La derrota de Feijóo es estrepitosa y el ridículo del PP en Europa, inmenso
Comparecía Teresa Ribera ayer, en el Congreso de los Diputados, mientras, en Bruselas, el Partido Popular Europeo dejaba colgado de la brocha a Alberto Núñez Feijóo. Explicaba Ribera con hechos, con pruebas, con horarios, al detalle, lo que pasó y lo que hicieron los organismos dependientes de su ministerio el día de la DANA mientras un PP desbocado no escuchaba y mantenía su discurso cargado de falsedades con el único objetivo de hacerse con la pieza que llevan tantos días anhelando. Pero no contaron con que Europa es seria, con que una cuestión doméstica que tiene como único objetivo salvar el culo de uno de los suyos, Carlos Mazón, no puede desestabilizar a la Unión Europea. Así que su queridísimo Manfred Weber, al que acude una y otra vez Alberto Núñez Feijóo, les dejó tirados.
Dicen ahora en el PP que se dan por satisfechos con haber conseguido dilatar el nombramiento de Ribera, dilatando también el momento en el que el president de la Generalitat tenga que asumir responsabilidades, pero la derrota de Feijóo es estrepitosa y el ridículo hecho en Europa inmenso. Al líder del PP le da absolutamente igual que España consiga tener la más alta representación que ha tenido nunca en la Comisión Europa y le da absolutamente igual la estabilidad europea. El único objetivo era Ribera, como meta volante, y Pedro Sánchez, como meta final.
El líder de los populares europeos, Manfred Weber, se había comprometido con Feijóo a esperar a la comparecencia de Ribera en el Congreso antes de tomar una decisión. Al final, ni siquiera esperó, pero si lo hubiera hecho hubiera sido peor, porque se hubiera dado cuenta de que el relato de la todavía vicepresidenta española desmontaba una a una las mentiras que han ido desgranando Mazón y el PP en la gestión de la emergencia. Porque los populares tienen todavía el cuajo, a día de ayer, de acusar a Ribera de estar desaparecida, cuando han sido incapaces de explicar la desaparición del presidente Mazón, ni siquiera son capaces de detallar con cuantos alcaldes habló Mazón durante esa tarde, si es que habló con alguno.
La ofensiva del PP contra Ribera pone en cuestión de nuevo la estrategia de Alberto Núñez Feijóo, que también en esto se ha involucrado de lleno, convirtiéndose en el principal portavoz de los ataques. Sus colegas europeos le han dejado caer y su liderazgo se debilita cada día que pasa y su debilidad ya no es solo interna, esta vez, y porque el PP así lo ha querido, ha llegado también a Europa.
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