#6: El mercurio rojo. ISIS es lo más cercano que el mundo tiene actualmente a un montón de supervillanos, así que sólo es normal que estén dedicando una cantidad extraordinaria de tiempo, dinero y energía hacia adquirir una superarma real capaz de aniquilar el mundo como lo conocemos. Afortunadamente, son más como los Bebop y Rocksteady de los chicos malos, porque apestan aprendiendo de errores pasados.
Caso en cuestión: ISIS realmente quiere el mercurio rojo, que es el equivalente terrorista de un rickroll… y son sólo los últimos en una larga lista de malhechores en caer en esto.
Tras el colapso de la Unión Soviética, comenzaron a esparcirse rumores sobre una sustancia experimental conocida como “mercurio rojo” desarrollada por la URSS. Solo, se dice que el mercurio rojo es un compuesto inofensivo, pero cuando se combina con explosivos convencionales, es capaz de generar enormes explosiones del tamaño de las de bombas nucleares. O lo haría, si el concepto del mercurio rojo no violara todas las leyes de la química, física y, que los jodan, metamos la biología sólo porque así de antinaturalmente estúpido es este esquema.
Pero esto no detuvo a ISIS. En 2014, a mitad de su agotada
Gira Calpijapetito por la Destrucción, trataron de poner una orden por 4 millones de dólares de mercurio rojo de un contrabandista de armas local. Y sólo en caso que el contrabandista (legítimamente) no supiera que estaban buscando, le enviaron algunas fotos de esto por WhatsApp.
No queriendo ser el tipo que le dijera a ISIS que eran un montón de putos idiotas, el contrabandista eventualmente les dijo que había encontrado a alguien con las conexiones para poner sus manos en algo del polvo mágico. Sólo que esta otra persona totalmente no inventada no se lo vendería a ISIS. Tenían estándares, verás, y una novia canadiense que impresionar.
Este fracaso es básicamente la misma exacta historia para cualquier otro grupo terrorista baboso que haya tratada de poner sus manos en este compuesto místico. En 2013, un grupo de terroristas domésticos fue arrestado en Turquía después de alardear de su mercurio rojo en los medios sociales (que es donde ISIS consiguió esa foto, a propósito). En 2006, los Tamil Tigers trataron de adquirir un alijo del material como parte de su recurrente cruzada secesionista contra el gobierno de Sri Lanka. Osama bin Laden hasta quiso poner sus manos en este asistente del Armagedón en 1999, sólo para ser frustrado por los “principiantes nucleares” que había enviado para negociar en su nombre.
Como cualquier buena leyenda de campo de entrenamiento, las propiedades del mercurio rojo siempre cambian de relato en relato. Sabemos esto porque el Departamento de Energía rastrea cada rumor del mercurio rojo que pueda encontrar. Con los años, lo ha visto publicitado no sólo como viagra de bombas nucleares, sino también como un tipo de pintura anti-radares impenetrable, un arma química, un súper-explosivo en sí mismo y presumiblemente una de las 11 hierbas y especias que constituyen la receta secreta de KFC.
#5: Psíquicos. Podrías estar consciente de que la CIA pasó la mayoría de la década de 1970 pinchando a aspirantes a guerreros psíquicos con palos y pidiéndoles que mataran cosas al pensar muy, muy duro. Este Proyecto Stargate fue establecido para investigar, citamos, el “potencial para los fenómenos psíquicos en aplicaciones de inteligencia militar y doméstica”. Pero ahora resulta que este proyecto no sólo fue una carga para el contribuyente estadounidense, sino también para las reservas de cubiertos de la nación.
De acuerdo a documentos recientemente desclasificados, uno de los “psíquicos” a los que pusieron a prueba fue Uri Geller, un tipo que inexplicablemente se volvió famoso a nivel mundial por sus payasadas psíquicas doblando cucharas. En un periodo de 8 días en agosto de 1973, la CIA probó las habilidades de visión remota de Geller al encerrarlo en una caja a prueba de sonidos y pedirle a científicos que extrajeran palabras seleccionadas aleatoriamente del diccionario. A Geller después se le pedía que perforara el velo entre la física y la metafísica y determinara que sacaron. O adivinara. En su mayoría sólo adivinó.
¿Y los resultados? En realidad, extrañamente exitosos. La CIA concluyó que Geller había “demostrado su habilidad perceptual paranormal de una manera convincente y no ambigua”. Con eso dicho, hubo algunas pruebas donde los poderes mentales de Geller se fueron al carajo y, como la CIA notó, estas a menudo correspondían a veces cuando observadores escépticos estaban mirando los experimentos (que es un modo bastante creativo de decir que Geller no era tan mágico cuando había adultos en la habitación).
#4: Concursos para construir “rayos de la muerte”. En 1934, después que les dieran por el culo en la última guerra debido a la invención de las aeronaves de largo alcance, el Gobierno británico fundó el Comité para la Investigación Científica de la Defensa Aérea (CSSAD por sus siglas en inglés) para estudiar modos de repeler ataques enemigos desde el aire. Pronto emergieron rumores, no obstante, de que los Nazis habían comenzado a desarrollar un (comillas masivas) “rayo de la muerte” capaz de eliminar todo lo que no les gustara. En respuesta, el CSSAD abrió el piso a sugerencias sobre cómo desarrollar su propio rayo de la muerte.
Porque es anti-ético probar superarmas experimentales en la gente, el concurso de diseño sólo tenía una estipulación: su supuesto rayo de la muerte tenía que ser capaz de matar a una oveja desde una distancia de 100 yardas. ¿Por qué una oveja y no una vaca o un cerdo? Porque
que se jodan las ovejas, por eso. Un equipo llegó muy, muy cerca del premio al determinar la cantidad precisa de energía necesaria que tal arma necesitaría disparar para destruir un avión/matar a un enemigo cubierto de lana. No obstante, ya que nada capaz de producir tanta energía existía en la época, el proyecto fue abandonado, para el presunto placer de las ovejas en todas partes. (Para no ser superado, el Ejército Estadounidense temporalmente realizó su propia Muertestravaganza, recompensando con 10,000 dólares a la primera persona que pudiese matar a una cabra usando nada más que radiación militarizada, porque todo es ligeramente diferente en Las Colonias).
#3: Astrólogos. Un elemento clave para ganar una guerra es ser capaz de predecir las decisiones de tu enemigo. Después de todo, determinar sus motivos, estrategias y cuando exactamente enviar esa tarjeta de felicitación “chúpatela” es un modo grandioso de mantenerlos a raya. ¿Pero que si tu enemigo no es guiado por la lógica, sino que en su lugar es algún chiflado que cree que las señales de las estrellas y cartas del tarot le dirán como maniobrar las flotas de batalla? Pues, el único modo de predecir a alguien que escucha a adivinos es con un adivino chiflado propio.
Como hemos discutido previamente, Hitler no era un táctico muy bueno. Lideraba a sus ejércitos basado en la superstición y la lógica de loco, poniendo a cualquier intento de análisis psicológico a la par de tratar de resolver una ilusión óptica. Entonces, la Inteligencia Británica descubrió que Hitler regularmente se reunía con Karl Ernst Krafft, un astrólogo de renombre mundial. ¿Pero que podían hacer con eso?
Entra Louis de Wohl, un astrólogo que había pasado la guerra hasta ahora creando reportes astrológicos falsos y distribuyéndolos a través de la Alemania Nazi como un modo de desmoralizar a la población. Cuando escuchó sobre Hitler y Krafft, no obstante, se acercó al Ejecutivo de Operaciones Especiales (también conocido como el “Ministerio de Guerra Nada Caballerosa”) con una idea: usar sus poderes astrológicos totalmente reales para analizar astrológicamente a Hitler, permitiendo al EOE descubrir que le aconsejarían y, por lo tanto, darles un indicio sobre que mierda loca haría en respuesta.
A pesar de la resistencia de algunos mandamases, a de Wohl se le permitió adivinar los consejos aleatorios dados a Hitler y, en 1942, produjo su magnum opus, un reporte.
A Survey of 1943 cubría los horóscopos mes a mes para Hitler por la totalidad del año siguiente, así como los de varios otros jugadores importantes incluyendo Goering, Churchill y el Rey Jorge VI.
Pudo haber funcionado, pero de Wohl había hecho demasiados enemigos… principalmente al pasar sus días caminando por Londres vestido como un soldado y contarle a todos sobre su proyecto militar supersecreto. De Wohl fue encarcelado, junto con cualquier esperanza de ver a su obra dar fruto. También resultó que Hitler no era un fan de escuchar a Krafft, haciendo que toda esta debacle no valiera la pena.
#2: La radiestesia. La radiestesia es el arte místico de usar un receptor especialmente afinado para “aprovechar” energías espirituales y apuntarte hacia lo que sea que estés buscando (usualmente es agua, sin embargo). Es el equivalente de la nueva era de esa escena en las caricaturas viejas donde los vapores intoxicantes de un pastel enfriándose en un alfeizar pueden invocar al Oso Yogui flotando desde los bosques. Y aunque no tiene respaldo científico ni nada que se le parezca, eso no ha detenido a incontables ejércitos de usar la radiestesia para tratar de encontrar escondites enemigos y bombas (o usualmente agua).
Como hemos notado antes, se reveló que los iraquíes habían gastado millones de dólares en un dispositivo conocido como la ADE 651, un bonito pedazo de tecnología buscadora de bombas que consistía de nada más que una pieza moldeada de plástico, una etiqueta anti-robos, una vara de metal y algunas buenas vibras, carnal. Todo esto parecería mucho más hilarante si estos dispositivos no fuesen vendidos como perfectos para buscar bombas suicidas en autos en puestos de control de seguridad. Probablemente puedas adivinar que bien salió eso. Desde entonces, el “inventor” de ADE 651, Jim McCormick, fue encarcelado tras ser encontrado culpable de fraude (y claramente desperdiciar sus talentos no trapicheando mercurio rojo).
Argumentaríamos que otros países son más sensatos, pero Estonia usó varitas de zahorí para detectar bombas al borde de carreteras en preparación de una visita al país de George W. Bush en 2006. Los Marines también tuvieron “éxito marcado” con la radiestesia durante la Guerra de Vietnam; usando perchas enderezadas y antenas, los soldados fueron capaces de descubrir todo desde túneles enemigos hasta trampas.
Cuando el ejército escuchó sobre estos éxitos, sometieron a la radiestesia a una batería de experimentos que, desafortunadamente, no pudieron probar nada sobre su efectividad porque los resultados fueron demasiado inconcluyentes. Así que en serio, ¿quién puede decir si la radiestesia no es un modo perfectamente válido de realizar investigaciones? (Eso era sarcasmo, son los científicos. Siempre son los científicos).
#1: La Ahnenerbe. ¿Recuerdan al chico malo Red Skull de
Capitán América? Pues, resulta que lo único irreal sobre él era su máscara de la muerte de cara. ¿Todos esos artefactos míticos que le gustaba perseguir por el mundo? Los Nazis reales
amaban esa mierda.
El grupo buscador de reliquias HYDRA del Red Skull tuvo una contraparte del mundo real: la
Ahnenerbe, que significa, “Herencia Ancestral”. La
Ahnenerbe fue encargada con recuperar todo lo que fuese vagamente mágico o místico que pudiese ayudar a ahorrar al Tercer Reich un tanque o 2 mientras conquistaba el mundo. En Islandia, buscaron a Thule, una tierra mágica que Hitler y sus amigos Nazis creían genuinamente que era la cuna de la raza aria y, uh, gigantes que leían la mente. También en la lista de compras mágicas de Hitler estaban un yeti del Tíbet, el Arca de la Alianza de Etiopía, el Santo Grial de Languedoc y, más importante, la Lanza del Destino… también conocida como la Lanza Sagrada. Estamos comenzando a pensar que sólo bombardeó Londres tanto porque no le dieron a Excalibur.
La Lanza del Destino es como los historiadores religiosos llamaron a la lanza que atravesó el costado de Jesús y finalmente lo envió de vuelta a vivir en la casa de su padre. La Lanza supuestamente pasó de gobernante a gobernante, incluyendo el Sacro Emperador Romano Barbarroja, el Rey Alarico de los visigodos y Carlomagno, quien (supuestamente) peleó 47 batallas con la Lanza y de inmediato murió al soltarla. La leyenda dice que el que sostiene la Lanza tiene el poder de darle forma al destino del mundo… hasta que deja de sostener la Lanza, momento en el cual cae muerto y es rechazado en las Puertas del Cielo por ser el más profano de los dedos de mantequilla.
Como ya has conjeturado, esa es una historia bastante sexy para cualquiera con sueños de dominación mundial y el ego para respaldarlos. Hasta Napoleón trató de poner sus manos en la lanza. Pero Hitler fue el primero en pensar que realmente obtuvo el mítico palo afilado. Claro, todo lo que encontró fue una costosa copia austriaca, aunque eso no lo detuvo de planear usarla para convertirse en el Sacro Emperador Romano de Núremberg, el lugar que planeaba convertir en el centro espiritual de Nazilandia. Cuando, en 1945, los hombres del General Patton enviaron la Lanza a Estados Unidos, Hitler pasó poco tiempo llorando su pérdida, porque murió en su bunker no mucho después. Suponemos que algunas leyendas son reales después de todo, aun si los artefactos no lo son.
Fuente: 6 Modern Armies Who Seriously Tried To Win Wars Using Magic
