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Sr don Padro Sánchez: Le recuerdo la letra de un copla andaluza que dice así:

Me lo dijeron mil veces
pero nunca quise ponerle atención,
cuando llegaron los llantos,
ya estaba muy dentro de mi corazón.

Porque señor Sánchez, ¿cuántas veces le dijeron que era darse un tiro en el pie pactar con Podemos? Muchas veces, y desde diversos lugares, y por parte de algunos de sus barones también. Y usted, alma de cántaro, ha creído en ellos, siendo unos falsarios, unos hipócritas, unos folloneros, incapaces de llegar a acuerdos sensatos, más bien buscando el conflicto, el enredo, la provocación, puesto que para lo único que sirven es para la pancarta, el megáfono, y el lio callejero.

Y ahora vienen los llantos. Se ha comido usted el marrón del virus, el problema de la invasión de Ucrania, y cuando las cosas se van normalizando, entregar al PP y a Vox la casa limpia y barrida. ¿Qué poca memoria tiene el ser humano? Porque de tenerla, debiera haber recordado que los comunistas extremistas, siempre vieron al socialismo democrático que usted representa, como el mayor enemigo. ¿Acaso en los años anteriores a la guerra incivil no lo demostraron provocándola? ¿Y años después con Anguita? Pues que el califa de Córdoba prefirió a la derecha conservadora antes que al socialismo. Lo de “programa, programa” era una pantomima ¿o es que el PP tenía mejor programa social que ustedes?

Lo de ahora no tiene nombre. El no nombrar a Iglesias ministro del Interior, y ofrecerle los datos personales e internos de cada español, para hacer uso de las cloacas del Estado en su beneficio, y después echarlo a patadas, lo ha pagado caro. Porque cierta ley, normas y discursos de sus socios podemitas, han ido en la dirección, no de que usted se consolide en la Moncloa (eso es lo que menos deseaban) sino de que usted salga de allí por piernas. Una vez entre el PP de la mano de Vox, sin duda dirán. “Deber cumplido” De nuevo, el odio comunista extremo hacia el socialismo democrático (no el que a ellos le gustaría implantar) se cumplirá. No nos viene de nuevo, la historia no miente. Ha sido usted un pardillo, pues se lo dijeron mil veces.

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