ALGO DE PABLO Y NERON

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ALGO DE PABLO Y NERON

Historia algo confusa

Los Pablos, ya lo saben ustedes, son cambiantes, como la Luna, que igual está en cuarto menguante, que está llena o se nos presenta nueva, porque uno de ellos, el Pablo de Galapagar, hay que recordarlo, ayer era el azote de los cristianos, asesinando aquellos de cierto nivel social, para luego, lo que son las cosas, llegar a ser llamado el Apóstol de los Gentiles. ¡Ah! pero este Pablo, ya lo llamemos de Tarso o de Vallecas, sufre, triste y solo, en una prisión romana a la espera de que el pérfido Nerón lo ejecute tras su interpretación del ¡Oh, sole mío! con su lira de fina orfebrería. Y sí, aquel a quien no importaba ayer enviar a mejor vida a los cristianos, se convierte por una vicepresidencia llamada Gólgota, en tal defensor del cristianismo que consigue inquietar a los poderes del Imperio Ibex35 Romano, tanto es así que Mauro, el prefecto de la prisión donde padece Pablo y que según las malas lenguas es íntimo de un tal Abascalius, un hombre enormemente ambicioso, viéndole derrotado en todas las provincias imperiales donde concurre a las elecciones, no entiende qué clase de peligro puede representar para el poderoso y militar Imperio. Por otra parte, un buen hombre romano, galeno de profesión que lo atiende en la cárcel, llamado Lucas, en su visita para atenderlo y confortarlo, consigue transcribir y en clandestinidad sacar de la trena ciertas cartas para ser entregadas a la naciente comunidad pablista de Roma. Nerón, el despiadado, somete a los pablistas a una inhumana persecución, pero estos hombres y mujeres exhortados por Pablo, difundirán su palabra por toda la urbe y el orbe, y conseguirán hacerlo cambiar hacia la socialdemocracia, para disgusto de un tal Mussolini de nombre Benito (Ben-i-to-camé les collons).

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NEROCAESAR escribió:

El Postiguet escribió:

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ALGO DE PABLO Y NERON

Historia algo confusa

Los Pablos, ya lo saben ustedes, son cambiantes, como la Luna, que igual está en cuarto menguante, que está llena o se nos presenta nueva, porque uno de ellos, el Pablo de Galapagar, hay que recordarlo, ayer era el azote de los cristianos, asesinando aquellos de cierto nivel social, para luego, lo que son las cosas, llegar a ser llamado el Apóstol de los Gentiles. ¡Ah! pero este Pablo, ya lo llamemos de Tarso o de Vallecas, sufre, triste y solo, en una prisión romana a la espera de que el pérfido Nerón lo ejecute tras su interpretación del ¡Oh, sole mío! con su lira de fina orfebrería. Y sí, aquel a quien no importaba ayer enviar a mejor vida a los cristianos, se convierte por una vicepresidencia llamada Gólgota, en tal defensor del cristianismo que consigue inquietar a los poderes del Imperio Ibex35 Romano, tanto es así que Mauro, el prefecto de la prisión donde padece Pablo y que según las malas lenguas es íntimo de un tal Abascalius, un hombre enormemente ambicioso, viéndole derrotado en todas las provincias imperiales donde concurre a las elecciones, no entiende qué clase de peligro puede representar para el poderoso y militar Imperio. Por otra parte, un buen hombre romano, galeno de profesión que lo atiende en la cárcel, llamado Lucas, en su visita para atenderlo y confortarlo, consigue transcribir y en clandestinidad sacar de la trena ciertas cartas para ser entregadas a la naciente comunidad pablista de Roma. Nerón, el despiadado, somete a los pablistas a una inhumana persecución, pero estos hombres y mujeres exhortados por Pablo, difundirán su palabra por toda la urbe y el orbe, y conseguirán hacerlo cambiar hacia la socialdemocracia, para disgusto de un tal Mussolini de nombre Benito (Ben-i-to-camé les collons).

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Yo no hice nada de eso...; aunque Pablo nunca fue ni es santo de mi devoción...

Con razón decía yo que era una historia algo confusa, pero ya se sabe que los historiadores son así, parte de la misma se la inventan, como por ejemplo decir que usted prendió con fuego toda Roma para vengarse luego de los cristianos, y la realidad es que le gustaba mucho las barbacoas, en especial asar salchichas y chistorra de Pamplonum-Navarrum, y ese aciago día el viento procedente del Trastevere lo escampó.

Hagamos justicia y al pan, pan, y al vino un plato de jamón de jabugo y queso manchego con unas almedritas tostadas con sal.

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NEROCAESAR escribió:

El Postiguet escribió:

NEROCAESAR escribió:

El Postiguet escribió:

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ALGO DE PABLO Y NERON

Historia algo confusa

Los Pablos, ya lo saben ustedes, son cambiantes, como la Luna, que igual está en cuarto menguante, que está llena o se nos presenta nueva, porque uno de ellos, el Pablo de Galapagar, hay que recordarlo, ayer era el azote de los cristianos, asesinando aquellos de cierto nivel social, para luego, lo que son las cosas, llegar a ser llamado el Apóstol de los Gentiles. ¡Ah! pero este Pablo, ya lo llamemos de Tarso o de Vallecas, sufre, triste y solo, en una prisión romana a la espera de que el pérfido Nerón lo ejecute tras su interpretación del ¡Oh, sole mío! con su lira de fina orfebrería. Y sí, aquel a quien no importaba ayer enviar a mejor vida a los cristianos, se convierte por una vicepresidencia llamada Gólgota, en tal defensor del cristianismo que consigue inquietar a los poderes del Imperio Ibex35 Romano, tanto es así que Mauro, el prefecto de la prisión donde padece Pablo y que según las malas lenguas es íntimo de un tal Abascalius, un hombre enormemente ambicioso, viéndole derrotado en todas las provincias imperiales donde concurre a las elecciones, no entiende qué clase de peligro puede representar para el poderoso y militar Imperio. Por otra parte, un buen hombre romano, galeno de profesión que lo atiende en la cárcel, llamado Lucas, en su visita para atenderlo y confortarlo, consigue transcribir y en clandestinidad sacar de la trena ciertas cartas para ser entregadas a la naciente comunidad pablista de Roma. Nerón, el despiadado, somete a los pablistas a una inhumana persecución, pero estos hombres y mujeres exhortados por Pablo, difundirán su palabra por toda la urbe y el orbe, y conseguirán hacerlo cambiar hacia la socialdemocracia, para disgusto de un tal Mussolini de nombre Benito (Ben-i-to-camé les collons).

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Yo no hice nada de eso...; aunque Pablo nunca fue ni es santo de mi devoción...

Con razón decía yo que era una historia algo confusa, pero ya se sabe que los historiadores son así, parte de la misma se la inventan, como por ejemplo decir que usted prendió con fuego toda Roma para vengarse luego de los cristianos, y la realidad es que le gustaba mucho las barbacoas, en especial asar salchichas y chistorra de Pamplonum-Navarrum, y ese aciago día el viento procedente del Trastevere lo escampó.

Hagamos justicia y al pan, pan, y al vino un plato de jamón de jabugo y queso manchego con unas almedritas tostadas con sal.

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Y el gran problema es que no teníamos patatas, con lo buenas que son en los asados...

Por favor, que son las 0,30 horas y ya de nombrarlas me entran ganas de comer. En invierno, cuando tenemos la chimenea encendida, colocamos entre la ceniza de la madera de encina unas patatas de las llamadas de spunta, que son la que cosecho, para cuando están en su punto, partirlas por el centro y colocarle queso por encima, por ejemplo el camembert... Una delicia.

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