El Postiguet escribió:.

El fin del mundo está cerca

Pues sí, tendrá lugar, según la profecía del calendario maya, el próximo día 21 de diciembre, o sea, que me han estropeado la próxima Navidad con pesebre sin burro ni buey.

La verdad es que uno está hasta el gorro de tanto agorero, porque si saco bien la cuenta, desde el día en que nací hasta hoy, el mundo tendría que haber desaparecido una docena de veces, y ya lo ven, aquí estamos todos, jo…robándonos los unos a los otros.

Visionarios en toda época los han habido, y al parecer no hay visionario que no le guste pronosticar el fin de la vida. Se conocen unas 200 predicciones de este tipo, o sea, 200 locos de remate que son muchos locos para andar sueltos. Uno de ellos fue Mateo, el de la Biblia, que así asustaba a la gente diciendo: “No pasará más de una generación”, pero el problema, siendo grande, no está en esos 200 locos, sino en la de millones de seres humanos que los creen.

Un ermitaño alemán llamado Bernardo de Turingia, inspirado en los textos sagrados, pronosticó el Apocalipsis el día 25 de marzo del año 992. ¿Cuál fue su razón, si es que un loco tiene razón alguna? pues que en ese día se daba la coincidencia de ser el día de la concepción de Jesús, que por otra parte si no intervino macho alguno en ella no entiendo porqué tuvo que durar nueve meses la preñez de María como todo humano, con la muerte del mismo Cristo (era un viernes santo). Su lodo pronóstico fue creíble y en Europa hubo un éxodo masivo hacia las montañas donde los creyentes esperaban encontrar la salvación. Otros huyeron a Tierra Santa. Por otra parte ¿a qué tanto miedo por parte de los creyentes?

Con la llegada del año 1000 hubieron muchas previsiones catastróficas, tal fue así que el 31 de diciembre del 999, una multitud de personas se reunió en Roma para esperar, orando, el trágico desenlace; el origen de esta creencia se basó en la frase del libro del Apocalipsis “mil, no más de mil”.

Otro loco y astrólogo, llamado Juan de Toledo, predijo el fin del mundo para el 23 de septiembre del año 1186; hizo circular una carta, conocida como “carta de Toledo” e invitó a la gente a esconderse en las montañas o cuevas si querían tener alguna esperanza de sobrevivir.

Ahora bien, en esa locura agorera de que el mundo tiene un día final, también cayó un Papa, ese personaje que, a decir de sus seguidores, es infalible. Pues si alguien infalible dice que el mundo se termina, hay que creerle aunque esté más loco que una cabra montesa. Este Papa, llamado Inocencio III (qué loco y qué inocente), hizo la siguiente suma, por una parte el número 618, que es el nacimiento del Islam, y por otra parte el 666, número maldito atribuido a Satanás, Con estos datos, este Papa loco anunció que el final del mundo sería en el año 1254, con suerte para él murió en el año 1198, porque de haber vivido hubiera quedado peor que un cochero delante de sus seguidores.

Han habido agoreros que en su profesión han sido muy respetados, como por ejemplo Johannes Stoeffler, profesor de la Universidad de Tubinga, que anunció el final del mundo para el 20 de febrero de 1524. En ese día coincidiría una reunión de planetas en el signo de Piscis (sigo del agua) y a este loco no se le ocurrió otra cosa que anunciar grandes inundaciones que alcanzarían las más altas montañas, o sea, que ni subiéndose a ellas, con todo el frío que hace allí arriba, el ser humano podría continuar viviendo. Tan creíble fue esa profecía, que el propio Maquiavelo invitó a los habitantes de Florencia a buscar protección junto a los ermitaños que empezaron a construir arcas al estilo de Noé. En Londres unas 20.000 personas abandonaron sus casas (dicen que los cacos hicieron sus buenos negocios entrando en ellas) y el día anterior, el 19 de febrero al coincidir con grandes lluvias en media Europa, la gente se trastornó y comenzaron en varios puertos a asaltar los barcos allí atracados. Queda claro que un loco es capaz de contagiar miles de locuras.

Han habido locos extravagantes, como por ejemplo Melchior Hoffmann, un místico alemán, que escogió el año 1533 para sus pronósticos, al coincidir, según él, 1.500 años desde la muerte de Jesucristo. ¿De dónde se sacó que el mundo acabaría 1.500 años después? ni se sabe, pero muchos le creyeron. Según su pronóstico de todo el mundo solamente se salvaría la ciudad de Estrasburgo, que sería a partir de ese día la nueva Jerusalén. Igual este Melchior tenía algún hotel en la ciudad y pensó llenarlo en días de baja afluencia.

No voy a citar en este escrito todos los agoreros vaticinadores del fin del mundo, pero sí lo haré, como último, citando a Jacobo Bernouilli, considerado como uno de los matemáticos mejores de la historia. Este matemático apostó por ser el día 19 de mayo de 1719, el final de todo. ¿Sus razones? pues que ese día un cometa que ya había pasado cerca de la Tierra en 1680, volvería a visitarnos, pero este día, no sé si con dos copas de más, su trayectoria le haría chocar con nuestro planeta, pero el planeta no nos visitó. Camille Flammarion, del Observatorio de París, aseguró que el cometa Halley, cargadito de cianógeno (en vez de pasteles de manzana con lo que a mí me gustan) envenenaría la Tierra cuando nos visitase en el año 1910. Y, para terminar por ahora, recordaré que Isaac Newton, al que todos conoceréis, hizo un cálculo según el cual la vida se extinguiría en el año 2026, al coincidir 1260 años después de la fundación del sacro imperio romano, que no sé que narices tendrá que ver con el fin del mundo. Según Newton quedan aún 14 años. Como tengo 76 años dentro de 14 tendré 90 años si aún me acuerdo de sumar. Quizás viva, quizás no; pero si lo hago y veo caer sobre nosotros rayos, centellas, truenos, venenos, fuegos celestiales, agua embravecida, volcanes que se abren, dinosaurios que resucitan, los jinetes del Apocalipsis trotando por las nubes, ángeles con espadas de fuego y un millón de cosas por el estilo, me pondré mis gafas 3D porque el relieve lo veré todo mejor.

En definitiva que el ser humano parece no estar contento viviendo en este hermoso lugar, y sea como sea se lo quiere cargar, con fuego, con agua, con veneno, con especuladores bancarios o con lo que sea. Y un servidor, por si mañana es el día final (algún loco habrá por ahí que lo haya vaticinado) se va a comer de merienda un sabrosísimo pastel llamado “brazo de gitano” relleno de excelente trufa, y después lo regaré con una o dos copias de Fondillón, que es mi vino añejo preferido.

El Postiguet

Antisozzial escribió:Hombre, si sigues escribiendo estos coñazos de post de mas de 5 lineas, si los Mayas no vienen a por nosotros habra que pensar en el suicidio

_DESTELLO_ escribió:
Coño , ¿ Y tiene que ser el día 21 ?

Joerrr , si me iba a tocar la lotería el día 22 , ¡ vaya jodienda ! ( lenguaje Antisozzial ) , que está de moda.

Con la ilusión que me hacía...

El Postiguet escribió:

_DESTELLO_ escribió:
Coño , ¿ Y tiene que ser el día 21 ?

Joerrr , si me iba a tocar la lotería el día 22 , ¡ vaya jodienda ! ( lenguaje Antisozzial ) , que está de moda.

Con la ilusión que me hacía...

Si el problema para usted es grave, imagínese para mí que, pese a mis años, he sido elegido para participar en el sorteo navideño como niño de san Ildefonso. Con la ilusión que me haría cantar algún premio. Estos mayas son la repera, con tal de fastidiar al personal, lo que sea...

El Postiguet

Bueno , bueno , pues si no pasa nada lo arreglamos para el día siguiente y cantas mi número , que me hace mucha ilu.

Tatsumaru escribió:Bueno, a los mayas se les acabó el mundo cuando sus ciudades fueron tragadas por la selva, y su imperio se fue al carajo. Me imagino que no lo vieron venir en sus profecías, como para hacerles caso [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Tinajas escribió:

El Postiguet escribió:.

El fin del mundo está cerca

Pues sí, tendrá lugar, según la profecía del calendario maya, el próximo día 21 de diciembre, o sea, que me han estropeado la próxima Navidad con pesebre sin burro ni buey.

La verdad es que uno está hasta el gorro de tanto agorero, porque si saco bien la cuenta, desde el día en que nací hasta hoy, el mundo tendría que haber desaparecido una docena de veces, y ya lo ven, aquí estamos todos, jo…robándonos los unos a los otros.

Visionarios en toda época los han habido, y al parecer no hay visionario que no le guste pronosticar el fin de la vida. Se conocen unas 200 predicciones de este tipo, o sea, 200 locos de remate que son muchos locos para andar sueltos. Uno de ellos fue Mateo, el de la Biblia, que así asustaba a la gente diciendo: “No pasará más de una generación”, pero el problema, siendo grande, no está en esos 200 locos, sino en la de millones de seres humanos que los creen.

Un ermitaño alemán llamado Bernardo de Turingia, inspirado en los textos sagrados, pronosticó el Apocalipsis el día 25 de marzo del año 992. ¿Cuál fue su razón, si es que un loco tiene razón alguna? pues que en ese día se daba la coincidencia de ser el día de la concepción de Jesús, que por otra parte si no intervino macho alguno en ella no entiendo porqué tuvo que durar nueve meses la preñez de María como todo humano, con la muerte del mismo Cristo (era un viernes santo). Su lodo pronóstico fue creíble y en Europa hubo un éxodo masivo hacia las montañas donde los creyentes esperaban encontrar la salvación. Otros huyeron a Tierra Santa. Por otra parte ¿a qué tanto miedo por parte de los creyentes?

Con la llegada del año 1000 hubieron muchas previsiones catastróficas, tal fue así que el 31 de diciembre del 999, una multitud de personas se reunió en Roma para esperar, orando, el trágico desenlace; el origen de esta creencia se basó en la frase del libro del Apocalipsis “mil, no más de mil”.

Otro loco y astrólogo, llamado Juan de Toledo, predijo el fin del mundo para el 23 de septiembre del año 1186; hizo circular una carta, conocida como “carta de Toledo” e invitó a la gente a esconderse en las montañas o cuevas si querían tener alguna esperanza de sobrevivir.

Ahora bien, en esa locura agorera de que el mundo tiene un día final, también cayó un Papa, ese personaje que, a decir de sus seguidores, es infalible. Pues si alguien infalible dice que el mundo se termina, hay que creerle aunque esté más loco que una cabra montesa. Este Papa, llamado Inocencio III (qué loco y qué inocente), hizo la siguiente suma, por una parte el número 618, que es el nacimiento del Islam, y por otra parte el 666, número maldito atribuido a Satanás, Con estos datos, este Papa loco anunció que el final del mundo sería en el año 1254, con suerte para él murió en el año 1198, porque de haber vivido hubiera quedado peor que un cochero delante de sus seguidores.

Han habido agoreros que en su profesión han sido muy respetados, como por ejemplo Johannes Stoeffler, profesor de la Universidad de Tubinga, que anunció el final del mundo para el 20 de febrero de 1524. En ese día coincidiría una reunión de planetas en el signo de Piscis (sigo del agua) y a este loco no se le ocurrió otra cosa que anunciar grandes inundaciones que alcanzarían las más altas montañas, o sea, que ni subiéndose a ellas, con todo el frío que hace allí arriba, el ser humano podría continuar viviendo. Tan creíble fue esa profecía, que el propio Maquiavelo invitó a los habitantes de Florencia a buscar protección junto a los ermitaños que empezaron a construir arcas al estilo de Noé. En Londres unas 20.000 personas abandonaron sus casas (dicen que los cacos hicieron sus buenos negocios entrando en ellas) y el día anterior, el 19 de febrero al coincidir con grandes lluvias en media Europa, la gente se trastornó y comenzaron en varios puertos a asaltar los barcos allí atracados. Queda claro que un loco es capaz de contagiar miles de locuras.

Han habido locos extravagantes, como por ejemplo Melchior Hoffmann, un místico alemán, que escogió el año 1533 para sus pronósticos, al coincidir, según él, 1.500 años desde la muerte de Jesucristo. ¿De dónde se sacó que el mundo acabaría 1.500 años después? ni se sabe, pero muchos le creyeron. Según su pronóstico de todo el mundo solamente se salvaría la ciudad de Estrasburgo, que sería a partir de ese día la nueva Jerusalén. Igual este Melchior tenía algún hotel en la ciudad y pensó llenarlo en días de baja afluencia.

No voy a citar en este escrito todos los agoreros vaticinadores del fin del mundo, pero sí lo haré, como último, citando a Jacobo Bernouilli, considerado como uno de los matemáticos mejores de la historia. Este matemático apostó por ser el día 19 de mayo de 1719, el final de todo. ¿Sus razones? pues que ese día un cometa que ya había pasado cerca de la Tierra en 1680, volvería a visitarnos, pero este día, no sé si con dos copas de más, su trayectoria le haría chocar con nuestro planeta, pero el planeta no nos visitó. Camille Flammarion, del Observatorio de París, aseguró que el cometa Halley, cargadito de cianógeno (en vez de pasteles de manzana con lo que a mí me gustan) envenenaría la Tierra cuando nos visitase en el año 1910. Y, para terminar por ahora, recordaré que Isaac Newton, al que todos conoceréis, hizo un cálculo según el cual la vida se extinguiría en el año 2026, al coincidir 1260 años después de la fundación del sacro imperio romano, que no sé que narices tendrá que ver con el fin del mundo. Según Newton quedan aún 14 años. Como tengo 76 años dentro de 14 tendré 90 años si aún me acuerdo de sumar. Quizás viva, quizás no; pero si lo hago y veo caer sobre nosotros rayos, centellas, truenos, venenos, fuegos celestiales, agua embravecida, volcanes que se abren, dinosaurios que resucitan, los jinetes del Apocalipsis trotando por las nubes, ángeles con espadas de fuego y un millón de cosas por el estilo, me pondré mis gafas 3D porque el relieve lo veré todo mejor.

En definitiva que el ser humano parece no estar contento viviendo en este hermoso lugar, y sea como sea se lo quiere cargar, con fuego, con agua, con veneno, con especuladores bancarios o con lo que sea. Y un servidor, por si mañana es el día final (algún loco habrá por ahí que lo haya vaticinado) se va a comer de merienda un sabrosísimo pastel llamado “brazo de gitano” relleno de excelente trufa, y después lo regaré con una o dos copias de Fondillón, que es mi vino añejo preferido.

El Postiguet

El fin del mundo esta cerca, y seguro que acabara para quien muera en esas fechas, al menos el mundo físico que conocemos, la realidad espiritual que algunos sentimos, nos hace creer en algo mas allá, pero pienso que no se trata tanto de un fin del mundo material, pues esta claro que los científicos, astrónomos, geólogos, no ven que la tierra se convierta en un volcán y explote, ni un gigantesco meteorito impacte contra nosotros, o el sol se apague y se acabe la vida, no, mas bien es un cambio de conciencias, una nueva visión de la realidad que nos invade, desde lo económico a lo moral, claro que luego están los que ven otras cosas, y te dicen que el 18 de diciembre llenes tu despensa no te turrones y champan, sino de alimentos y agua, porque el sol se apagara, pero la ignorancia y el miedo puede mucho, me acuerdo del 31 de diciembre de 1999 la gente llenaba las iglesias y bueno ha pasado 13 años y aquí estamos. Esperemos seguir vivos para ver como los cambios sociales que se avecinan nos lleven a una tierra y humanidad más cercana a la hermandad.

Tinajas escribió:
Hola Nilay, nos damos otros 30 añitos mas por lo menos, llenos de energía y felicidad, para ver cuantas veces se muere el mundo y la realidad que le rodea, pero seguro que en esos 30 años habrá evolucionado bastante, para dejarse arrastrar por supersticiones de antaño.

Un saludo maja.