""El rock ha muerto", es ya una frase a los que todos se apuntan como autor. Unos dicen que en los 70s, y otros en otras épocas que tienen que ver mucho con la época en la cual la hayan creado ellos. Pero el caso es que nadie acaba de matarlo, o quizás lo matan todos a la vez. Aún y todo, siempre nos quedará el recuerdo de lo que fue:

De la locura de peli que fue "Spinal Tap", la broma más "inteligente" sobre este mundillo, este impresionante temazo que ya hace mucho que pertenece a la historia del rock casi como icono:

El rock se mezcla, se disfraza, se deja modelar. Puede ser duro, pero también glamoroso. muchos artistas, como Marc Bolan de T.Rex y David Bowie, comenzaron a buscar esa espontaneidad perdida. Otros lo continuaron, pero a su manera.

Y hasta puede convertirse en triste pene:

Hedwig and the Angry Inch, adaptación del célebre musical rock del off Broadway (circuito teatral alternativo en la periferia de Broadway), es la historia de una cantante de rock «mundialmente desconocida» y sus esfuerzos por alcanzar el estrellato y encontrar el amor. Hedwig nació varón, un chico llamado Hansel que soñaba con encontrar su otra mitad, pero de mala gana se sometió a una operación de cambio de sexo que le permitió casarse con un soldado americano y alcanzar la libertad al otro lado del muro de Berlín. La operación salió mal y Hedwig se quedó con esa “pulgada irritada” (“angry inch”) que da nombre a la película. Abandonada y divorciada en un parque de caravanas de Kansas, Hedwig decide formar un grupo de rock y conoce al joven Tommy Gnosis, que se convierte en su amante y protegido antes de abandonarla, robarle sus canciones y triunfar por todo lo alto como estrella del rock. Acompañada de su grupo paneslavo, “The Angry Inch”, Hedwig, afligida pero divertida, sigue a Tommy en su gira de masas, tocando en restaurantes medio vacíos ante clientes desconcertados y unos cuantos fans incondicionales.

Y se mueve el rock a ritmo de metrónomo. Ritmo en tic-tac. Consolidado en un privilegiado lugar posicional, más sin embargo se mueve.
Sutilmente. Atrás y adelante. Repitiéndose hasta la saciedad. Lo odie o me fascine ahí está. la guitarra eléctrica, la bateria, la voz desgarrada. El rock que nos hace eternos....