En el transcurso de la
Segunda Guerra Médica (480-479 a.C.), entre persas y griegos, el rey de los peras,
Jerjes I, pretendía cruzar con sus tropas el estrecho de los Dardanelos mediante la construcción de un puente. La empresa era complicada, recordemos que el estrecho tiene 1.600 m de anchura por su parte más angosta y tiene unos 50 m de profundidad media, pero la megalomanía del monarca no tenía límites.
La idea era construir un puente con barcos atados hasta cubrir todo el estrecho. Cuando la construcción estaba casi terminada, una tempestad destrozó el puente.
Jerjes, irritado, mando azotar el mar con trescientos latigazos, que se echasen unos grilletes al fondo del mar y que se le marcase con hierro candente."
De paso mandó decapitar a los ingenieros.