Un estudio científico elaborado en la Universidad de Guadalajara, México, reveló que el veneno de las abejas tiene propiedades que pueden reducir los dolores provocados por el Parkinson.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Un grupo de investigación compuesto por científicos y alumnos de la Universidad de Guadalajara descubrieron que el veneno de abeja tendría efectos positivos contra el parkinson. El Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) aseguró que las propiedades de esta sustancia atenuarían los efectos de la enfermedad.
Silvia Josefina López Pérez, investigadora del Departamento de Biología Celular y Molecular del CUCBA, explicó a través de la página web del centro de estudios que las personas que padecen de parkinson pierden las más del 80% de las neuronas dopaminérgicas.
Marco Antonio Noriega Ruiz, estudiante que participó en las pruebas conductuales y celulares de la investigación, precisó que el parkinson no tiene cura, pero que el veneno de las abejas ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.
En México, país en el que se realizó esta investigación, el parkinson es la segunda condición neurodegenerativa más frecuente. Esta es la razón por la que el grupo de estudio decidió dar con una posible cura. En ese sentido, descubrieron que el veneno puede preservar la capacidad motora y la memoria a corto plazo.
Los investigadores introjuderon el estado parkinsónico a roedores mediante una droga derivada de las anfetaminas. Después de que los animales mostraron los síntomas de la enfermedad, los científicos les colocaron apitoxina o veneno de abeja
Tras realizar algunas pruebas, los investigadores observaron que los animales empezaron a reconocer objetos y recuperaron su capacidad de manipular y comer espagueti. Esto quiere decir que los roedores recuperaron su memoria a corto plazo hasta un 70 por ciento.
Los síntomas del parkinson son el movimiento involuntario de las manos y la pérdida de memoria. Se desconocen las causas de la muerte de las neuronas, pero se cree que podría deberse a los pesticidas. Personas mayores de 60 años son más propensas a sufrir esta enfermedad. No obstante, según López Pérez, adultos de 40 años también la pueden padecer.
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