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Ayer, al ver a don Pablo Iglesias moverse como pez en el agua en el estrado colocado en la Puerta del Sol madrileño, me vino a la memoria Ramonet, hace años el número uno de los charlatanes que se movían por los mercados y pueblos de España.

Tenía este Ramonet, natural de Orihuela —tu pueblo y el mío que diría Miguel Hernández en su elegía a Ramón Sijé—, una natural gracia para embaucar a los ciudadanos que le hacían corro allá donde se instalaba. Si te vendía una manta, que tú creías zamorana, y a lo mejor resultaba ser “borreta d’Alcoi” como aquí conocemos a un material de menos categoría, por el mismo precio, si te hacías el remolón, te ofrecía dos, y si aún eras duro en la compra te regalaba una tercera, y al final marchabas para casa con tres mantas aunque fuera el mes de agosto. Era tanta la gracia y el saber vender de Ramonet, sin necesidad de estudiar marketing que, considerado el mejor charlatán, en su pueblo se estableció (no sé si aún continúa) un certamen donde elegir cada año el mejor charlatán, calificativo éste que no debe tomarse como despectivo, pues este oficio, que creo ya desaparecido de la piel de toro, aquellos que hayan viajado por ciertos países árabes, aún, juntamente con los cuentacuentos —¡qué espectáculo tan maravilloso éste viendo como los escuchan los niños!— se les puede ver.

He de reconocer que don Pablo Iglesias tiene un gran atractivo para determinada parte de la sociedad pues su oratoria es llamativa, puede ser por su innumerables promesas, por su manera de ofrecerlas, o por esa necesidad de algunos de oír lo que necesitan oír, y don Pablo, sin inmiscuirnos en si es zamorana o “borreta”, los convence. Pero eso es natural, pues unos en unas cosas y otros en otras, parece ser que hay necesidad de líder y de sus ofertas. Cuántos, hoy domingo, quedarán embobados en las palabras del párroco que desde el púlpito les diga, y puede que sea la cuatrocientas cuarenta y cinco vez que las hayan escuchado, siguen creyéndolas aún sin ver el resultado. Es la fe, movedora de montañas, que depositamos en la religión, en la política, o en el charlatán de Orihuela, tu pueblo y el mío, que le dijera Miguel Hernández en su elegía a Ramón Sijé.

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¿Se refiere usté a aquellos vendedores de mantas que resulta que eran buenas? Los tíos berreaban como nadie, te explotaban los oídos, gritaban las excelencias de su producto...pero resulta que era de verdad. Mi abuela les compraba en los mercadillos, y aún conservo yo una de esas mantas. Lana pura, oíga usté; ni se arruga, ni se gasta, ni pesa apenas...No han podido con ella la polilla ni el tiempo, mantiene casi intactos sus colores, abriga que da gusto en los inviernos...Nada que envidiar esa vieja manta a las de ahora, que se desgastan, siempre se mueven y se les descosen los bordes de supuesto raso...Le hablo de las caras; pues mi vieja manta soporta más que esas y ahí está...

O sea, hay "vendedores de mantas" como los antiguos que solo están diciendo las verdades que otros callan, disfrazan o apenas murmuran. Hay "vendedores de mantas" que se enfrentan al desaliento de un pueblo cansado, desencantado, derrotista y envejecido, y gritan que "sí se puede", "todavía se puede", si nos da la gana de luchar, si nos da la gana de no dejarnos morir, oprimir y dejarles hacer a los que no sueltan el mando...Hay "vendedores de mantas" a los que escucho porque, sí señor, dicen lo que quiero oír y hacen lo que quiero ver, hoy por hoy. Y cuando me demuestren lo contrario no les compraré más y listo...Los otros, los "vendedores de motos", nos colaron un montón de Vespinos viejas en lugar de las Harleys que anunciaban, y ahora encima nos llaman "avariciosos", y a tragar...Pero los hay peores, los hay que, en vez de ofrecer producto, gritan descalificativos y desesperanzas contra los que sí ofrecen servicio;"todos son iguales", "no hay remedio", "la gente es mala", dicen...Esos son los que dan más asco, por amargados y derrotistas..., y más pena.

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Queda claro, al menos para mí, que al escribir en un Foro cualquier forero es libre de responderte, como, por otra parte, cada uno lo es también de decidir a quien contestar o no. El Foro nos da la opción de ignorar a quien queramos, y servidor, para evitar peleas innecesarias —¿lo es alguna?— he tomado la decisión de colocar en ignorados a cuatro foreros a los que no pienso responder en la vida. Mi problema es es el cuarto, pues tres quedan reflejados en el pantallazo; ese cuarto, como moderador, tiene el privilegio de no poder ignorarle. Ciertamente con lo leerle ni responderle es suficiente, pero la posibilidad de ocultar sus respuestas, ya que no me interesan nada, sería lo deseable y justo. Los privilegios nunca me han gustado; son como los aforamientos políticos que tanto se critica.

Y para que lo sepan los propios interesados, el pantallazo colocado en la cabecera lo deja meridianamente claro. Sobre este tema ya no insistiré.

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Duda el llobu que no insista sobre el tema.

Y, por supuesto, ignorar usurarios, lo que no impide a los usuarios ignorados es contestar al Postiguet como se merece. Que lo lea o no, que responda o no, es un asunto suyo que, personalmente, al llobu le importa menos que la cagada de una vaca.

Lo que es muy divertido es cómo es capaz de contestar indirectamente cuando no lee lo que le responde el llobu. Bueno, sólo es otra de tantas.

Salud y República.

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La inteligencia y el nivel del debate va ganando enteros.

Salud y República.

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Seguimos mejorando en el debate profundo e inteligente.

Salud y República.

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Y ahora viene otra divertida caricatura.

Salud y República.

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No se vayan todavía, aún hay más.

Salud y República.

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El nivel del hilo progresa adecuadamente.

Salud y República.

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Mmmm...,que creo que el Postiguet no me lee..., pero el hilo sigue aquí, así que escribo si me da la gana, ¿no?, pues me da la gana...Que dicen que no hay más perdedor que el malo, y parece que es verdad ¡qué mal perder tiene este "siñor", y qué berrinches más tontos!...debe ser que ha tenido una vida mu dura..., o todo lo contrario, a lo mejor siempre le han dejado salirse con la suya y en cuanto alguien le lleva la contraria ¡zasca, cabreo al canto!...Lo evidente es que se la soplan los argumentos, él cuando se cruza con algo no para hasta que lo destroza, con argumentos o sin...¡jo, me recuerda a un caniche chico que cogía los peluches y los desmoñaba sin piedad, y después lloraba por ellos!...¡Qué dura la vejez, qué poca esperanza guardan algunos, que estúpida la prepotencia de creerse en posesión de la verdad y de que si no están contigo están contra tí!...En fin, yo no ignoro a nadie, solo les digo lo que pienso...Pero todos no somos iguales, claro...

¡Oye, pues sienta bien eso de escribir te quieran leer o no!, total la verdad es la verdad, aunque la ignoren.

Atlántida escribió:Mmmm...,que creo que el Postiguet no me lee..., pero el hilo sigue aquí, así que escribo si me da la gana, ¿no?, pues me da la gana...Que dicen que no hay más perdedor que el malo, y parece que es verdad ¡qué mal perder tiene este "siñor", y qué berrinches más tontos!...debe ser que ha tenido una vida mu dura..., o todo lo contrario, a lo mejor siempre le han dejado salirse con la suya y en cuanto alguien le lleva la contraria ¡zasca, cabreo al canto!...Lo evidente es que se la soplan los argumentos, él cuando se cruza con algo no para hasta que lo destroza, con argumentos o sin...¡jo, me recuerda a un caniche chico que cogía los peluches y los desmoñaba sin piedad, y después lloraba por ellos!...¡Qué dura la vejez, qué poca esperanza guardan algunos, que estúpida la prepotencia de creerse en posesión de la verdad y de que si no están contigo están contra tí!...En fin, yo no ignoro a nadie, solo les digo lo que pienso...Pero todos no somos iguales, claro...

¡Oye, pues sienta bien eso de escribir te quieran leer o no!, total la verdad es la verdad, aunque la ignoren.

Razón no te faltará. Pero podemos divertirnos, y mucho, viendo hasta dónde llegarán sus denodados esfuerzos por responder, sin responder, a quienes no quiere responder, pero no puede dejar de responder.

Salud y República.

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El P©stiguet

Deberían pasar este hilo a humor.



Salud y República.

¡Secundo la moción!...Y contribuyo con una  viñeta que se le ha pasado por alto al Postiguete, pa que no se diga.

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El charlatán Ramonet recorría toda España, y buen conocedor del “percal”, acudía a las poblaciones rurales donde sabía que la venta de la reciente cosecha había sido buena, de tal manera que de regreso a su Orihuela natal, su billetera estuviera repleta de los billetes llamados “verdes”, los anhelados de 1.000 pesetas

En un principio viajaba con un destartalado camión (¿les recuerda algo un autobús?) y para llamar la atención de las gentes usaba de una campanilla y congregaba a todo el personal alrededor del vehículo. Años después, más modernizado, utilizaría un equipo de megafonía. Abría la puerta trasera del camión y ésta, sujetada con una cadena por cada lado, quedaba a modo de plataforma o escenario para que Ramonet empezara la subasta de sus lotes de mantas. Ahí empezaba su teatro.

Una vez preparado el escenario, sacaba la primera manta y abriéndola al público empezaba a demostrar sus dotes de charlatán con su conocidísimo «piquito de oro” que tanta fama le dio.

—Señoras y señores —comenzaba— miren esta estupenda manta de Zamora, acérquense y tóquenla. Esta cara va estampada de flores, y por la otra de cuadros. Puede usted ponerla en la cama por la cara que más le guste. Por esta maravillosa manta le voy a cobrar solamente 1.000 pesetas. Pero atención, le voy a regalar esta otra —y enseñaba una nueva manta―. Señoras y señores, esta manta como ven lisa, es de pura lana, es la más apropiada para los recién casados, pues esta manta es capaz de hacer milagros, sí, sí, créanme lo que les estoy diciendo: Con esta manta se acuestan DOS y amanecen TRES (las risas de aquellas sencillas gentes explotaban)

—Por 1.000 pesetas les ofrezco la primera manta y regalo esta otra, y por el mismo precio le doy otra más —dirigiéndose a su ayudante que se encontraba junto a él en el interior del camión, le decía: —Pásame una manta mulera.

Con las mismas Ramonet desplegaba aquella manta de cuadros mostrándola a la gente e invitándoles a que la vieran y tocaran. —Esta manta ―les decía― no debe faltar en ninguna casa, es la de Curro Jiménez (de nuevo risas) y si usted sale al campo o a la sierra deberá llevarla siempre encima, porque nunca se sabe lo que a uno le puede pasar.

Así iba sacando Ramonet los distintos modelos, colocándolas dobladas unas encima de otras, hasta completar el lote de unas ocho a diez mantas que contenía la subasta. Eso sí, resaltando las cualidades de cada una ellas con aquel desparpajo y acento refinado, aquellos gestos, su potente voz y su facilidad de palabra que hacía que las personas que se agrupaban alrededor del camión no dieran crédito a lo que allí se les estaba ofreciendo.

Una vez que Ramonet había completado el lote, se disponía a escenificar (era lo más importante de su actuación) el momento final de la subasta. Para ello, comenzaba diciendo: —En el mismo lote se lleva usted esta manta —dirigiéndose de abajo hacia arriba—, y esta otra que suman dos, otra que yo le regalo y ya son tres, y la manta mulera que son cuatro…— Y así iba enumerando una tras otra hasta llegar a la última, tras lo cual, terminaba proclamando: —Señoras y caballeros, hoy estoy dispuesto a tirar la casa por la ventana, por este lote no les voy a cobrar 1.000 pesetas, ni 900, ni 800, ni 700, aquella señora o caballero que diga la primera para mí, solo le cobro 600 pesetas y además le regalo un neceser con ¡CIEN PIEZAS! ¿Quién lo quiere?.

Como era de esperar, aquel lote era adquirido inmediatamente y detrás de aquel venían otros más, con lo cual el famoso charlatán cubría ampliamente sus objetivos.

Puesto que Ramonet siempre era cumplidor de sus compromisos, cual mago que saca un conejo de la chistera, extraía un pequeño estuche de plástico del bolsillo de su chaqueta y, dirigiéndose a la persona que se había quedado con el lote de la subasta, le decía: —Aquí tiene usted el neceser con cien piezas que le prometí.

Ese neceser consistía, nada más ni nada menos, en UN PEINE que tenía 50 púas alineadas en un lado y otras 50 en el otro. Era un artista embaucando, como nuestro Pablo Iglesias que es un lince.

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Atlántida escribió:¡Secundo la moción!...Y contribuyo con una  viñeta que se le ha pasado por alto al Postiguete, pa que no se diga.

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athenea escribió:

Atlántida escribió:¡Secundo la moción!...Y contribuyo con una  viñeta que se le ha pasado por alto al Postiguete, pa que no se diga.

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Salud y República.