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Vaya por delante que considero que los ejércitos de una nación tienen la misión de la defensa de su territorio y población, no hacer negocios como al parecer lo hace el ejército cubano con el turismo, al controlar GAESA, grupo empresarial propietario de 57 establecimientos hoteleros. Según el actual mandatario estadounidense, permitir el viaje turístico de ciudadanos estadounidenses a la isla es aumentar las ganancias de los militares, por lo tanto poco dados serán al establecimiento de las libertades y la democracia en Cuba; este privilegio podría desaparecer.
La ojeriza contra la isla caribeña comunista continúa, de poco ha servido, al parecer, las buenas intenciones de Obama, pues el prepotente de Trump las quiere echar por tierra. Verdaderamente ningún país debiera inmiscuirse en los problemas internos de otro, deben ser los ciudadanos cubanos, en este caso, quienes intenten derribar al castrismo si así lo consideran conveniente, pero no porque otro país, o en este caso, un dirigente al que le falta sesera, lo pretenda. Pero si, efectivamente, es como dice, que los militares están negociando con el turismo, que no es otra cosa que enriqueciéndose en un país donde hay tantos inconvenientes y vetos para crear empresas a los nativos, es una señal más de lo que representa el comunismo, que la “comunidad” es sólo para cuatro, los que rigen el partido y, en el caso cubano, los militares, para tener la libertad “secuestrada”.
A veces hay cosas que no son entendibles, por una parte el poderoso del Norte impidiendo la libertad que el turismo podría llevar a la isla, no en balde al abrirse España al turismo europeo abrió los ojos a muchos españoles, que vieron la enorme diferencia entre una dictadura, la local, y cómo se vivía y desenvolvían los ciudadanos de las democracias vecinas, el deseo de derrocar al franquismo comenzó a fraguarse. Y por otra parte el egoísmo de unos políticos y militares, los castristas, que no piensan en los ciudadanos, sino solamente en ellos.
El P©stiguet