"Hasta ahora los coches valían euros. Para comprarse uno había que pagar al contado o hacer cálculos para que alguna financiera te ayudara a costearte el automóvil. Esto es lo lógico, pero una campaña de publicidad ha cambiado los hábitos, por lo menos en el caso de Alberto Villalobos, quien con 13.000 pepinos se ha ‘comprado’ un Fiat Grande Punto.
La historia tiene contenido real y características publicitarias. La factoría italiana retó en su página web a que el primero que pudiera conseguir tal cantidad de verduras se llevaría este vehículo sin más. En principio podría parecer una locura, pero en menos de 24 horas la locura se convirtió en hechos y un malagueño llamó confirmando que tenía tan magna cifra de hortalizas.
El siguiente capítulo de este relato se escribió ayer. En un concesionario de Málaga capital, Alberto se presentó con una furgoneta cargada de pepinos. Los había adquirido en El Ejido (Almería) por el módico precio de 1.800 euros, así que ha conseguido ahorrarse 11.100 euros por un coche.
Eso sí, para esta singular colecta, este concursante no lo ha tenido nada fácil. “Al principio todos me tomaban por loco, y encima me encontré con que no estamos en la época de los pepinos”, reconoce el ganador del coche, quien tuvo que enviar una fotografía a la empresa con todas las unidades que había adquirido y que tardó dos horas en lograr, porque nadie le creía.
La recompensa le ha merecido la pena, aunque ya sabía lo que era saborear las mieles del triunfo en un concurso después de que el año pasado lograra una motocicleta completamente gratis."
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"Los premios a cambio de puntos por consumir hay que medirlos muy bien. Un fulano consiguió 1.250.000 millas del programa de millas de American Airlines al hacer números considerando una oferta. Por cada 10 códigos de barras que mandases, te daban 500 millas. Además, la gente que enviase los códigos el primer mes, recibiría 1.000 millas en vez de 500. El fulano hizo sus averiguaciones y vio que una cadena de descuento vendía tarrinas individuales de pudding a 0,25 $. Con eso conseguía 1.000 millas a cambio de 2,50 $. Ni corto ni perezoso, compró 12.500 tarrinas.
Con un gasto de unos 3.000 $, viaja gratis en avión (tanto él como su familia) desde 1999 con American Airlines. Además, como donó todo ese pudding al Ejército de Salvación a cambio de los códigos de barras, se desgravó 800 $."