Tal y como se suele decir jocosamente, si el PP pone un circo le crecen los enanos. Las cosas ya no pueden estar más complicadas para un partido totalmente quemado por los escándalos que lo han llevdo al desprestigio, a la incredulidad y a la mofa ciudadana que amenaza con estenderse por Europa y otros países del mundo.
A todos esos escándalos anteriores, ahora se le une la probable falsedad en las titulaciones universitarias de Cifuentes, cuya situación parece ya incontrolable dentro de una posible trama universitaria que ha hecho emerger la duda de si ese trato de favor extendiendo titulaciones y masters alcanza a otros muchos integrantes del partido. De momento la duda alcanza también a Pablo Casado y amenaza con extenderse porque por lo visto, ésto no ha hecho más que empezar, son los hilillos de plastilina que amenazan con una gran catástrofe.
A todo lo anterior se le viene a unir para mofa de Europeos y españoles, las declaraciones desenfrenadas de don Esteban, en las que da a entender que él juega la partida de cartas siempre que el juego le sea favorable, pero si no le reparten un poquer lo mejor es romper la baraja. Es curioso que aquellos que hace poquitos meses utilizaban como máxima amenaza hacia los catalanes su salida de la UE en caso de independizarse, sean ahora quienes amenazan con la inutilidad a su pertenéncia si el juego no transcurre a su gusto. Todo menos rectificar, ese parece ser el carácter soberbio españolista tan poco acostumbrado a acatar aquello que no casa con sus intereses.
Hoy puedo escuchar que se ha dictado orden de detención contra dos integrantes del CDR, a los que se pretende acusar de rebelíón, desobediencia y TERRORISMO... Y todo, por lo que, hasta ahora, siempre se ha llamado protesta ciudadana en pro de la libertad de presos políticos. Por lo que parece, el desenfreno estatal llega a tal punto, que al hecho de levantar las barreras de una autopista en señal de protesta, se le quiere dar la calificación de terrorismo.
En fin, que el enloquecimiento del estado parece no tener límites y ya les da lo mismo que el ridículo internacional los señale con el dedo siempre y cuando su escozor se vea aliviado.