CREO QUE FUI EL PRIMERO

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CREO QUE FUI EL PRIMERO

En este Foro me refiero, en destapar públicamente ciertas vergüenzas del que parecía ser el nuevo Mesías para muchos creyentes de la nueva religión que brotó entre los indignados de la Puerta del Sol. Pero, conforme lo destapaba, me llovían chuzos de punta en forma de insultos, desprecios y solicitudes de que fuera echado del lugar. Como la experiencia de los años es mayor conforme los cumples, ya mi experiencia del ser humano es bastante, y esa experiencia la acompañé en no enojarme por nada, pues como dicen mis amigos salvadoreños, "el que se enoja pierde" y no me gusta perder ni a las canicas. No consiguieron enojarme, si acaso aumentar mis recetas en el sentido de ir destapando lo arribista, vividor y truhan del Mississippi del personaje.

Y ahora llegan noticias de que, efectivamente, del botarate, del vividor, del arribista, del preñado de caudillismo, ya que me refiero a Pablo Iglesias, se van conociendo acontecimientos de lo que yo intuía. No, no estaba lejos, no. Yo no creaba bulos, no. Yo no mentía... solo intuía.

Y al final todo sale a la luz, y el personaje, un bluff, un invento televisivo, un ídolo de barro, se va desmoronando, porque todo aquello que es ficción no puede durar mucho tiempo. Ni es político que valga, ni es defensor de los más necesitados, ni es en realidad algo bueno, pues conflictivo, vengativo, insultador profesional, deslenguado, pendenciero, malcarado y de aspecto poco aseado, aquellas personas engañadas, sinceras al votarle por creer inocentemente sus fantasías, pensar que el humo que les vendía era lo necesario, o que los frascos de crecepelo les haría crecer largas melenas, es la gran mentira de la política española del siglo.

Pablo Iglesias es un fracaso, y creer en él ha sido una pérdida de tiempo; un perfecto embaucador que está colocando la alfombra roja para que la extrema derecha, los fascistas de Vox, vayan escalando peldaños a peldaño hasta alcanzar el poder gubernamental. Es lo que tiene la gente sencilla y noble, que les duele ser engañada por vividores y arribistas de esta calaña; y al conocerlos les dan la espalda, y prefieren lo malo, y el fascismo lo es, antes que lo peor.

Por fin los palmeros de Iglesias podrán decir que su dios y rey caudillo ha conquistado la cima que buscaba, su Galapagar, sus dos buenos sueldos, sus privilegios y prebendas, sus aforamientos, y el miedo metido en el cuerpo de mucha gente al ver que Abascal le come el terreno y triunfará. Es de esperar, por su propio bien, que sus fieles allegados, sus vasallos, su enyugados, su grey cambie la obediencia ciega por la exigencia de responsabilidades. Que Pablo sea una nulidad es perdonable, nadie somos perfectos, aunque él pregonara serlo y sus monaguillos dijeran amén, Lo que no es perdonable es que nos haya despertado el fascismo que parecía estar muerto. Esto no...

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El Postiguet escribió:

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CREO QUE FUI EL PRIMERO

En este Foro me refiero, en destapar públicamente ciertas vergüenzas del que parecía ser el nuevo Mesías para muchos creyentes de la nueva religión que brotó entre los indignados de la Puerta del Sol. Pero, conforme lo destapaba, me llovían chuzos de punta en forma de insultos, desprecios y solicitudes de que fuera echado del lugar. Como la experiencia de los años es mayor conforme los cumples, ya mi experiencia del ser humano es bastante, y esa experiencia la acompañé en no enojarme por nada, pues como dicen mis amigos salvadoreños, "el que se enoja pierde" y no me gusta perder ni a las canicas. No consiguieron enojarme, si acaso aumentar mis recetas en el sentido de ir destapando lo arribista, vividor y truhan del Mississippi del personaje.

Y ahora llegan noticias de que, efectivamente, del botarate, del vividor, del arribista, del preñado de caudillismo, ya que me refiero a Pablo Iglesias, se van conociendo acontecimientos de lo que yo intuía. No, no estaba lejos, no. Yo no creaba bulos, no. Yo no mentía... solo intuía.

Y al final todo sale a la luz, y el personaje, un bluff, un invento televisivo, un ídolo de barro, se va desmoronando, porque todo aquello que es ficción no puede durar mucho tiempo. Ni es político que valga, ni es defensor de los más necesitados, ni es en realidad algo bueno, pues conflictivo, vengativo, insultador profesional, deslenguado, pendenciero, malcarado y de aspecto poco aseado, aquellas personas engañadas, sinceras al votarle por creer inocentemente sus fantasías, pensar que el humo que les vendía era lo necesario, o que los frascos de crecepelo les haría crecer largas melenas, es la gran mentira de la política española del siglo.

Pablo Iglesias es un fracaso, y creer en él ha sido una pérdida de tiempo; un perfecto embaucador que está colocando la alfombra roja para que la extrema derecha, los fascistas de Vox, vayan escalando peldaños a peldaño hasta alcanzar el poder gubernamental. Es lo que tiene la gente sencilla y noble, que les duele ser engañada por vividores y arribistas de esta calaña; y al conocerlos les dan la espalda, y prefieren lo malo, y el fascismo lo es, antes que lo peor.

Por fin los palmeros de Iglesias podrán decir que su dios y rey caudillo ha conquistado la cima que buscaba, su Galapagar, sus dos buenos sueldos, sus privilegios y prebendas, sus aforamientos, y el miedo metido en el cuerpo de mucha gente al ver que Abascal le come el terreno y triunfará. Es de esperar, por su propio bien, que sus fieles allegados, sus vasallos, su enyugados, su grey cambie la obediencia ciega por la exigencia de responsabilidades. Que Pablo sea una nulidad es perdonable, nadie somos perfectos, aunque él pregonara serlo y sus monaguillos dijeran amén, Lo que no es perdonable es que nos haya despertado el fascismo que parecía estar muerto. Esto no...

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Más basura del asqueroso discurso fascista del odio, ese con el que todos los monaguillos, trompeteros y voceros del fascismo envenenan España.

Salú y República.