El fin de la política debería de ser potenciar el bien común, el estado de bienestar, promocionando que nadie quede tirado, sean con ayudas sociales a los que tienen más necesidades, discapacitados, vulnerables, parados, tener fondos para pagar las pensiones, favorecer que las empresas crezcan y por tanto creen puestos de trabajo, desarrollar una sanidad y educación pública, eso sería lo ideal, pero luego está la ideología de unos y otros, desde la derecha neoliberal se está viendo a nivel mundial, que lo que quieren es que el Estado no tenga gastos públicos, y por tanto ir reduciendo ayudas y servicios públicos, amparándose en que no quieren presión fiscal a los ciudadanos que más pueden pagar impuestos, potenciando la iniciativa privada en lugar de la comunitaria como hace la izquierda que es más propicia a que el Estado proteja a sus ciudadanos, por tanto el gasto es mayor y se debe de recaudar más a los ciudadanos, luego esta que hagan bien su gestión, no se corrompan, y cumplan lo que prometen.
Si a esto añadimos que el poder económico a la sombra (Banqueros, capitalistas, Grandes empresarios) tienen comprado y controlado la mayoría de los medios de comunicación y se manipula y divide a la gente con intención de destruir o favorecer cualquier idea política o políticos que a ellos les interese, incluso ofreciéndoles dinero y puestos de trabajo en sus empresas, empezamos a ver lo difícil que puede ser cumplir muchos políticos desde la ética y honestidad