Es fácil, recordando el debate aquí sobre las masas y lo irracional y a la vez metido en un videojuego que lo toca en forma de ciencia-ficción y terror lo de individualismo/grupo tenía que salir esto en unos minutos al teclado...

En el noticiero, cinco años atrás: “hoy se ha lanzado la nave SS Von Braun, la primera nave con la que humanidad supera el reto de las distancias siderales. Su primer viaje será a la distante Tau Ceti gracias a sus impulsores y a su tecnología puntera en la suspensión en semi-criostasis de los cuerpos y las mentes, cuya implementación soslaya el largo viaje al deterioro físico y mental. Un gran día, un alcance que nos hace volver a soñar con las aventuras de los pioneros, la brecha en lo desconocido y desafiante que hará callar las bocas de los incrédulos en las maravillas.”


Hoy


Miraba por el cristal observatorio de la cubierta científica a la inmensidad del espacio y a su paz, la indiferencia brutal de las estrellas. No sabía si sentía añoranza de la Tierra, algo en la recuperación de la memoria había fallado y aún así por mero instinto conocía que la seguridad estaba a años luz de los paneles destruidos, las estructuras derrumbadas y el olor penetrante a muerte que invadía aquel ataúd de tecnología puntera. Un ruido le sacó de su ligero ensimismamiento, un hierro se arrastraba por el suelo y una voz vagamente humana desgranaba estas palabras con acento salvaje y premioso:

- Somos muchos, ¡somos la multitud!

Y el superviviente buscó refugio detrás de unas cajas de equipamiento, se acomodó al amparo de una esquina adyacente y recogió las piernas y se acurrucó. Asomó la cabeza lo justo venciendo el temor, una deformidad andaba por el pasillo agarrada a una tubería de tamaño considerable con la que arañaba el suelo, la fricción de los dos metales generó chispas. En ciertos puntos la deformidad conservaba los restos de lo que había sido el uniforme de la tripulación, unos jirones azules de ropa que aparecían pegados a la carne y unas pantalones lo delataban como un miembro del equipo de ingeniería.

-Somos muchos…Somos lo siguiente- dijo el maníaco, y el superviviente se preparó a lo que fuese con la llave inglesa aferrada a la palma de la mano, si ellos no podían atrapar y obligar a los rebeldes a integrarse en su muchedumbre los molían a golpes en una orgía de violencia y de sangre, lo había escuchado en varios mensajes dejados en las agendas electrónicas abandonadas de la tripulación y ya había comprobado que razonar y las palabras no valían de nada frente a las monstruosidades. Contuvo el aliento y escondió la cabeza. Cuando el ruido de los balbuceos y el hierro ominoso se alejó lo suficiente caminó agachado, pero aquella parte aún no la había explorado. Una cámara de seguridad emplazada en una esquina junto al depósito de productos químicos lo sorprendió. Lo enfocó y se ajustó la lente. El superviviente supo en seguida que vendría a continuación, una alerta por megafonía.

- Aquí Xerxes, unidad de asistencia cibernetica al mando de la SS Von Braun. Un intruso ha sido localizado en la cubierta 2, sección almacén de productos químicos, cuadrícula H8. Acudid de inmediato. Acción aconsejada: detención y/o erradicación…- la voz se corrompió en varios pitidos y señales, a veces era como el ruido de los antiguos televisores no sintonizados, en otras eran sonidos de pitidos redundantes, chirridos en bucle y dijo:-. Pequeño insecto, no malgastes tus oportunidades y entrégate, supera la individualidad y únete a la gloriosa multitud, el placer de tenernos unos a otros en armonía, el final de las rencillas. La gloria de tener una mente albergada en muchos cuerpos, las inmensas posibilidades de superación que ofrece.

- Vete a la mierda- dijo el superviviente y de un golpe con la llave inglesa reventó la cámara de seguridad esparciendo los mecanismos internos. Los revisó y comprobó que los circuitos eran inservibles para hackear alguna puerta de baja seguridad improvisando. Un gran y potente golpe en su contra, por desgracia.

Se introdujo en el almacén, la puerta automática se deslizó y terminó escondido en el escualido cuarto de baño. El sonido del hierro reapareció y creyó escuchar otro rumor que le acompañaba, debían ser dos los perseguidores, pero los cazadores no hablaban entre sí, se limitaban a caminar por los pasillos metalizados. Quizá se comunicaban con un gesto los planes o con órdenes que recibían de otro ser. Y los seguía un un robot, un androide de servicio contagiado de la locura que pedía “ayudar en lo que pudiese, señor. Le ofrezco mis servicios, señor”. Tales servicios eran dirigirse hacia uno y autodestruirse en una especie de inmolación que salpicaba de acero y metralla mortales en un radio de unos metros alrededor.

Volvió a estar en tensión, concentrado en sus reflejos. La puerta se deslizó, una de las aberraciones pareció olisquear, con lo que había sido en un tiempo la nariz en alto. Llevaba un cuchillo de cocina con el mango incrustado en la carne, de unos veinte centímetros de hoja. El superviviente lamentó no haber destapado el contenedor de algún producto químico que hubiese borrado su rastro y confundido el olfato de esta nueva versión de los muchos, no se le olvidaría la próxima vez. Si es que había una próxima vez.

- ¿Qué es la muerte en nosotros? Nada, inmortales, reemplazables, dioses sin egoísmo , reduce a uno a la muerte y continuaremos. Lo que él sabía lo heredaremos y progresaremos. Tienes una oportunidad aún de ascender- dijo y su cabeza descarnada giró hacia donde el superviviente escuchaba atento. Acorralado dejó el escondrijo, nada que hacer allí, blandió la llave inglesa y divisó al segundo perseguidor detrás del olfateador. Antes de lanzar el primer ataque la criatura murmuró “lo siento, eras prometedor”, pero erró la cuchillada. La otra monstruosidad levantó la tubería y la desplomó sobre su compañero, destrozándolo. En lo que reunía fuerzas para reiniciar el pesado ataque el hombre corrió hacia adelante y lo empujó hacia el robot servicial ” creo que pudo serle de ayuda, señor. Le aconsejo ver en nuestro cine la última versión de Yo, robot. Quizá la viese cinco años atrás en su estreno pero considero que es…” Y explotó en pedazos al notificarle sus sensores que el objetivo estaba cercano. El hombre saltó hacia un lado.

Fatigado y observando la metralla en las paredes, la carne destrozada, palpándose el cuerpo en busca de heridas recordó algo. Quién era. Un soldado, pero sin saber los detalles al pormenor, no del todo distinto a lo de fundirse en una masa, recibir órdenes y considerarse mayor que las individualidades, las cuales amenazaban el funcionamiento de la máquina militar. Pero había salido adelante solo, sin órdenes ni actuando por obediencia, aprendido a enfocar las cosas de otro modo y no estaba dispuesto a perderse en la masa del SS Von Braun. Aunque había actuado como cualquiera en un trance así, ¿era un signo de individualidad el luchar por su vida? Quizá la tenacidad en hacerlo fuese una marca distintiva de como estaba él conformado, o quizá el producto del entrenamiento militar ¿Dónde radicaba lo propio y lo asimilado a través de otros en una estructura mayor? Tampoco era dado a largas reflexiones y no aceptaba una debilidad, así que examinó uno de los restos de la batalla. Una Pda en estado aceptable con varios mensajes grabados por H, Rettner, ingeniero de segunda, el ser de la tubería. El aparato había caído de uno de sus bolsillos antes de reventar con la generosa ayuda del androide. Los repasó. Desechó las iniciales anotaciones por triviales y las intermedias que tratarían acerca de su conversión, tituladas “Sentimientos extraños” “Sueños de fusión”, y encontró una provechosa. Bingo, una acerca de las cápsulas de escape. Oprimió el pulsador:

“Las cápsulas de escape han sido lanzadas por orden de Xerxes. Una, sin embargo, queda intacta. Extrañas órdenes cruzan mi cabeza de desbloquearla in situ y lanzarla al espacio vacía, ecos de voces que me piden una tarea crucial, que ignore reiniciarla en el tablero de mandos y escapar ¡Asimilación a los extraños a los muchos, quédate con nosotros!¡Maravillas de lo novedoso! Dios, ¿por qué he pronunciado estas palabras? Cierro la graba…No puedo… seguir hablando. Mi cabeza bulle frenética ¡Ahhhhh!”

El grito se volvía inhumano alrededor de su mitad, pero quedaba un hálito de esperanza. Era el último mensaje registrado y no significaba que hubiese cumplido su trabajo necesariamente el nuevo poseedor de esa personalidad, la anterior podía haber prevalecido. Más bien lo necesitaba.




De acompañamiento musical y tal...

Muy futurista, Tatsu. Enhorabuena!

Atlántida escribió:Muy futurista, Tatsu. Enhorabuena!

Era recrear el ambiente del videojuego, supervivencia y terror , Inteligencias artificiales estropeadas con las restricciones morales fundidas que se creen dioses , ciencia ficción.... Tenía que hacerlo a la fuerza, es que da mucho miedo .