El programa va de que un jefe "supuestamente" se infiltra como un currante en su empresa a ver que se cuece, pero con el tremendo lastre de que lo acompaña una cámara. Ya se sabe que todo sale muy natural con una cámara delante. Y al empleado bueno lo premia, según parece había uno que cobraba 300 euros al mes y tenía una familia, completaba su supervivencia siendo ayudado por Cáritas. Por su saber hacer y profesionalidad el jefe se descubre y se convierte en hada madrina y le premia con un puesto de encargado. Mientras tanto a lo mejor miles de tíos en su misma situación y empresa estarán alucinando. Y claro, nunca habrá un seguimiento de qué fue con los currantes a los que le tocó la lotería de que el jefe se "infiltrase".

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Pd. pesadilla en la cocina, planteamiento: Chicote va y ayuda a los desastres de los dueños, aprovecha y les saca las verguenzas, en la mitad del proceso hay emociones y lloros y dramas familiares, al final se resuelve con un lavado de cara al restaurante y llega el éxito. Fueron felices y comieron perdices...

 

La verdad es que estos programas son de lo más ridículo, pero más cutre que "entre todos" difícil.

No es que sean ridiculos, es que simplemente son programas sin espontaneidad alguna, todo esa guinizado y medido, son pequeños cortos hechos con trazas de emocionalidad absurda para que el mensaje llegue a cada telespectador.

Antisozzial escribió:No es que sean ridiculos, es que simplemente son programas sin espontaneidad alguna, todo esa guinizado y medido, son pequeños cortos hechos con trazas de emocionalidad absurda para que el mensaje llegue a cada telespectador.

Se les ve venir tanto que los golpes de efecto (por ejemplo que traigan a la madre del empleado que previamente ha dicho que la echa de menos porque está en otro país)te dejan frío.Pasó en el´ultimo jefe infiltrado, vi la parte final donde el tipo se descubría,y al hacer ese regalo  cambié de canal. Coñe, pues pagale lo suficiente para que se la traiga durante un mes de visita.