Un estudio realizado por las universidades de Berna y Zúrich asegura que católicos y protestantes son menos propensos al suicidio que ateos y agnósticos. Los ateos, además, tienen una tasa de suicidios más alta que la de cualquier religión. Por otra parte, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo asegura que los creyentes tienen menos probabilidades de padecer una depresión.