Valenciano:
«Nadie le dio permiso a la derecha para hacer lo que está haciendo»
Si tienen más caradura, se la pisan. CCOO y UGT liderarán su segunda huelga general contra el Gobierno de Mariano Rajoy en apenas ocho meses, tras el fallido intento del pasado 29 de marzo, bajo la manida falacia de que la austeridad agrava la crisis, como si el despilfarro aplicado por Zapatero fuese, por tanto, la senda a seguir.
Lo más grave, sin embargo, más allá de la habitual actitud desnortada e hipócrita de las organizaciones sindicales, es el férreo apoyo del PSOE a la convocatoria, evidenciando con ello su ausencia total de sentido de Estado y una irresponsabilidad de primer orden en un partido que aspira a gobernar.
La postura de los socialistas recuerda a la de algunos partidos griegos, ya que su absurda protesta achaca al PP falta de legitimidad democrática.
«Nadie le dio permiso a la derecha para hacer lo que está haciendo», dijo el 18 de octubre de 2012 la secretaria general del PSOE, Elena Valenciano, sumándose así al chantaje de los líderes sindicales para convocar un referéndum sobre la aprobación de los Presupuestos.
La huelga general no beneficia a los españoles, no genera empleo y dificulta la recuperación. Sus efectos serán negativos desde todos los puntos de vista.
Sindicalistas y socialistas harán perder a la economía nacional más de 5.000 millones de euros si consiguen paralizar el país.
Además, los trabajadores que la secunden no cobrarán un día y medio de salario, y las empresas tardarán varias jornadas en recuperar su actividad normal. Y ello, sin contar el golpe a la imagen y, por tanto, credibilidad de España, lo cual afectará, sin duda, a todos de una u otra forma.
Tras el apoyo del PSOE, la responsabilidad directa de estos ingentes daños ya no recaerá exclusivamente sobre los sindicatos, o quizá sí, pues, en la práctica, Rubalcaba actúa como Toxo y Méndez.