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Aunque el señor Tinajas me gastó la broma, recientemente, de llamarme podemita, que como broma la he aceptado muy jocosamente, ciertamente lo que no soy es “anti”, pues en algún momento les creí como fuerza política necesaria para desbancar del Gobierno al partido más corrupto de España y Europa, el PP.
 
Cuando pudieron no lo hicieron, no quisieron, y perder un tren puede significar perder la única oportunidad de asombrar a un amplio electorado. Si hoy le dan la espalda muchos de sus votantes, que se lo piensen, que allí pudo estar el génesis de su bajada por la pendiente.
 
Pero creyéndoles como fuerza capaz de lograrlo, muy al poco tiempo me di cuenta de que no lo lograrían, como si esa no fuera su labor, o al menos que no entendieran que era la labor que muchos españoles le encomendaron al apoyarles, y, por supuesto, que lo hiciera desde las urnas, nunca asaltado el cielo o el corral como los robagallinas de antaño.
 
Sin embargo parece que muchos no quieren darse cuenta de que poco a poco va perdiendo fuelle, que los otrora ciudadanos que depositaron en la urna la papeleta morada, hoy se van desengañando. Ni siquiera la jugada de atraerse a medio millón de votos de IU, les ha servido de mucho. Con todo lo que está pasando en el PP de Madrid, y la fanfarrona y mentirosa Cristina Cifuentes, ladronzuela de supermercado saliendo por la puerta trasera, ha levantado el ánimo de los ayer sus votantes, pues también aquí los pierde como en el resto de España.

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La autocrítica, que es lo primero que en una verdadera izquierda ha de ocurrir, parece que a los líderes podemitas le importa un rábano. Y, esa actitud, tan de la tradicional casta española, los viene a retratar como más de lo mismo, y perder confianzas es tomar el camino equivocado, aunque ellos, los líderes, seguirán con empleo y sueldo, pues votos tendrán, no para derribar a Rajoy, pero sí para seguir en despachos políticos, en las cámaras, y en la nómina mensual del dinero del contribuyente.

Y el neo falangista ganándoles la partida... ¡Que dios nos pille confesaos!

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La pérdida de votos por parte del PP, creo que está cantada. Tanto los ciudadanos madrileños como los de toda España estamos del PP hasta las narices. Las manifestaciones de jubilados, de hombres y mujeres en el día de la Mujer, las no menos pequeñas por las leyes injustas en contra de las violaciones tan repetidas, y si la juventud se imbuyera en la necesidad de un gran cambio político porque de su futuro se trata, y pensara menos en el Samsung de última generación y el botellón, manifestándose y exigiendo sus derechos ciudadanos, al PP le quedaba medio telediario.
 
Lo del PSOE es casi tanto de lo mismo. Sus vaivenes ante la socialdemocracia que nunca debió perder y su inclinación al liberalismo, y la no menos vergonzosa actitud de estar servilmente al lado del corrupto nº 1 en el tema catalán, es claro que lo veamos perder apoyos.
 
La ascensión, como si de un nuevo Jesús resucitado se tratase, de Ciudadanos, sorprende. O no tanto, porque el ciudadano harto del PPSOE necesita caras nuevas e ideas nuevas. Sorprende porque las ideas de Rivera no tienen de nuevas nada; y si no sorprende tanto es porque son desconocidos como corruptos. No sabemos si porque son honestos en realidad, o porque aún no han tocado pelo en profundidad; creo que se le está dando, en este aspecto, por parte ciudadana, el beneficio de la duda.
 
Pero ¿y Podemos? ¿Dónde está la fuerza social que lo empujó hacia su nacimiento? ¿Por qué pierde fuelle y en momentos en que el partidismo del PP y PSOE el ciudadano ya no lo tolera? Si “algo tendrá el agua cuando la bendicen” según el dicho popular, algo tendrá Podemos que no atrae conforme se les va conociendo. Igual un día dicen, como hace el PP o el PSOE cuando las ven negras, que hay contra ellos una campaña mediática injusta. Si cayeran en esa tentación de decir lo que la casta acostumbra reseñar, el fracaso ante mí sería enorme, ya que me daría a entender que es una parte de la casta política, ayer escondida en el armario, y que al salir de éste nos demuestra que son los mismos, o parecidos. Lo que han cambiado son los collares, unos de alpaca y marcas de prestigio, otros con ropas de mercadillo y rastras y trenzas, pero sólo es para engañar. Y aquí, ya, por la experiencia, el español más tonto en política, hace relojes suizos.


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No; no soy podemita, aunque desconozco si todos ellos son cortados por el mismo patrón. Yo no provoco a nadie; a nadie reto con chulería, prepotencia, y artes de bellaco o matón barriobajero, pues disto mucho de estas condiciones de tan baja estopa. Espero que no todos lo sean, como espero que el que sea muy diferente, se separe de quien lo es, porque si en temas tan despreciables hay "corporativismo", como vemos en ciertos peperos que callan ante el saqueo, la corrupción, o el robo descarado de cremas faciales, de sus líderes o lideresas, me hace ver que son cómplices de sus desvergüenzas.

Espero que el "corporativismo" la camaradería del prieta las filas, aquí no se dé. Espero... O sea, que cada bellaco aguante su vela y no endose a los demás parte de su bellaquería. Creo y quiero creer que hay podemitas respetables, dignos y civilizados.

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