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    Es la Deuda un mito ?

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    Mensaje por Rhhevoltaire Sáb Ene 14, 2012 5:46 am


    La deuda como mito


    http://filosofia-viva.blogspot.com/2011/10/la-deuda-como-mito.html



    En este caso, uso la palabra "mito" en su acepción antigua:
    1- Fábula, ficción alegórica, especialmente en materia religiosa;
    2- Relato o noticia que desfigura lo que realmente es una cosa, y le da apariencia de ser más valioso o más atractivo;
    3- Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. (RAE)

    Durante
    la era napoleónica se instauró en Europa, y hoy en el mundo, un
    racionalismo delirante que provocó una nueva declinación del hombre: el
    héroe, el poeta, el artista, el ideal mismo del creador, pasó a ser
    visto como algo fuera de la realidad, cosa de jóvenes, tontería
    infantil. Las altas miras son sueños, pérdida de tiempo. Marxismo,
    positivismo, capitalismo, son nombres que incluyen en sus definiciones
    reducciones de la realidad.
    Una de las causas, tal vez la más
    importante, de la muerte de Orson Welles, fue el estrés causado por sus
    problemas financieros: Cada una de sus películas, muchas inconclusas,
    fue una lucha contra el poder del dinero.
    No es sorprendente el
    atractivo que generan las películas y novelas con temas medievales o
    fantásticos, en las cuales podemos ver como fundamento la exaltación de
    valores: caballerosidad, honor, valentía, justicia, palabra.
    En el
    capitalismo será apreciada la persona que gaste. Poseer es prestigioso.
    El sistema se encarga de grabar en las mentes lo bueno que es acumular
    bienes, pero bienes de consumo, que necesariamente deben ser obsoletos
    lo antes posible. No por nada los objetos son cada vez más frágiles y
    contienen cada vez más partes falibles. Y si no es así, el sistema
    logrará hacer pensar que ese objeto ya no sirve y que es deseable otro
    nuevo.
    Si uno debe mucho y a la vez paga mucho, será bien recibido por usureros y bancos, será respetado y considerado.
    Si uno posee muchos objetos nuevos, será admirado y envidiado.
    Es decir, con dinero se alcanza lo que antes se alcanzaba con actos heroicos y nobles.
    El prestigio puede comprarse.
    Deber y pagar es garantía de seriedad, responsabilidad y honradez.
    Honrar
    la deuda supera el honrar la vida. Está bien visto el someterse a
    privaciones, a veces crueles, para pagar. El acreedor, curiosamente, no
    necesita honrar nada. Exige, reclama, castiga. Le importa poco la
    situación del deudor. No es su problema. El acreedor es un dios brutal y
    muchas veces es un dios de los ejércitos.

    El incauto, el soñador, el
    que confía en sus propias fuerzas y en el futuro, contrae una deuda con
    cláusulas que no maneja y desconoce por más que las lea. Las variables
    económicas están fuera de su poder y con respecto al hombre de a pié,
    son un azar que está siempre en su contra. Y con respecto a los
    gobiernos, éstos no siempre saben qué es lo que planean los auténticos
    dueños del dinero.
    Todos se endeudan: individuos, empresas, estados.
    Lo hacen para acceder a bienes sobrevaluados y generalmente obtenibles
    de otra manera. Y peor aún, toman deudas para pagar deudas. Se supone
    que la única forma de crecer es adquiriendo con dinero ajeno olvidando
    que, al terminar de pagar la deuda, si se llega a ello, se encontrará
    con que el bien adquirido ha costado varias veces su precio y que a la
    vez se ha desvalorizado.
    El usurero, y todos los banqueros lo son, es el que maneja las variables.
    La
    mayor de las variables es la propia capacidad de pago, pues el deudor
    está sujeto a todas las posibilidades negativas: crisis, guerras,
    debacles, recesiones, despidos, robos, y cuanta cosa puede uno
    imaginarse. La falta de pago será luego una nueva calamidad. El acreedor
    simplemente ejerce su poder para recuperar lo prestado. Lo hará de una
    forma u otra. Siempre legalmente, porque las leyes y las costumbres
    hacen del deudor una especie de paria semi delincuente. El acreedor, a
    los ojos del pueblo, no hace más que pedir lo justo.
    Los bancos son
    aspiradoras de dinero. Si cobran más de lo que prestan, se entiende que
    cada vez acumulan más capital, que a su vez prestan nuevamente. Para
    mantener el flujo del circulante no queda otro remedio que imprimir más
    billetes. Los bancos generan inflación.
    Es un hecho que una persona
    presta al banco (depósito) con un interés x y toma prestado (crédito)
    con un interés x multiplicado por una variable que el mismo banco fija.
    Es decir, la sociedad toma prestada su propia riqueza. El individuo no
    lo percibe porque no se considera parte de un grupo, no siente que forma
    parte de la sociedad. No por nada la publicidad de los bancos es
    profundamente individualista. Es la sociedad en su conjunto que, cegada
    por el mito de la deuda, no sabe que le presta al sistema bancario sus
    dineros y toma ese mismo dinero en préstamo pagando varias veces su
    deuda. A nivel estatal, se termina viviendo para sostener a un grupo
    parasitario que arruina la moneda, arruina así al trabajo y se apodera
    finalmente de los bienes tangibles.
    El hombre pierde su casa, auto o
    lavarropas que ya pagó; la empresa, más poderosa, solventa los intereses
    que paga aumentando el precio de sus productos, disminuyendo su calidad
    o explotando más al obrero. El Estado, a través del gobierno, esclavo
    de la opinión, se entrega atado de manos en aras de la "eficiencia" pues
    debe rendir cuentas a un electorado que no puede ver lo que está
    ocurriendo.
    Vemos lo que pasa en Europa y Estados Unidos.
    Se
    presta dinero en hipotecas impagables; los bancos piden auxilio cuando
    deberían hacerse cargo de las pérdidas como lo hace cualquier persona;
    los Estados aportan fortunas inmensas a esos bancos, fortunas que salen
    del trabajo de sus ciudadanos. Y luego, esos Estados hundidos en deudas
    deben aceptar condiciones de los bancos que han fallado escandolosamente
    y a los cuales los Estados mismos han salvado de la ruina.
    Una
    locura desatada en nombre de la razón. La razón de la deuda. Porque si
    se ha firmado un papel, se debe cumplir con lo firmado aunque eso
    implique la vida misma. Se parece mucho al pacto con el Diablo en el que
    siempre gana el Diablo, aunque los beneficios para el firmante parezcan
    inmensos.
    Y todo basado en un mito: una deuda es cuestión de honor y el que no paga es despreciable.
    Está tan arraigado en nuestras mentes que nos resulta natural y honroso que una persona se hunda para cumplir con el acreedor.
    Nos
    resulta natural que el futuro de esta persona y de su familia esté
    condicionado por situaciones fuera de su control pero no azarosas. Es
    decir, bajo el control de otros.
    Que la empresa en que trabaja cierre o no.
    Que lo despidan de ella o no.
    Que pierda la salud o no.
    Que los intereses suban o se mantengan (nunca bajan).
    Que en algún lugar del mundo haya una crisis o no.
    Que la inflación suba más o menos (siempre sube).
    Los Estados trasladan todo a los impuestos o reducen los gastos sociales, que no son gastos, son devoluciones.
    Las empresas trasladan todo a los precios y a los sueldos.
    Los
    individuos trasladan todo a sus propias vidas, bienes y libertad y
    terminan trabajando para unos parásitos en una nueva forma de
    esclavitud. Eso sí, una esclavitud elegante y racional.
    Es el mito de
    la deuda: nací debiendo y la deuda es intemporal, natural, eterna. Sí,
    la deuda es divina. Si está antes de nacer yo, ya que los Estados y mis
    padres ya debían algo, si sigue durante toda mi vida y pasa a mis hijos,
    si el no pagarla significa el oprobio, debo concluir que es lo más
    parecido al pecado original. O a una maldición celestial. Y si el
    racionalismo niega mitos religiosos, no entiendo por qué no niega mitos
    sociales.






    Publicado por
    Luis Alberto Martinez
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    Mensaje por Rhhevoltaire Dom Ene 15, 2012 1:15 am

    Para mi la Deuda es mas o menos lo mismo que las Religiones hacen con sus fieles.

    Hacerles sentirse culpables, culpables e ignorantes ante Dios,ignorantes ante el sistema financiero, insignificantes ante el todo poderoso, insignificantes ante un sistema financiero que te posee sin saber porque ni como...sin poder verificar ni saber si es cierto...Pues es una creencia y todos creen pues no queda otra.

    La informacion viene de los que tienen el Poder..al igual que antes no quedaba otra que creer y hacer lo que Dios decia.

    Hoy Dios es Deuda Dios es mercado...y por el lo daremos todos pues moralmente esta bien visto hundirse para satisfacer al acreedor.
    Rhhevoltaire
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    Mensaje por Rhhevoltaire Lun Ene 16, 2012 7:31 pm

    Es la Deuda un mito ? 775211


    Si nadie contesta es que debe de ser un mito...

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