Akra-Leuke
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 | | Tema: ¿QUÉ LE PASA A ESTA ESPAÑA? Sáb Dic 28, 2019 8:45 am | |
| . ¿QUÉ LE PASA A ESTA ESPAÑA? ¿Es que no es posible hacer bien las cosas? ¿Ha de ser la chapuza la divisa nacional?: En política, en las leyes, en la justicia… ¿y queremos se nos respete en el mundo? La mentira ha sido el arma más utilizada por el Estado español con la finalidad de desactivar el independentismo, ¿por qué? Debiera ser con la razón, con la verdad y la democracia como se puede hacer ver a los independentistas de su error, si es que lo están, que cada vez lo dudo menos ante el acoso despiadado españolista. Al final, no deseando ver nunca la independencia de Catalunya, ya pienso si seré yo el equivocado. Todos los poderes del Estado, desde el gobierno hasta el poder judicial, pasando por los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, han utilizado la mentira, la información falsa, la tergiversación y la intoxicación para extender falsedades sobre el movimiento independentista. En la época de la posverdad, no tendría que sorprender nadie que el Estado español utilizase los mismos métodos que Donald Trump o Vladímir Putin para manipular la opinión pública. De hecho, el gobierno español, entonces encabezado por José María Aznar, hizo un intento de intoxicación masiva con los atentados del 11-M, atribuyéndolos a ETA. La maniobra fue tan barriobajera, sucia y repugnante que resultó fallida. En ocasiones los españoles estamos por encima de la clase política y los poderes fácticos que nos toca sufrir.
Desde entonces España ha perfeccionado sus sistemas de intoxicación, a pesar de que a veces todavía quedan en evidencia, como ha pasado en el caso de los CDR detenidos el pasado 23 de septiembre por la Guardia Civil. Toda la maquinaria propagandística del Estado se puso en marcha para criminalizar el independentismo vinculándolo a un terrorismo inexistente. Como que era inexistente, se crearon pruebas falsas, explosivos y armas que no han aparecido nunca, e incluso una organización: los Equipos de Respuesta Táctica (ERT), que nadie conocía pero que se preparaba para actuar cuando se publicara la sentencia del Tribunal Supremo. Un relato que no hubiera sido posible sin la complicidad de los medios de comunicación, columnistas, tertulianos y analistas que le dieron veracidad. Es lo que ocurre cuando se confunde el periodismo con la simple repetición del relato policíaco, en algunos casos aumentado por las ganas de sensacionalismo amarillista o simplemente por un acto de servicio a la patria contra el enemigo común e interno.
El relato policíaco y judicial es el único aceptable, cuestionarlo pues, te convierte en sospechoso o cómplice de este terrorismo inexistente. Los partidos políticos españoles se abonan con fruición, no solo dándole veracidad sino señalando cómplices y culpables. El presidente del gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, llegó a pedir que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, condenara la violencia. Ya lo situaba como sospechoso o cómplice, porque en el delirante informe de la GC, repetido fielmente por los medios, se le atribuía una contubernio con los CDR detenidos para ocupar el parlamento. Para Sánchez, no era importante si aquello era verdad o no, lo importante era que le iba bien, y sin escrúpulos, para desgastar el presidente de la Generalitat. Detrás de Sánchez, toda la clase política española, con diputados en el parlamento incluidos, que hablaron de bombas y Goma-2, ensanchando el menú delictivo de la GC. Su rastro de mentiras está en la red y con un poco de hemeroteca digital, afortunadamente, se puede encontrar. Pero judicialmente quedarán impunes, porque me pregunto ¿la justicia española forma parte de la trama? Esperemos que no…
La cosa que menos importa es la vida de estas siete personas, dos de las cuales todavía están encarceladas, los tres meses que han pasado en la prisión, la incomunicación, los interrogatorios que sufrieron, el maltrato a sus familiares, las acusaciones falsas, etc. Cuando la razón de Estado está por encima de los derechos humanos se abre la puerta al totalitarismo. Es la misma razón de Estado que justifica rebelión allá donde no hubo, ni violencia, para poder encarcelar los dirigentes del independentismo. La razón de Estado quedará nuevamente impune, porque en España no hay justicia contra la mentira si esta mentira es para ir contra el independentismo. La mentira es una arma de destrucción masiva de la democracia. Después se preguntan como es que crece tanto la extrema derecha en España.. | |
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