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Como ya lo esperábamos, los socialistas se han echado a la calle contra el Gobierno nada más llegar a la oposición. Primero, protegieron al 15-M y ahora se han aliado con él, tanto con sus componentes pacíficos como con los violentos. Y lo que vendrá, si la opinión pública lo consiente.

Y no hay que descartar que lo consienta dada la enorme tolerancia que hay en nuestro país hacia las protestas ilegales y violentas provenientes de la extrema izquierda. Y subrayo lo de extrema izquierda porque el debate no sería el mismo si los heridos policiales de Valencia, más que manifestantes heridos, o si los 25 detenidos, fueran miembros de grupos de extrema derecha.

En ese caso, no habría ocurrido lo que estamos viendo, que la presunción de culpabilidad se le suponga a la Policía y no a los manifestantes violentos. O que el Partido Socialista se ponga al frente de las algaradas callejeras sin el más mínimo pudor.

Los socialistas que alertan incesantemente sobre los peligros que acarrea la extrema derecha para Europa se disponen a jugar en España, sin embargo, la carta de la extrema izquierda. Lo de Valencia ha constituido el primer asalto. Vendrán muchos más en los próximos meses.

Edurne Uriarte