En el cole –en el trabajo también– siempre había un chivato. Casi siempre reunía, además, la condición de pelota. Su recompensa era sacar mejores notas que las que le correspondían por méritos. Luego, en la vida, nos hemos encontrado a esos pelotas y chivatos que se han pasado a infiernos peores y han seguido practicando sus trapacerías a escala mayor. Les ha ido bien.
Chivato viene de chivo, que es la cría de la cabra, su niño, por lo que no es de extrañar que muchos chivatos, si no todos, estén como una cabra. Chivata es otra cosa en Andalucía. No es una cuestión de género; es la porra que llevan los cabreros, pero no tiene nada que ver con la cabra. Es una palabra de origen árabe, como tantas.
Pablo Casado ha ido a Europa a chivarse y no es la primera vez; ha ido a decirle a su seño, la señá Merkel –peinaito como los pelotas cuando había examen– que el Gobierno progresista de España es radical y va a gastarse el dinero europeo –que también viene de nuestros impuestos– malamente y que no les dejan ni olerlo. Ellos que en estos días muy largos están respondiendo, poco, ante la justicia de cómo se gastaron después de mucho olerlo el dinero de los españoles y de cómo se las gastan corrompiendo a todo bicho viviente, incluidos los bichos judiciales, para que no nos enteremos y ni se entere la justicia y menos la Europa calvinista, aunque allí ya los tienen calados.
Hay que tener poca vergüenza. Pablo Casado ha aprovechado para decir en Europa que su filibusterismo, obstruccionismo anticonstitucional, tiene que ver con impedir que el Gobierno radical haga con los jueces lo que sus socios ultras de Hungría y Polonia, a los que achuchó contra España, quieren hacer con los suyos.
El Parlamento europeo no te hace más de derechas ni más de izquierdas. Ni siquiera más honrado, pero te descareta. De ahí el estupor que ha causado entre los eurodiputados del PP la visita de Pablo Casado a sus socios europeos para chivarse. Vale que el PP apoyase a los extremistas polacos y húngaros frente a sus socios europeos de derechas, con procedimientos sancionadores abiertos, pero que vaya a Bruselas o Berlín para compararlos con la situación de bloqueo del CGPJ. ¡Home! Hasta los eurodiputados populares se metían debajo de su escaños o detrás de las cortinas.
Que un chivato fracase en Europa es algo muy previsible. Que pase desapercibido, ocultado, amparado, por la prensa cortesana y capitalina muy desprestigiada en la UE dice poco de su profesionalidad, pero mucho de su compromiso y complicidad con el derribo al coste que sea del Gobierno de coalición progresista, algo no solo lamentable sino peligroso e insano para una democracia que quiere presumir de madura. La corte sí paga traidores, esto no es Roma. En realidad ahora se debaten entre quién representa mejor sus intereses ya confesados: si Pablo Casado o Isabel Díaz Ayuso. Ahí está el listón preescolar de la oposición al Gobierno de coalición.
La derecha tiene todo el derecho a ser una oposición terrible, como creía deseable Benjamin Disraeli. Los que adoban siempre el poder, sin someterse a unas elecciones, por encima de la voluntad del pueblo, tienen la responsabilidad de defender los principios de la democracia y el derecho de los ciudadanos a una información que no sea sesgada y sí leal y crítica aunque sea contra los más chivatos de la clase, que suelen ser los repetidores. Esos que de mayores compran los títulos y alteran de manera ilegítima el normal desenvolvimiento de las reglas de la democracia.
https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/chivato_132_8295659.html