Akra-Leuke
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 | | Tema: MIRANDO HACIA ATRÁS SIN IRA Sáb Sep 08, 2018 7:12 pm | |
| . MIRANDO HACIA ATRÁS SIN IRA En los partidos políticos, y sobre todo en los grandes, al ser agrupaciones de personas de diversos estamentos sociales, sensibilidades y caracteres, no todos tiene exactamente las mismas ideas, quizás sí en las generales, pero a veces ni siquiera en la manera de llevarlas a cabo. Eso ocurre en todos, de ahí que haya en ocasiones que recordar que el que se mueva no sale en la foto. Líbrenme los dioses del Olimpo en defender yo a falangista alguno, al ser la Falange Española una organización de corte fascista y que tanto ha perjudicado a España durante su imposición, pero no todos ellos, ni en las bases ni en los mandos, eran iguales, pues afortunadamente los seres humanos no somos robots. Me viene ahora a la cabeza, cuando con el fin de no reconocer su crimen de asesinar a uno de nuestros mejores poetas, el granadino Federico García Lorca, y pretender suavizarlo, un comentario aparecido en La Estafeta Literaria donde se buscaban situaciones de índole sexual para tal asesinato, presentándolo como ajuste de cuentas entre homosexuales. Si ya el asesinato del poeta es despreciable y repugnante, el pretender ensuciar su nombre para quitarse de encima el asesinato es indigno y solo producto de los más bajos instintos. Dionisio Ridruejo, falangista, rector que fue de la Propaganda Nacional, que conoció el confinamiento, la cárcel y el exilio, tras el bochornoso e insultante para la dignidad humana, el artículo de La Estafeta, escribe al ministro de Información y Turismo, Gabriel Arias Salgado, esta carta que reproduzco entera. “Querido amigo: No quiero y no puedo dejar de pasar en silencio y sí protestar la publicación de un artículo aparecido en La Estafeta Literaria, donde se transcriben y glosan, con intención demasiado miserable, algunos párrafos del trabajo publicado por M. Schonberg en “Le Figaro Littéraire", sobre la muerte de Federico García Lorca. El artículo de La Estafeta es de los que deshonran a quienes lo escriben y lo publican, y a quienes lo leen sin rebelarse. Te invito a juzgarlo por ti mismo: se trata allí de exculpar al Movimiento Nacional de la mancha arrojada sobre él por la muerte del poeta; la exculpación no se logra, y el autor del artículo, aun siendo un necio, no podía menos de saberlo. De lo que el mundo ha hablado siempre es precisamente de lo que allí queda en pie: una máquina política de terror ha matado a un hombre que, aun desde el punto de vista más fanático, debía ser considerado como inocente. El artículo viene a confirmar esta inocencia, a desvanecer cualquier justificación subjetiva fundada en una necesidad revolucionaria, y no desvirtúa, por otra parte, el hecho de que el poeta haya muerto a manos de los agentes de la represión política de Granada, sin que nadie les pidiera cuentas. ¿Para qué, por lo tanto, se ha escrito este artículo? A mi juicio, por una sola razón: porque la publicación de los párrafos de Schonberg permitía arrojar alguna sombra, algunas salpicaduras de infamia sobre la memoria de la víctima. No se trataba tanto de establecer que los móviles reales de esa muerte, conjeturados por el escritor francés, no fueran políticos, sino de proclamar que fueron “oscuros”. Sin duda, el director de La Estafeta, Juan Aparicio, ha pensado “cristianamente”que, empequeñeciendo el valor de la víctima, el crimen, o el error, son más disculpables. A mí me parece que esto se pasa de la raya, que es una porquería, y que se han atropellado todas las leyes del honor, de la piedad y de la decencia. Me pregunto y te pregunto si la opinión de los españoles pueden estar dictada por gentes capaces de cometer semejante villanía. A poca cosa, si es así, hemos venido a parar cuando tan poco respeto se nos debe. No obstante, y para compensar esto, sin duda, y proteger nuestra seguridad espiritual, tu censura nos ha impedido leer en la prensa española un solo recuerdo a don José Ortega y Gasset, en el día del aniversario de su muerte, y hasta la esquela familiar anunciando el sufragio por su alma ha sido eliminada. Está claro que los españoles debemos menospreciar a uno de nuestros más grandes poetas, debemos ignorar a nuestro mayor filósofo y después debemos callarnos. Perdóname que no me resigne a cumplir la consigna y que proteste con indignación. Te saluda, Rodrigo Ridruejo. 26 de noviembre de 1973. | |
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