Eso le preguntamos en una ocasión al filósofo español Javier Sádaba. Y nos respondió: "Que podemos es indudable. En caso contrario, daríamos la razón al determinismo. El determinismo genético, por ejemplo, el más agudo de nuestros días, sería responsable de nuestros actos. No es así. Se trata de un error. Gozamos de un poder que, aunque limitado y gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto, podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores proceden de la voluntad. Y debemos cambiar las cosas. Incluso si viviéramos en un mundo de autocomplacencia, podríamos mejorar. Pero es que, además, en modo alguno este mundo es satisfactorio. No es cuestión de hacer una lista de calamidades. A la vista de todos están las guerras, la pobreza extrema, la injusticia en el reparto de los recursos o la ignorancia a la que se condena a buena parte de la humanidad".
Javier Sádaba siempre me pareció un pensador superficial, que profundiza poco. El cambio social no está reñido con el determinismo. Para mí no hay duda de que todos estamos predeterminados. Nadie elige ser como es ni pensar como piensa. Y eso no impide el cambio social. Muchos estamos predeterminados a ser progresistas y, por lo tanto, a buscar cambios y mejoras de nuestra sociedad. Al mismo tiempo muchos están predeterminados a ser conservadores y, por lo tanto, a no arriesgar con los cambios y apostar por que las cosas se mantengan como están, a valorar la tradición ante la incertidumbre de un futuro con cambios. Lo que ocurra dependerá de cómo unos y otros libren esa batalla ideológica, y de cómo sumen a su causa a los equidistantes entre ambas posiciones.
athenea escribió:«Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenemos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas» [Crónicas marcianas, Ray Bradbury]
Porque somos la especie animal más dañina que existe, aunque también somos capaces de hacer cosas maravillosas...
Eso le preguntamos en una ocasión al filósofo español Javier Sádaba. Y nos respondió: "Que podemos es indudable. En caso contrario, daríamos la razón al determinismo. El determinismo genético, por ejemplo, el más agudo de nuestros días, sería responsable de nuestros actos. No es así. Se trata de un error. Gozamos de un poder que, aunque limitado y gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto, podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores proceden de la voluntad. Y debemos cambiar las cosas. Incluso si viviéramos en un mundo de autocomplacencia, podríamos mejorar. Pero es que, además, en modo alguno este mundo es satisfactorio. No es cuestión de hacer una lista de calamidades. A la vista de todos están las guerras, la pobreza extrema, la injusticia en el reparto de los recursos o la ignorancia a la que se condena a buena parte de la humanidad".
Javier Sádaba siempre me pareció un pensador superficial, que profundiza poco. El cambio social no está reñido con el determinismo. Para mí no hay duda de que todos estamos predeterminados. Nadie elige ser como es ni pensar como piensa. Y eso no impide el cambio social. Muchos estamos predeterminados a ser progresistas y, por lo tanto, a buscar cambios y mejoras de nuestra sociedad. Al mismo tiempo muchos están predeterminados a ser conservadores y, por lo tanto, a no arriesgar con los cambios y apostar por que las cosas se mantengan como están, a valorar la tradición ante la incertidumbre de un futuro con cambios. Lo que ocurra dependerá de cómo unos y otros libren esa batalla ideológica, y de cómo sumen a su causa a los equidistantes entre ambas posiciones.
Es decir: tal y como ha ocurrido siempre. El Senado romano ya discutía sobre esos términos; siempre han habido catones y escipiones, cicerones y césares...
Eso le preguntamos en una ocasión al filósofo español Javier Sádaba. Y nos respondió: "Que podemos es indudable. En caso contrario, daríamos la razón al determinismo. El determinismo genético, por ejemplo, el más agudo de nuestros días, sería responsable de nuestros actos. No es así. Se trata de un error. Gozamos de un poder que, aunque limitado y gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto, podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores proceden de la voluntad. Y debemos cambiar las cosas. Incluso si viviéramos en un mundo de autocomplacencia, podríamos mejorar. Pero es que, además, en modo alguno este mundo es satisfactorio. No es cuestión de hacer una lista de calamidades. A la vista de todos están las guerras, la pobreza extrema, la injusticia en el reparto de los recursos o la ignorancia a la que se condena a buena parte de la humanidad".
Javier Sádaba siempre me pareció un pensador superficial, que profundiza poco. El cambio social no está reñido con el determinismo. Para mí no hay duda de que todos estamos predeterminados. Nadie elige ser como es ni pensar como piensa. Y eso no impide el cambio social. Muchos estamos predeterminados a ser progresistas y, por lo tanto, a buscar cambios y mejoras de nuestra sociedad. Al mismo tiempo muchos están predeterminados a ser conservadores y, por lo tanto, a no arriesgar con los cambios y apostar por que las cosas se mantengan como están, a valorar la tradición ante la incertidumbre de un futuro con cambios. Lo que ocurra dependerá de cómo unos y otros libren esa batalla ideológica, y de cómo sumen a su causa a los equidistantes entre ambas posiciones.
Uffff...me has dado mucho que pensar, pato. Se me ocurren muchas preguntas y algunas respuestas.
Mejor le doy unas vueltas, antes de abrir la boca...
Eso le preguntamos en una ocasión al filósofo español Javier Sádaba. Y nos respondió: "Que podemos es indudable. En caso contrario, daríamos la razón al determinismo. El determinismo genético, por ejemplo, el más agudo de nuestros días, sería responsable de nuestros actos. No es así. Se trata de un error. Gozamos de un poder que, aunque limitado y gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto, podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores proceden de la voluntad. Y debemos cambiar las cosas. Incluso si viviéramos en un mundo de autocomplacencia, podríamos mejorar. Pero es que, además, en modo alguno este mundo es satisfactorio. No es cuestión de hacer una lista de calamidades. A la vista de todos están las guerras, la pobreza extrema, la injusticia en el reparto de los recursos o la ignorancia a la que se condena a buena parte de la humanidad".
Javier Sádaba siempre me pareció un pensador superficial, que profundiza poco. El cambio social no está reñido con el determinismo. Para mí no hay duda de que todos estamos predeterminados. Nadie elige ser como es ni pensar como piensa. Y eso no impide el cambio social. Muchos estamos predeterminados a ser progresistas y, por lo tanto, a buscar cambios y mejoras de nuestra sociedad. Al mismo tiempo muchos están predeterminados a ser conservadores y, por lo tanto, a no arriesgar con los cambios y apostar por que las cosas se mantengan como están, a valorar la tradición ante la incertidumbre de un futuro con cambios. Lo que ocurra dependerá de cómo unos y otros libren esa batalla ideológica, y de cómo sumen a su causa a los equidistantes entre ambas posiciones.
Uffff...me has dado mucho que pensar, pato. Se me ocurren muchas preguntas y algunas respuestas.
Mejor le doy unas vueltas, antes de abrir la boca...
Laberinto
Pensar es muy bueno. Tú dale vueltas y cuando quieras te lanzas al debate.
"Cabe también la posibilidad de que los Voyager nunca lleguen a ser interceptados, quizas en cinco mil millones de años nadie se lo encuentre, cinco mil millones de años es mucho tiempo, en ese plazo todos los humanos se habrán extinguido o habrán evolucionado hacia seres diferentes, ninguno de nuestros artefactos habrá sobrevivido sobre la Tierra, los continentes se habrán alterado hasta quedar irreconocibles o habrán quedados destruidos, y la evolución del Sol habrá reducido nuestro planeta a cenizas o lo habrá transformado en un remolino de átomos ...... lejos de casa, inalterados por tan remotos acontecimientos, los Voyager, portadores de la memoria de un mundo ya extinguido, continuaran navegando por el espacio .... "
Carl Sagan, un punto azul pálido
Esta es sólo una posibilidad entre millones, probablemente una especie como nosotros perdure en la existencia, aunque sea con otro aspecto en mundos remotos.
Eso le preguntamos en una ocasión al filósofo español Javier Sádaba. Y nos respondió: "Que podemos es indudable. En caso contrario, daríamos la razón al determinismo. El determinismo genético, por ejemplo, el más agudo de nuestros días, sería responsable de nuestros actos. No es así. Se trata de un error. Gozamos de un poder que, aunque limitado y gradual, nos pertenece. Y no es otro que la libertad. Si queremos, por tanto, podemos cambiar el estado de cosas actual. Con razón escribió Wittgenstein que la mayor parte de nuestros errores proceden de la voluntad. Y debemos cambiar las cosas. Incluso si viviéramos en un mundo de autocomplacencia, podríamos mejorar. Pero es que, además, en modo alguno este mundo es satisfactorio. No es cuestión de hacer una lista de calamidades. A la vista de todos están las guerras, la pobreza extrema, la injusticia en el reparto de los recursos o la ignorancia a la que se condena a buena parte de la humanidad".
Javier Sádaba siempre me pareció un pensador superficial, que profundiza poco. El cambio social no está reñido con el determinismo. Para mí no hay duda de que todos estamos predeterminados. Nadie elige ser como es ni pensar como piensa. Y eso no impide el cambio social. Muchos estamos predeterminados a ser progresistas y, por lo tanto, a buscar cambios y mejoras de nuestra sociedad. Al mismo tiempo muchos están predeterminados a ser conservadores y, por lo tanto, a no arriesgar con los cambios y apostar por que las cosas se mantengan como están, a valorar la tradición ante la incertidumbre de un futuro con cambios. Lo que ocurra dependerá de cómo unos y otros libren esa batalla ideológica, y de cómo sumen a su causa a los equidistantes entre ambas posiciones.
Es decir: tal y como ha ocurrido siempre. El Senado romano ya discutía sobre esos términos; siempre han habido catones y escipiones, cicerones y césares...
NEROCAESAR escribió: Es decir: tal y como ha ocurrido siempre. El Senado romano ya discutía sobre esos términos; siempre han habido catones y escipiones, cicerones y césares...
...y Capuletos y Montescos
Perdón, perdón...risas tontas...y parece que te estoy siguiendo, pero no...sólo no se me ocurre otra manera de contestar en un foro...
Ejemplo: por que alguien que "se parte el culo" trabajando ha de ser "solidario" con alguien que no quiere trabajar? (que los hay)
La frase de que aquel es "rico" por trabajador y el otro es "pobre" por haragán hace rato fue refutada...
¿Quién no conoce tanto rico ocioso; y honrado trabajador que vive al día?
La frase que citas la usó casi textual Milei, no se si te importa...
Yo bebo agua, como seguramente bebe Milei... total que me da igual quien haya podido decir la frase que he escrito... No has contestado que es la justicia... has puesto un ejemplo que tampoco has especificado...
No has contestado que es la justicia... has puesto un ejemplo que tampoco has especificado...
Justicia: a cada cual lo suyo, no por "mérito", no por abolengo. Cada cual por su trabajo. Y sobre todo por su necesidad.
¿Conforme?
No, no estoy conforme, la frase (mas a menos): "De cada cual según su capacidad, a cada uno según sus necesidades" es una utopía... sabrás de sobra que hay gente que no quiere trabajar, o si trabaja, hace el mínimo para sobrevivir... al igual que hay gente que "se mata" trabajando... por no "hablar" de los que saben "emprender"...
No, no estoy conforme, la frase (mas a menos): "De cada cual según su capacidad, a cada uno según sus necesidades" es una utopía... sabrás de sobra que hay gente que no quiere trabajar, o si trabaja, hace el mínimo para sobrevivir... al igual que hay gente que "se mata" trabajando... por no "hablar" de los que saben "emprender"...
Nunca estarás conforme responda yo lo que te responda, salvo que te termine dando toda la razón.
Es una discusión sin fin. Tú segirás diciendo que mis palabras son utopía; y que los ricos merecen serlo por ser capaces y emprendedores. Y que los pobres deben seguir siendolo por tontos u holgazanes... En fin, te ahorro con esto un palabrerío interminable.
A marapez y a Laberinto les gusta esta publicaciòn
No, no estoy conforme, la frase (mas a menos): "De cada cual según su capacidad, a cada uno según sus necesidades" es una utopía... sabrás de sobra que hay gente que no quiere trabajar, o si trabaja, hace el mínimo para sobrevivir... al igual que hay gente que "se mata" trabajando... por no "hablar" de los que saben "emprender"...
Nunca estarás conforme responda yo lo que te responda, salvo que te termine dando toda la razón.
Es una discusión sin fin. Tú segirás diciendo que mis palabras son utopía; y que los ricos merecen serlo por ser capaces y emprendedores. Y que los pobres deben seguir siendolo por tontos u holgazanes... En fin, te ahorro con esto un palabrerío interminable.
Es que sabes que tengo razón... en fin, dejamos esta discusión... Saludos!
"Apena recordar los días últimos de la vida de ese mísero. Apena ver cómo los narraron los diarios de esta tierra; cómo -luego de muerto- quemaban por las plazas sus efigies; cómo halaban de los pies y llenaban de lodo los vestidos de una imagen suya, ahorcada en un farol de Nueva York, los niños de la calle; cómo se recibió con festejos públicos, con cañonazos, como en Trenton; con libre beber en las cervecerías, como en Washington; con silbar de máquinas de vapor y vuelo de campanas, como en Pittsburg, la noticia de su muerte. Cuando se abrió bajo sus pies la trampa por que se deslizó con gran caída, camino de la vida venidera, su cuerpo mezquino, rompió en impíos aplausos la muchedumbre de presos de la cárcel, que prolongó luego con vítores y hurras, la que danzaba y reía, como en verbena de gloria, a las puertas de la prisión del malaventurado.
Aunque no sea más que porque recuerda la posibilidad de que exista un hombre vil, no debiera ser motivo de júbilo para los hombres la muerte de un ser humano."
José Martí, en artículo de prensa Charles Guiteau, asesino del presidente Garfield.
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athenea escribió: Nunca estarás conforme responda yo lo que te responda, salvo que te termine dando toda la razón.
Es una discusión sin fin. Tú segirás diciendo que mis palabras son utopía; y que los ricos merecen serlo por ser capaces y emprendedores. Y que los pobres deben seguir siendolo por tontos u holgazanes... En fin, te ahorro con esto un palabrerío interminable.
Es que sabes que tengo razón... en fin, dejamos esta discusión... Saludos!
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