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El Llagostera, equipo de fútbol de 2ª división, recién ascendido, jugará hoy su partido de fútbol contra el Leganés en su estadio a puerta cerrada.
Así lo estimó el Juez de la RFEF debido a los insultos racistas de una espectadora, completamente identificada, hacia un jugador africano del Rácing de Santander la temporada pasada.
Que esa espectadora fuera sancionada me parecería lo justo, y que se le prohibiera pisar un recinto deportivo durante un tiempo determinado o de por vida por su actitud incivilizada, es más, tendría que sufragar una elevada suma de dinero destinado a solucionar los problemas de los inmigrantes, y para que aprendiese, obligarla a asistir durante un tiempo a personas del continente africano que llegan a nuestro país en busca de mejoras. Pero el castigo ha sido para toda una afición, para los jugadores locales que jugarán sin el calor de sus aficionados, y al club que verá mermados sus ingresos. Y eso me parece excesivo e injusto.
Si la justicia no hay que tomársela por la mano, cosa imprescindible en una sociedad avanzada, es entonces cuando los jueces deben obrar con justicia, Aquí se ha castigado a inocentes, y nunca entenderé la frase de pagar justos por pecadores. Algo ha fallado en esa decisión, y si falla la justicia la sociedad queda maltrecha.
El Postiguet