Estaba en la barra y el camarero, uno de esos que quieren estar en todas partes medio saltimbanqui, no la atendía por el fuerte ruido de la música. Salido de no sabe donde se le acercó un hombre que parecía que se estaba abotonando la camisa y luego atando los cordones de los zapatos.
-¡Hola! ¿Te vienes conmigo?- le gritó al oído a la chica, ella lo miró de arriba a abajo y le dio un aprobado alto, pero esa forma de romper el hielo era de lo más chapucera.
-No te he oído, ¿puedes repetir?- fingió.
-Que nos piremos de este antro y me lleves a tu casa o al coche.
-¿Pero de qué coño vas?
-Lo que te he dicho, si quieres alguna excusa del tipo tomar la última o un café úsala. Tic tac, el tiempo corre y la oportunidad la perderás.
- Estás tú muy creído, ¿no?
- Lo que quieras, pero decide. Sí o no, sí o no.
-Va a ser que no ¿Y a qué vienen esas prisas, te has metido algo?
-No, de ninguna manera. Soy un momentonauta.
-¿Lo qué?
-No tengo mejor manera de describirlo, es de cosecha propia.Explicarlo en detalle sería una tortura.
-¿Y eso de qué va? Estás chalado, tío.
-Es muy fácil, sólo aprecio los momentos que valen la pena y por eso sólo vuelvo al tiempo natural cuando lo decido ¿No recuerdas estar en el colegio y pensar que vaya, ojalá las horas pasasen rápido, me las pudiese saltar y obtener el papelito de graduado en lo que fuese? Yo lo he conseguido.
-Como una puta cabra, eh, no te ofendas. Supongamos que creo en esa chorrada; ¿dónde estás el resto del tiempo, cuando no hay nada que quieras aprovechar?
-Ni idea, es muy confuso de explicar, por ejemplo no recuerdo lo que hacía antes de aparecer aquí, sabía que había una chica espectacular por llamemoslo instinto, tú, y decidí bajarme. Lo de conocerte y quedar, apreciar lo que eres y eso es tan lento que creo que me moriría por el camino. Anteriormente lo he hecho con otras que no te llegaban ni a al suela de los zapatos pero era sentirme incómodo y fuera de lugar.
Ella lo volvió a inspeccionar, el extraño tipo tamborileaba con los dedos en la barra compulsivamente y trataba de disimular que movía un pie talón-punta, como si siguiese el compás de la música. En sus ojos advirtió que no estaba bajo los efectos de alguna droga y hablaba sin la cadencia de un borracho. Intrigada y por experimentar preguntó:
- Vale, ¿y si te digo que no quiero rollo volverías al limbo ese del que hablas?
Pero no obtuvo respuesta ya que el momentonauta en un segundo tras haber formulado la pregunta se había esfumado ante sus atónitos ojos.
-¿Qué va a ser?-preguntó el camarero al fin.
-Nada…-respondió ella, sintiéndose superada y a la vez halagada, pocas veces alguien que va por ahí fluyendo en el tiempo y eligiendo lo que quería vivir había tenido la deferencia de.., ¿cómo había dicho?. “Bajarse”, creía recordar. Se quedó abstraida pensando en miles de cosas del tenor de ¿lo había soñado?, ¿de existir la posibilidad de seleccionar el tiempo y romper su continuidad cómo lo hacías?, ¿los trozos aburridos no le otorgaban peso y valor a la vida? ¿Recordaría el personaje que había conocido las experiencias o saltaría sin control de una a otra? Le habría venido bien lo de suprimir los cinco años de universidad para el título de Filosofía, era lo que estaba celebrando esa noche. O tal vez no…prefería cierto peso en sus experiencias. Volvió al lado de sus amigas.
-¿Pero dónde te has metido? No has traído las copas y has tardado una eternidad, ¿eh?
-No, un tipo desesperado que quería ligar…Si hubieses visto lo mal que se lo monta os caéis al piso.
-Cuenta.
-Otro día, ¿vale? Ahora estamos a lo que estamos, a celebrar que hemos escapado de cinco años de coñazo total, ¿no era esa la idea?- e imaginó al coleccionista de momentos sonriendo con ironía y aprobación ¿Haría chas, kafum, tachán?
