"El estado de Arkansas planea ejecutar a ocho presos en un periodo de diez días, un ritmo de ejecuciones sin precedentes in la historia reciente de Estados Unidos, forzado por la inminente caducidad de un medicamento usado para las inyecciones letales.

Los ocho hombres que se enfrentan a la ejecución (cuatro negros y cuatro blancos) son parte de los 34 reclusos en el corredor de la muerte de Arkansas, donde la pena de muerte lleva suspendida desde 2005 por problemas legales y dificultad para adquirir los medicamentos para las inyecciones letales.

Los ocho hombres están condenados por asesinatos cometidos entre 1989 y 1999, y los defensores de la pena de muerte y de derechos de las víctimas están frustrados por que los casos estén durando tanto.
En una conferencia de prensa esta semana el gobernador Asa Hutchinson, republicano y antiguo fiscal federal, pareció lamentar que las ejecuciones se juntaran tanto en el tiempo.

“Preferiría que se extendieran durante varios meses y años, pero esas no son las circunstancias en las que me encuentro”, dijo. Hutchinson, que está en el cargo desde 2015. “Y también, las familias de las víctimas, que han soportado esto durante tanto tiempo, se merecen que se termine”.

En una declaración el viernes, Hutchinson dijo que había que programar las ejecuciones con menos separación por las dudas sobre la futura disponibilidad de uno de los tres medicamentos que el estado usa en sus inyecciones letales. Otro personal del estado ya había dicho antes que la fecha de caducidad se cumplía en abril para los suministros de midazolam de Arkansas, un medicamento que se usó en algunas inyecciones letales que dieron un resultado horrible en otros estados en los últimos años.

Por la controversia creada por esos casos, algunas farmacéuticas han restringido el uso de sus medicamentos para la pena capital. Algunos estados tienen dificultades para encontrar midazolam. Arizona anunció el año pasado que dejaría de usarlo, en parte por las dificultades logísticas.

“No está claro si se puede conseguir otro medicamento” dijo Hutchinson en el comunicado “y las familias de las víctimas no pueden seguir viviendo con más incertidumbre, tras décadas de revisiones”.

Esta semana el gobernador firmó cuatro fechas de ejecuciones para esos ocho presos, fijándolas entre el 17 y el 27 de abril. Dos serán ejecutados en cada una de las fechas. Si Arkansas cumple el calendario, será un ritmo de ejecuciones sin precedentes en ningún estado desde que en Estados Unidos restableció la pena de muerte en 1977, según el Death Penalty Information Center, una organización sin ánimo de lucro que se opone a la pena capital.

In 1997, Texas se acercó, ejecutando a ocho presos en mayo y otros ocho en junio, pero no en periodo de tiempo tan corto.

Las críticas al uso del midazolam en las ejecuciones dicen que es un sedante, no una anestesia, y que por tanto está mal prescrito como primer ingrediente de la serie de inyecciones letales, porque los reos pueden todavía sentir dolor cuando los siguientes medicamentos letales les son aplicados. En un caso de referencia en Oklahoma, un condenado llamado Clayton D. Lockett, a quien se le puso midazolam, murió 43 minutos después de empezar las inyecciones, aparentando sufrir y gimiendo.

El sistema penitenciario de Arkansas no ha repuesto sus existencias de cloruro potásico, el tercer y fatal medicamento administrado en una ejecución, pero un portavoz de Hutchinson dijo que el gobernador confiaba en adquirirlo a tiempo para las ejecuciones de abril.

Brian Stull, un alto cargo de la American Civil Liberties Union, dijo que las posibilidades de que algo salga mal se incrementan con tantas ejecuciones en tan poco tiempo.

“Estos prisioneros es una persona con derechos que hay que ejercer, y cada ejecución es un proceso que hay que planificar y llevar a cabo con atención a los detalles” dijo. “Y eso es imposible que Arkansas lo haga con este calendario. Porque están intentando hacer demasiado, demasiado rápidamente, con demasiada poca preparación. Probablemente tendremos una ejecuciones chapuceras”.

Los abogados de los condenados dicen que todavía hay algunas posibles vías de apelación. Su largo proceso de apelación incluyó una petición al Tribunal Supremo para que revisara el caso. El tribunal denegó la petición el The lawyers for the condemned men say some 21 de febrero.

Pero los abogados admiten que incluso en el mejor escenario posible solamente conseguirían una forma de ejecución alternativa a la actual de las tres inyecciones, que los abogados consideran inconstitucionalmente cruel.
“El estado se queda sin midazolam el 30 de abril” dijo John Williams, un abogado defensor público de Little Rock. “Así que el calendario está obviamente marcado por eso, y pensamos que es inhumano que el estado programe las ejecuciones para librarse de un medicamento del que hay pruebas de que es cruel”.

Las ejecuciones llegan en un momento complicado para la pena capital en Estados Unidos.

A nivel nacional el número de ejecuciones ha sufrido un fuerte descenso, y aunque muchos ciudadanos apoyan la pena de muerte, algunas encuestas muestran que ese apoyo va lentamente bajando desde mitad de los 1990. Y mientras el Tribunal Supremo ha sido poco claro en su postura respecto a la pena capital, el presidente Trump es un ardiente defensor. La opinión del presidente tienen poco efecto en casos estatales, pero su discurso simple de ser “duros con el crimen” seguro que influye en el tono del debate nacional.

En Arkansas, Hutchinson tiene reputación de relativamente moderado, sirviendo a veces de freno a las ambiciones de extrema derecha de un parlamento controlado por los republicanos. Pero también está decidido a reactivar la pena de muerte.

El año que entró al cargo programó la ejecución de ocho presos, varios de los cuales son los mismos cuya ejecución está ahora programada para el mes que viene, diciendo que habían agotado todas las posibles apelaciones. Pero un tribunal estatal paró las ejecuciones por una demanda contra el estado por una norma que mantenía secreta la fuente de aprovisionamiento de los medicamentos letales. Al estado se le ordenó entonces revelar información sobre su cadena de suministro.

El último movimiento de Hutchinson para reiniciar las ejecuciones llega después de que el fiscal general del estado le confirmase que no ya había más problemas legales.

Los ocho hombres con ejecución programada son Kenneth Williams, Bruce Ward, Stacey Johnson, Don Williamson Davis, Ledell Lee, Jack Harold Jones, Jason McGehee and Marcel Williams.

Algunos de los crímenes fueron particularmente atroces.

(Aquí tres párrafos contando algunos de los crímenes)

En una rueda de prensa, Hutchinson dijo que había analizado las dudas sobre la concentración de las ejecuciones, y sus posibles efectos adversos sobre los trabajadores de las prisiones, con Wendy Kelley, la directora de las prisiones del estado.

“La respuesta es que no es más fácil prolongarlo durante cuatro o cinco meses para hacerlo de forma separada, que con la secuencia que hemos establecido”


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Lo que se llama capitalismo aplicado a la pena de muerte, tienen un medicamento al que deben dar salida.