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Los servicios secretos españoles, en función de sus obligaciones, han efectuado un impresionante trabajo para conseguir la detención del presidente de Catalunya señor Carles Puigdemont. Al margen de la necesidad o no, de lo justo o injusto, lo cierto es que a las pocas horas de que un juez emitiera la euro orden, ya era localizado a miles de kilómetros y enviado a una comisaría alemana al ser en esta nación la detención.
 
Sin embargo, ya en vista de detener a todo delincuente, si es que Puigdemont ha cometido un delito, parece muy dificultoso para este organismo estatal localizar a quien en los papeles de Luis Bárcenas, el famoso cabrón de España y al que se le encomendaba fortaleza, aparecía como un tal M. Rajoy, que bien podría ser juzgado por malversación de dineros públicos, aportación ilegal a campañas electorales (fraude electoral) financiación con dinero negro (¿prostitución, narcotráfico, venta de armas…?) y un largo etcétera. Ante la magnífica actuación, por lo rápida, del servicio secreto de inteligencia, llego a entender que no localizar a quien Bárcenas tenía como M. Rajoy, será porque ningún juez ha decretado su búsqueda y captura.
 
Este país acostumbra a tener enigmáticos personajes que no son objeto del deseo de imputar, ya manejando dineros negros, cal viva, declaraciones de guerra donde no nos han llamado ni hemos perdido ni un alfiler, gentes que arruinan a millares de ciudadanos con engaños, y al final todo queda en el olvido. ¡Lástima que todos ellos no se llamen Puigdemont o Jordi! Seguro que ya estaban en la trena.

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Es la M la que dificulta a los servicios secretos españoles y a los jueces,  poner nombre al delincuente del PP que recibia sobres y dinero procedente de la corrupción, y mira que el apellido es unico, creo que no llegan a 400 el total de personas con ese apellido, pero piense que el CNI y la Justicia tiene que estar seguro que no sea la M de Marrano.

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Sí, esa M es muy complicada, ¡puede significar tantas cosas!... Si en vez de M. Rajoy, el cabrón del reino de España hubiese escrito C. Rajoy, quedaba claro que era la C de corrupción, y no la de Carmen de la ópera de Bizet, pero esa M, por mucho hedor que destile, y destila, es compleja hasta para uno de los mejores centros de espionaje del mundo, que al lado del 007 éste se queda en mantillas.

No obstante, y no es que yo sea muy inteligente, que para alcanzar eso me falta una enorme escalera, me pregunto inocentemente ¿será la M de Mariano? ¡Uy, uy, uy!... fíjese señor Tinajas si así, como el que no quiere la cosa, acabo de descifrar el enigma. Y no, no pretendo una medalla, ni un viaje pagado a la costa murciana, es sólo una pequeña idea, inocente, tonta, sí, pero ¡quién sabe!... ya lo decía el viejo slogan publicitario: déle sabor a la vida con el coñac Fundador, porque el que sabe, sabe que Domecq, sabe mejor.

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