puerta está cerrada y el interruptor de la luz está, sin que nadie tenga una explicación lógica, fuera del servicio. La madre que pretende entrar en el servicio, lo primero que hace es accionar el interruptor (por supuesto apaga la luz) y luego intenta abrir la puerta. Se establece entonces una pequeña conversación:

Hijo: - Madre, haga el favor que volver a encender la luz que estoy en el servicio.
Madre: - Perdona, hijo, no me había dado cuenta. Avísame cuando acabes.

Un desperdicio oratorio. En Asturias la misma conversación se reduce a lo siguiente:

Hijo: - ¡Eh!
Madre: - ¡Ah!

Y el resultado es el mismo, eso sí, con un ahorro importante de vana palabrería.

Salú y República.