.
¿Y SI PEDRO SANCHEZ SE HA PEGADO UN TIRO AL PIE?
Pedro Sánchez pudo ser presidente de España hace meses. Ganó las elecciones del 28 de mayo sin mayoría absoluta, pero podía pactar con Podemos y, con el apoyo parlamentario del PNB y ERC, configurar un gobierno de izquierdas que abordara la reforma territorial del Estado y abriera un diálogo con el gobierno de Catalunya para pactar una salida al conflicto. Nada más lejos de sus intenciones. La misma noche electoral, los militantes socialistas eufóricos concentrados ante la sede de Ferraz gritaban “¡con Rivera no!”, pero él tenía otra idea en su cabeza: el pacto con Ciudadanos para hacer un gobierno de centro nacionalista español. Una idea avalada por los poderes fácticos del Estado, que pedían un gobierno de orden para salvar la unidad de España.
El líder del PSOE aceptó el juego que le marcaba el Ibex 35 y buscó el apoyo de Ciudadanos, un partido creado (por esos mismos poderes fácticos) con la intención de dividir Catalunya y cuya obligación tenía que ser la muleta del PSOE o del PP en Madrid, según conviniera. Pero Albert Rivera, borracho por los resultados, creyó que en lugar de muleta del PSOE podía ser el dirigente de la derecha española, relevando al PP en esta función. Un error fatal. La fotografía de la plaza Colón de Madrid con las tres derechas no era para convertirlo en caudillo de la derecha española, sino para rearmar un PP herido por los escándalos de corrupción. La bandera española —¡a qué dudarlo!—, sirve para tapar la corrupción de los partidos estatales. También del PSOE, pues esta semana la justicia española ha decidido aplazar la sentencia del caso de los ERE, en la cual hay implicados dos ex-presidentes socialistas de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves i José Antonio Griñán, hasta pasadas las elecciones para no perjudicar las expectativas de Sánchez. ¿La justicia igual para todos? ¡Anda ya!
Pedro Sánchez hizo la comedia de aparentar que negociaba con Podemos un gobierno de izquierdas, pero en realidad lo que hacía era ir dinamitándolo cada semana, hasta el punto de humillar la formación de Pablo Iglesias. Podemos quería un gobierno de coalición, pero el PSOE se negaba. La excusa principal era que Iglesias no podía estar en el Consejo de Ministros. El dirigente de Podemos dio un paso atrás y puso en evidencia a Sánchez. Después, la excusa fue que no podía gobernar con un partido que defendía el referéndum, y Podemos renunció al referéndum. Finalmente, el PSOE puso encima de la mesa la excusa de verdad: no podía hacer un gobierno con quien podría criticar la sentencia del Tribunal Supremo español contra los dirigentes independentistas que tenía que salir en otoño. El Estado por encima de la democracia. Este fue el hilo que usó Sánchez para enterrar un gobierno de izquierdas. Tampoco consiguió cautivar a C’s, porque Albert Rivera se negó a pactar. Fue el inicio de su final. C’s es un partido liberal, pero en la práctica tiene muchas similitudes con la extrema derecha, más que el PP, que es un partido muy conservador pero sistémico. Sánchez se quedó solo, pero es un hombre que no tiene miedo de los retos difíciles. En su momento hizo un pulso con la dirección del PSOE y el grupo Prisa para no doblegarse al PP. Es un hombre con sonrisa de dentífrico que le gusta jugar fuerte, al todo o nada. Esta vez, ha decidido jugar al peligroso juego de la ruleta rusa.
Las encuestas favorables del verano han ido cambiando de color con el otoño, y los escaños han empezado a caer como las hojas de los árboles. Todavía no se ha hecho oscuro del todo y el PSOE continúa encabezando los pronósticos demoscópicos, pero con el PP pisándole los talones. A las puertas de la campaña, la incertidumbre sobre cuál será el partido más votado el 10 de noviembre, o con más escaños, es muy grande. La campaña ultranacionalista que ha hecho el PSOE, lo ha dejado sin socios en Catalunya, pero tampoco los busca. El PSOE busca los escaños de Ciudadanos, en caída libre en todo el estado. Para conseguirlos, ha hecho, probablemente, la campaña más agresiva contra el independentismo que se ha hecho nunca, avalando la represión, negando cualquier salida dialogada e, incluso, introduciendo la censura en internet, en un acto que lo acerca a la dictadura china. La razón de Estado por encima la Democracia. Es el axioma con que funciona la política española desde hace años y el PSOE lo ejecuta a la perfección. Incluso, si hay que renunciar a sus principios, como lo del federalismo, lo hace, pero lo vuelve a recuperar porque el PSC lo necesita para poder hacer ver en Catalunya que tiene una alternativa al jacobinismo de Ferraz.
La campaña electoral difícilmente variará los pronósticos demoscópicos. Tras las votaciones nadie tendrá mayoría absoluta para gobernar España, pero la tendencia que se ha ido imponiendo estos últimos meses es un gran pacto de estado entre el PP y el PSOE, que dé estabilidad y permita hacer gobierno. No necesariamente tiene que tener forma de coalición. El proceso catalán será la excusa para justificar una involución democrática que afectará a Catalunya, pero el recorte de derechos y libertades afectará a todo el estado español; un paso hacia atrás en esta democracia aún en mantillas. La sentencia del Supremo español condenaba a los independentistas, sí, pero recortaba también derechos a todos los ciudadanos del estado, cosa que parece no se tenga en cuenta. Es una dinámica que no tiene freno, porque en esto hay consenso tanto al PP como al PSOE, las libertades y la verdadera democracia les viene grande, pues la manera de gobernar déspota les encanta. Solo falta que Vox haga un buen resultado para acabar de dar el empujón definitivo. Catalunya ha sido el motivo de las veces (tantas veces) donde los partidos españoles han abocado todas sus impotencias.
.
¿Y SI PEDRO SANCHEZ SE HA PEGADO UN TIRO AL PIE?
Pedro Sánchez pudo ser presidente de España hace meses. Ganó las elecciones del 28 de mayo sin mayoría absoluta, pero podía pactar con Podemos y, con el apoyo parlamentario del PNB y ERC, configurar un gobierno de izquierdas que abordara la reforma territorial del Estado y abriera un diálogo con el gobierno de Catalunya para pactar una salida al conflicto. Nada más lejos de sus intenciones. La misma noche electoral, los militantes socialistas eufóricos concentrados ante la sede de Ferraz gritaban “¡con Rivera no!”, pero él tenía otra idea en su cabeza: el pacto con Ciudadanos para hacer un gobierno de centro nacionalista español. Una idea avalada por los poderes fácticos del Estado, que pedían un gobierno de orden para salvar la unidad de España.
El líder del PSOE aceptó el juego que le marcaba el Ibex 35 y buscó el apoyo de Ciudadanos, un partido creado (por esos mismos poderes fácticos) con la intención de dividir Catalunya y cuya obligación tenía que ser la muleta del PSOE o del PP en Madrid, según conviniera. Pero Albert Rivera, borracho por los resultados, creyó que en lugar de muleta del PSOE podía ser el dirigente de la derecha española, relevando al PP en esta función. Un error fatal. La fotografía de la plaza Colón de Madrid con las tres derechas no era para convertirlo en caudillo de la derecha española, sino para rearmar un PP herido por los escándalos de corrupción. La bandera española —¡a qué dudarlo!—, sirve para tapar la corrupción de los partidos estatales. También del PSOE, pues esta semana la justicia española ha decidido aplazar la sentencia del caso de los ERE, en la cual hay implicados dos ex-presidentes socialistas de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves i José Antonio Griñán, hasta pasadas las elecciones para no perjudicar las expectativas de Sánchez. ¿La justicia igual para todos? ¡Anda ya!
Pedro Sánchez hizo la comedia de aparentar que negociaba con Podemos un gobierno de izquierdas, pero en realidad lo que hacía era ir dinamitándolo cada semana, hasta el punto de humillar la formación de Pablo Iglesias. Podemos quería un gobierno de coalición, pero el PSOE se negaba. La excusa principal era que Iglesias no podía estar en el Consejo de Ministros. El dirigente de Podemos dio un paso atrás y puso en evidencia a Sánchez. Después, la excusa fue que no podía gobernar con un partido que defendía el referéndum, y Podemos renunció al referéndum. Finalmente, el PSOE puso encima de la mesa la excusa de verdad: no podía hacer un gobierno con quien podría criticar la sentencia del Tribunal Supremo español contra los dirigentes independentistas que tenía que salir en otoño. El Estado por encima de la democracia. Este fue el hilo que usó Sánchez para enterrar un gobierno de izquierdas. Tampoco consiguió cautivar a C’s, porque Albert Rivera se negó a pactar. Fue el inicio de su final. C’s es un partido liberal, pero en la práctica tiene muchas similitudes con la extrema derecha, más que el PP, que es un partido muy conservador pero sistémico. Sánchez se quedó solo, pero es un hombre que no tiene miedo de los retos difíciles. En su momento hizo un pulso con la dirección del PSOE y el grupo Prisa para no doblegarse al PP. Es un hombre con sonrisa de dentífrico que le gusta jugar fuerte, al todo o nada. Esta vez, ha decidido jugar al peligroso juego de la ruleta rusa.
Las encuestas favorables del verano han ido cambiando de color con el otoño, y los escaños han empezado a caer como las hojas de los árboles. Todavía no se ha hecho oscuro del todo y el PSOE continúa encabezando los pronósticos demoscópicos, pero con el PP pisándole los talones. A las puertas de la campaña, la incertidumbre sobre cuál será el partido más votado el 10 de noviembre, o con más escaños, es muy grande. La campaña ultranacionalista que ha hecho el PSOE, lo ha dejado sin socios en Catalunya, pero tampoco los busca. El PSOE busca los escaños de Ciudadanos, en caída libre en todo el estado. Para conseguirlos, ha hecho, probablemente, la campaña más agresiva contra el independentismo que se ha hecho nunca, avalando la represión, negando cualquier salida dialogada e, incluso, introduciendo la censura en internet, en un acto que lo acerca a la dictadura china. La razón de Estado por encima la Democracia. Es el axioma con que funciona la política española desde hace años y el PSOE lo ejecuta a la perfección. Incluso, si hay que renunciar a sus principios, como lo del federalismo, lo hace, pero lo vuelve a recuperar porque el PSC lo necesita para poder hacer ver en Catalunya que tiene una alternativa al jacobinismo de Ferraz.
La campaña electoral difícilmente variará los pronósticos demoscópicos. Tras las votaciones nadie tendrá mayoría absoluta para gobernar España, pero la tendencia que se ha ido imponiendo estos últimos meses es un gran pacto de estado entre el PP y el PSOE, que dé estabilidad y permita hacer gobierno. No necesariamente tiene que tener forma de coalición. El proceso catalán será la excusa para justificar una involución democrática que afectará a Catalunya, pero el recorte de derechos y libertades afectará a todo el estado español; un paso hacia atrás en esta democracia aún en mantillas. La sentencia del Supremo español condenaba a los independentistas, sí, pero recortaba también derechos a todos los ciudadanos del estado, cosa que parece no se tenga en cuenta. Es una dinámica que no tiene freno, porque en esto hay consenso tanto al PP como al PSOE, las libertades y la verdadera democracia les viene grande, pues la manera de gobernar déspota les encanta. Solo falta que Vox haga un buen resultado para acabar de dar el empujón definitivo. Catalunya ha sido el motivo de las veces (tantas veces) donde los partidos españoles han abocado todas sus impotencias.
.
Hoy a las 3:43 am por athenea
» Sinónimos múltiples
Hoy a las 3:39 am por athenea
» twitts
Hoy a las 1:29 am por Tatsumaru
» Buenas noches
Hoy a las 12:48 am por Laberinto
» VOX: Es lo que hay.
Hoy a las 12:41 am por Laberinto
» Como se le ve el plumero a TVE.
Hoy a las 12:11 am por el.loco.lucas
» Que ha pasado en el Libano a los terroristas de Hezbola
Ayer a las 11:57 pm por el.loco.lucas
» Vejez, divino tesoro.
Ayer a las 11:45 pm por NEROCAESAR
» Feijoo
Ayer a las 11:41 pm por Laberinto
» Relaciona palabras
Ayer a las 11:21 pm por Laberinto
» Sustantivos y nombres propios en francés.
Ayer a las 10:28 pm por athenea
» Bichillos y animalillos en acción
Ayer a las 10:28 pm por Z
» Un minuto de baile:
Ayer a las 10:23 pm por Z
» Sustantivos y nombres propios en catalán.
Ayer a las 10:08 pm por NEROCAESAR
» El teatro de Will. (Videos)
Ayer a las 8:51 pm por Z
» En directo en TVE: Pedro Sánchez dando la tabarra y sus seguidores aplaudiendo como focas!
Ayer a las 7:14 pm por Séneca
» Begoña Gerpe:
Ayer a las 7:11 pm por Z
» Nuevo intento de asesinato de Trump...
Ayer a las 7:07 pm por Séneca
» El humor politico
Ayer a las 6:10 pm por NEROCAESAR
» Un abogado contra la demagogia. (Videos)
Ayer a las 5:50 pm por Z
» Música y danza de la India:
Ayer a las 5:26 pm por Z
» ¿Qué tal el tiempo de hoy?
Ayer a las 5:16 pm por Laberinto
» El gobierno de España implicado en el golpe de estado en Venezuela
Ayer a las 5:13 pm por Séneca
» Chorradas varias
Ayer a las 5:10 pm por Tatsumaru
» CNI y Venezuela.
Ayer a las 4:28 pm por Séneca
» Yoyomi.
Ayer a las 3:46 pm por Z
» Ayuso
Ayer a las 2:42 pm por marapez
» Carne Cruda
Ayer a las 2:28 pm por Laberinto
» ¿Y si gobernaran PP y Vox?
Ayer a las 1:54 pm por marapez
» Los Meconios desatados!
Ayer a las 1:51 pm por Z