6.000.000 de parados cambiaron el mundo: Hitler subió al poder y provocó la II Guerra Mundial

En los años 30, Europa contemplaba una Alemania socialista que se desangraba por la herida del desempleo. No hubo sensibilidad: Alemania tenía que pagar sí o sí las reparaciones de guerra impuestas tras la I Guerra Mundial. Y un día, se anunció que el paro alemán llegaba a los 6.000.000 de ciudadanos. Lo que vino después recuerda lo que puede pasar hoy: el partido socialdemócrata empezó a ser un partido que no representaba a nadie (había sido gobierno varios años) y aparecieron dos fuerzas determinantes en la política alemana, los comunistas y los nazis. Los dos grupos consideraban que la violencia era legítima cuando el drama social llegaba hasta donde estaba llegando. La violencia se justificaba para resolver lo que la democracia no estaba resolviendo. Las calles de Alemania se llenaron de violencia organizada y los ganadores fueron los nazis. Europa (y el mundo) empezaron en 1933 un ciclo económico que terminó en el horror. La mecha: 6.000.000 de parados.

¿No valdría la pena analizar lo pasado para no tropezar en piedras parecidas?


Se me dirá que nada es igual; pero yo insistiré que todo es semejante. Lo que puede ser más curioso es que los actores han cambiado sus disfraces en esta nueva representación. Los alemanes son ahora los que imponen la literalidad de unos tratados mientras que muchos que tuvieron recursos ayer ahora son pobres y deudores.

Algunos pueden pensar que España vivió de refilón todo aquello, pero se equivocan. La economía mundial en crisis desde el 29 hasta los 30 se llevó por delante un momento ilusionante de la vida española, la II República.

6.000.000 de parados alemanes consiguieron por fin empleo en los años 40 tras el triunfo de la dictadura nazi. Después, 50.000.000 de seres humanos perdieron la vida en una guerra mundial propiciada por quienes creían tener una solución para el desempleo. Pero fue en las tumbas.

¿Dramático? Sí. ¿Exagerado?; Depende. Guerra mundial como esa llamada Segunda, no se va a producir, pero conflictos durísimos con vida humanas de por medio, puede ocurrir.

Conviene examinar lo que está pasando en Grecia con la aparición de partidos extremistas cada día más votados. Y no voy a analizar la economía griega y sus errores, como no examino la de Alemania y sus errores allá por los años 20. Estoy contando un drama democrático que pasó y que podría volver a pasar si los parados pasan a ser millones y millones.

Un partido esencialmente de centro-izquierda (el PSOE) sufre un deterioro máximo: ustedes ni ocupan mercados, ni uniformizan España, ustedes no interesan. El PSOE se maneja muy bien en los matices y muy mal en los dogmas. Pero al acercarse a los 6.000.000 de parados los matices consiguen pocos votos.

Las empresas son culpables, España es culpable, las autonomías son culpables, Cataluña es culpable, Zapatero es culpable y así hasta el infinito, (recordando a Serrano Suñer). Lógicamente están apareciendo Divisiones Azules por todos los rincones: CiU organiza su División Azul, el PP la suya, el SOC la suya, algún empresario la suya. Sólo el PSOE, ni la organiza, ni sabe, ni puede, ni quiere: el PSOE está cayendo en las encuestas (entre otras cosas) porque es imposible que organice nada parecido a esas Divisiones Azules ideológicas que empiezan a fragmentar la España que se acerca a los 6.000.000 de parados.

¿Y si resultase que lo eficiente y lo prudente es apuntarse a un PSOE algo confuso, poco dogmático y muy negociador?

Luis Solana es militante socialista y promotor de Nuevas Tecnologías



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