Piense en San Pedro

Guillermo estaba en el trabajo, que consistía en atender los problemas de salud mental de los que llamaban. Para hacerlo más personal e individualizado el que estaba al otro lado de la línea enviaba una foto a través de la red, una imagen que los psicólogos tenían en la pantalla.. Se permitía que el paciente mandase un avatar o una foto de alguien que no correspondía a su persona, podía ser interesante interpretar el por qué habían elegido ocultarse y el motivo de haber elegido lo que les representaba. La única norma era que no mandasen fotos de desnudos de cualquier tipo, y en caso de hacerlo las autoridades intervenían de inmediato realizando una visita en persona con un arresto por mal uso de la sanidad ciudadana. Se derrumbaban cuando aparecía la policía y reconocían que no sabían el por qué lo habían hecho. Lo cual era cierto, Guillermo había atendido a algunos afectados por ansiedad tras el arresto en un giro de los acontecimientos que le confesaban haberlo hecho sin ninguna reflexión, ni siquiera la de hacer una broma. En muchos de ellos Guillermo observaba que tras la irreflexión se escondía un deseo de ser castigados y de sentirse culpables que jamás reconocerían, al fin y al cabo muy pocos se sentían culpables a nivel general. Y era complicado plantear la posibilidad a tanto ego que se sentía inocente siempre de sus actos.

En cuanto al paciente al que atendía Guillermo había elegido una foto suya y era anodino, unas facciones regulares con unas pequeñas marcas de lo que había sido acné en las mejillas. Una ligera sonrisa formal , así como la corbata y el traje que llevaba hizo que Guillermo anotase al principio de la consulta: "gran importancia en proyectar buena imagen". Luego la conversación fue intentar "picar piedra", como Guillermo solía describirlo. Era bueno para el negocio que las llamadas se fuesen más allá de los treinta minutos estándar asignados por psicólogo operador debido a que la factura aumentaba y con ella la comisión a recibir. La señal de haber superado el tiempo estándar, un ligero zumbido, se activó y Guillermo le aviso al paciente de que se cobraría extra. Y algo hizo que el paciente fuese al grano, sus ideas suicidas. Creía que su aspecto, aquellas pequeñas marcas en la cara, influían para no lograr un ascenso. Quería ser supervisor provincial y el sueldo de gerente no le alcanzaba para poder vivir, "como a todos", dijo el paciente. El paciente siguió con un relato bastante fluido, se estaba derrumbando, al aspecto se le sumaba sus dudas sobre tener una personalidad "interesante y que pudiese venderse como apropiada y proactiva, es que todo me descalifica como imagen de la empresa".. Llegó el momento de los planes de cómo quitarse la vida. Había intentado consultar en la red el cómo hacerlo, pero dicha información había sido retirada años atrás mediante el decreto de Salud Preventiva 12/2035.

Una vez pasado el punto clave el paciente siguió hablando, hablando. Su voz era monótona y había bajado el volumen, visiblemente avergonzado por no ser un triunfador y usando toda clase de lugares comunes, "era una solución cobarde", "tienes que afrontar los problemas" y un curioso "tengo que ser eficiente si voy a hacerlo, no quiero quedarme hecho un vegetal y seguro que eso será lo que ocurrirá, por inútil" . Guillermo perdió el hilo y dejó de intervenir tras anotar mentalmente que "anodino en todo" e intentó borrar una opinión maliciosa inapropiada, que esta persona lo más propio y personal que habría hecho en su vida era plantear suicidarse. El contador de la factura seguía adelante, el paciente seguía relatando su fracaso, Guillermo pensaba sus asuntos y en especial en el golpe de suerte de tanta comisión y la seguridad que daba poder tener algo más en la cesta de la compra, ¿daría para unos filetes de ternera? , esperaba que sí, '. y se sonrió pensando en el viejo chiste de cuando empezó la actividad de los psicólogos operadores, que podían ir a la cafetería mientras el paciente contaba sus miserias y les daba tiempo a volver sin que nadie lo notase, la necesidad de hablar solía terminar en peroratas interminables, como esta. Hasta que:

-¿ Y qué opina, doctor?- preguntaron desde el otro lado de la línea.

-Que estaría peor en San Pedro--dijo de forma distraída..

- Tiene razón, desde luego.- y Guillermo notó cierto alivio en la voz del consultante.


(Continuará. )

En Guillermo, tras prodigar palabras consoladoras y altamente profesionales y recetar, surgió una preocupación lejana y vaga . Reducido a lo más simple era : ¿ por qué había elegido un lugar común como "estaría peor en San Pedro" ? San Pedro era una república izquierdista dirigida por un  líder carismático , Fulgencio Barista. El nombre completo del país era República de San Pedro del Yucatán y Guillermo recordó que se había  fundado tras una revolución donde no se produjo un disparo, para desolación general , ya que se quería  explosiones, muerte y  drama y sentir que participaba en redes sociales de un acontecimiento inusual. . El Movimiento que dirigía Arribas había llegado prácticamente de la  nada  y proclamado el país. Las quejas que dirigió Mexico  fueron desestimadas internacionalmente  y aunque sus políticos se habían  esmerado mucho en expresar su indignación de forma melodramática  ninguna fuerza armada había sido enviada. Hace ya algunos años  que tanto Cuba, China  como Venezuela y Corea del Norte habían sido felicitadas por abandonar sus ideas y haber entrado en razón. Y San Pedro era la única anomalía con su líder soltando discursos sobre derechos sociales e igualdad. Los medios daban cumplida cuenta del espectáculo de un líder uniformado y sus peroratas. Luego se hablaba de la hambruna y penalidades que se sufría en el país , Tertulianos y expertos solían hablar de temas que expresaban cierta preocupación por la situación de España, pero que generalmente acababan con optimismo y "saldemos de esta" y  se remataba con " pero estamos mejor que en San Pedro". No sólo estaban los medios sino que " pero estamos mejor que en San Pedro" se repetía entre  la gente cuando se recortaban sueldos o se prescindían de empleos, como por ejemplo con la llegada de los coches automatizados en el transporte público. Taxistas, conductores de autobús, transportistas iban perdiendo su medio de subsistencia a medida que se iba implantando la automatización  y Guillermo les había ido tratando  en aumento y la solución consoladora  fuera de consulta  era " que estarían peor en San Pedro" . Era un lugar común, que a veces mutaba  al notar quejas e incomodidad con la situación con un " ¿ pero quieres que hagamos lo de San Pedro aquí ?" Por supuesto era una pregunta retórica. No.

Pero  ahora había irrumpido en su consulta telemática  como elemento fácil a dispensar. Y aún peor , había tenido efecto , más que cualquier argumento  convincente . Y molestaba como un pequeño ruido disonante, tal vez  era un rastro de curiosidad que había  sobrevivido  donde no estaría fuera de lugar el mirar con más detalle.  Otra persona lo habría achacado  a estar cansado y salir del paso  pero Guillermo nunca lo había usado ni  menos pensado  como respuesta a ofrecer en una terapia.  Y no lo consideraba correcto ni propio de él  ¿ Cuándo había bajado la  guardia  ? Mientras atendía a una joven con problemas de alimentación por considerarse muy imperfecta se esforzó mucho en atenderla para compensar , al acabar pensó   de forma  incoherente: ¿  lo habría hecho bien y ajustado a su profesión  de haber estado en  San Pedro  ?  ¿ Por qué se colaba San Pedro así ?

(Continuará. )

Guillermo trazó un plan, estudiar el fenómeno. Cuando algún paciente a distancia hablaba del tema de marras iba haciendo preguntas indirectas destinadas a  acotar el  porqué citaban a San Pedro y qué beneficios le causaba, y cuando lo usó por primera vez. Los pacientes reaccionaban confusos , "es lo que es", "no sé", "se dice mucho".

Realizó  una búsqueda  meticulosa en redes sobre su dictador, Fulgencio  Barista Ariibas, cuando se dió  cuenta  que el líder tenía modos de actor y su cara le recordaba a algo, ¿una serie en la que salía  como extra  narcotraficante , una cara vista fugazmente en una escena de un ajuste de cuentas donde el supuesto Fulgencio se relamía ante las atrocidades mostradas en  la ficción ?  ¿ En cual año, en qué serie ? Las opiniones hablaban de cierta serie que juraban haber visto pero que desapareció de cualquier  plataforma de pago por visión y las referencias no se encontraban. Preguntas a pacientes, búsquedas, tratar de insertar eso en  un modelo y rumores.   Hasta que llegó un simple correo electrónico con un escueto : "Podemos hablar de eso  en que te ocupas últimamente, será muy instructivo." más una hora y un lugar de encuentro en los muelles de la ciudad.  El remitente no despejaba las incógnitas, no era un servicio de correo habitual o popular y el nombre era Observador.

(Continuará. )