Los virus pueden meterse de diferentes formas, desde abrir un archivo adjunto de un correo a descargar un archivo o programa de una página desconocido (si descargas un programa debes hacerlo siempre de la correspondiente página oficial o la de la propuesta por el autor del programa, nunca de una página de descarga (Softronic, ZDnet, etc). Usar en lo más posible programas OpenSource (programas de código abierto), que habitualmente se encuentran en páginas, como GitHub o Sourgeforge o también en páginas propios del autor.
Siempre después de descargado un programa, antes de instalar o usarlo, lo primero es de repasarlo con el antivirus (Windows Defender) y en la instalación, siempre, cuando es posible, elegir la instalación avanzada o personalizada, esto te permite descartar eventuales ads no relacionados con la aplicación.
Abrir nunca archivos adjuntos en un correo, que nos es de un remitente conocido o comprobable y desde luego no pinchar nunca en los banners publicitarios.
En general, el actual Windows Defender te protege de forma eficiente y habitualmente bloquea los descargas de archivos que contienen un malware. Usando una extensión, recomendado uBlock Origin en el navegador, este aparte de bloquear molestos ads en las páginas web y en YouTube, bloquea también la entrada en páginas que contienen algún malware o contenido fraudulento.
Con estas simples reglas y algo de sentido común, es poco probable de pillarte un virus, independiente que Windows 10 actualmente ya se protege muy bien de una infección.