Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Dom Ene 07, 2024 10:48 am
La ultraderecha financió con donaciones a una entidad fantasma la protesta que simulaba la muerte de Sánchez
La concentración ante la sede central del PSOE, donde alrededor de 300 manifestantes simularon en Nochevieja la ejecución del presidente Pedro Sánchez con un muñeco al que colgaron y aporrearon, ha añadido una nueva piedra al edificio de dudas sobre la financiación de la ultraderecha gestado por episodios como la donación multimillonaria por parte de Vox a su fundación oficial, Disenso. Tal como desveló Revuelta, el colectivo juvenil de seguidores de Vox promotor de las manifestaciones en la calle Ferraz, en su propia cuenta de la red social X, la convocatoria partió de un tal Antonio Martínez V. Fue él quien a través de gofundme.com, una web especializada en captación de dinero para un determinado objetivo, organizó una “recaudación de fondos en nombre de Asoma España”. Su destino, la protesta Las Uvas en Ferraz. infoLibre no ha logrado localizar a Martínez, cuyo segundo apellido se reserva y que este miércoles ha sido citado a declarar ante la Policía.
Como consta en las capturas de pantalla obtenidas, gofundme.com contabilizaba este martes 20.068 euros “recaudados del objetivo de 20.000” a instancias de Antonio Martínez. Pero la clave aquí no reside tanto en la cuantía ni en que algunas donaciones figuren en la web como anónimas pese a alcanzar 500 o 1.000 euros. Lo que genera grandes dudas es que Asoma España ofrece todos los ingredientes de una marca fantasma. Asoma España no figura ni en el registro de asociaciones ni en el de fundaciones. Tampoco en el Registro Mercantil consta inscrita ninguna mercantil bajo esa denominación social. A secas, y así lo ha confirmado este diario, Asoma se corresponde con el acrónimo de una de las asociaciones a las que al celebrar su "festival cultural, social y político" Viva 22 cedió Vox los datos personales de los participantes. En la lista [puedes verla aún pinchando aquí] aparece así: ASOMA: https://mayoresasoma.org/”. Como ha verificado este medio, tal web existió al menos hasta los primeros meses de 2023. Pero quien intente entrar ahora topará con un mensaje: “No se puede acceder a este sitio web”. Pertenecía a la Asociación Social de Mayores –que se presentaba a sí misma como Asoma–, de la que tampoco ha sido posible localizar un teléfono de contacto.
Pero el papel de la misteriosa Asoma no se ha limitado a esa especie de auto de fe que, como muestran los vídeos difundidos por el propio colectivo Revuelta, fueron Las Uvas en Ferraz. Porque en su propia web, Revuelta invita a sus simpatizantes a afiliarse mediante cuatro fórmulas de suscripción: la más barata, 3 euros, otorga al donante la "membresía estudiantil"; la más cara, 20 euros, le concede la "membresía generosa". Las cuatro coinciden en cómo se efectúan los pagos: a través de Asoma. A secas y sin que quien desee "suscribirse" a Revuelta sepa qué hay tras esas cinco letras.
En noviembre, cuando comenzaron las violentas concentraciones en la madrileña calle Ferraz contra la futura ley de amnistía, infoLibre publicó cómo la web de Revuelta está gestionada –es decir, es de su propiedad– por una asociación denominada Plataforma 711 en homenaje a la llamada Reconquista e inscrita por cinco fundadores. Dos de ellos eran jóvenes que en 2022 habían sido candidatos de Vox en las elecciones municipales de Algete (Madrid). Un tercer cofundador es hijo de una de las figuras de la ultraderecha española, Ricardo Garrudo, artífice junto con Santiago Abascal de la Fundación Denaes, germen de Vox. La Plataforma 711, cuya web tampoco es ahora accesible, cerraba la lista de asociaciones a las que Vox cedió los datos personales de los asistentes a Viva 22.
El plan para la Nochevieja de la ultraderecha congregada en Ferraz no se limitaba a colgar como a un ahorcado y golpear con violencia al muñeco que representaba a Pedro Sánchez. Es decir, al mismo sobre quien, en una entrevista durante su estancia en Buenos Aires por la investidura del ultra Javier Milei, el líder de Vox, Santiago Abascal, había dicho que el pueblo acabaría queriendo "colgar de los pies". Lo que los organizadores se habían propuesto para su fin de año madrileño era retransmitir "en directo" aquel acto. O sea, el apaleamiento.
En un vídeo que puedes ver bajo estas líneas, Bertrand Ndongo, el activista camerunés de la ultraderecha española, relata que la Policía impidió a los organizadores que se adentrasen en Ferraz varios camiones "alquilados" para la ocasión, uno de ellos dotado de una gran pantalla. Camiones con "un material de muchísima calidad que hemos alquilado" y cuyo paso –va narrando Ndongo– bloqueó la Policía. Las palabras del periodista de Vox plantean de nuevo interrogantes: ¿a quiénes se refiere con "hemos alquilado" con los 20.000 euros que acabaron "en la basura", por seguir citando ese mismo vídeo ¿A quién, llegado el caso y en aplicación de la normativa legal sobre transparencia, cabría pedir explicaciones y datos contables sobre lo recaudado en gofundme.com, los camiones y los 700 paquetes de uvas para la Nochevieja "más patriótica de nuestras vidas"?
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Lun Ene 08, 2024 10:21 am
Los caladeros en los que pesca el fascismo
Pescan en aguas revueltas. La desesperación, la ausencia de expectativas o el cabreo con la infame vida que les ha tocado en suerte son el caldo de cultivo ideal para que calen los mensajes ultras. Los desheredados votando ultraderecha conforman una de las paradojas más lacerantes del tiempo que nos está tocando vivir. Si a esto sumamos una generación de jóvenes con tantas ganas de emociones fuertes y aventura como escasez de cultura, nos encontramos entonces con el cóctel perfecto. Una bomba de relojería al servicio de la involución tanto en Europa como en América que anda produciendo estragos desde hace ya un par de décadas. Ahí tenemos fenómenos como los de Bolsonaro, Milei, Orban, Meloni... o Donald Trump, cuyo regreso parece cada vez más inevitable.
Las elecciones europeas no auguran nada bueno y aquí en nuestro país ahí andamos, preguntándonos qué demonios hemos podido hacer tan mal como para que exista tanto joven y tanto pobre abducido por los cantos de sirena de una ultraderecha heredera de los peores usos y costumbres del franquismo más siniestro.
Entre la variada tipología de pacientes a los que atienden algunos sicólogos amigos míos se encuentra, según me cuentan, un perfil que no para de crecer: el de los jóvenes que votan a Vox porque les incomoda el feminismo o andan convencidos de que los inmigrantes les quitan el trabajo. Quizás toda la vida ha sido igual, solo que antes no iban al sicólogo. Forman parte de la carne de cañón imprescindible para que los proyectos totalitarios acaben triunfando si antes no se percatan de la estafa de la que son víctimas. Ponen el cuerpo, su futuro y hasta su vida al servicio de intereses que no son los suyos y cuando se percatan ya es demasiado tarde. Que decidan ir al sicólogo puede que sea un buen síntoma, pero desde luego no suficiente.
La historia de la humanidad se ha construido siempre sobre la sangre de ingenuos que creen a pies juntillas las mentiras de quienes hacen con ellos lo que quieren. Políticos, intelectuales y dinero han necesitado siempre de una cuarta pata para conseguir sus objetivos: la de los desheredados dispuestos a demostrar su adhesión inquebrantable con aquellos que sepan tocarle la fibra, la de quienes gritan encantados desfasados himnos que se aprenden de memoria, la de quienes usan pulseritas, se envuelven en banderas o usan perfiles en redes clamando por una "España indivisible"... Carne de cañón, como decíamos, para la ultraderecha, porque la izquierda de nuestro país no parece encontrar la manera de explicarles que los están engañando, que andan apoyando a quienes los dejarán tirados a las primeras de cambio mientras los jueces siguen perdonando corruptos y empurando izquierdistas.
Las izquierdas, cuya razón de ser es aumentar los derechos sociales y mejorar a vida de la gente, se están dejando comer la tostada y no reaccionan. Los socialistas porque nunca estuvieron en eso, y ahora que andan luchando por resucitar el bipartidismo todavía menos. Y a la izquierda del PSOE porque, sobre todo en los últimos tiempos, la mayor parte de las energía se les va por las alcantarillas mientras no dejan de apedrearse entre ellos.
La ciudadanía se ha quedado sin periódicos, sin radios, sin teles que les cuenten las putadas que les gastan los poderosos. Les mienten con el mayor de los descaros, les repiten consignas torticeras que acaban interiorizando sin que nadie les brinde la oportunidad de contrastar lo que se les dice. Saben que la realidad que viven está muy lejos de lo que les cuentan, pero los mensajes de quienes tienen la sartén por el mango son demasiado reiterativos y acaban calando.
De ahí el desconcierto y la desorientación de muchos de quienes acuden a las consultas de los sicólogos, sobre todo entre los jóvenes. A algunos políticos se les llena la boca hablando de salud mental, pero a la hora de la verdad el personal anda solo y descolocado intentando administrar como puede sus ansiedades y sus depresiones.
Aumenta el porcentaje de suicidios entre los menores de treinta años, aumenta la cifra de quienes solo ven incertidumbre en su futuro y de quienes, empeñados en buscar emociones fuertes, acaban seducidos por el mensaje y el comportamiento violento de los fascistas. Las consultas de sicólogos están llenas de gentes que buscan respuestas que no encuentran en su día a día mientras los políticos se dedican a debatir sobre el sexo de los ángeles y los medios de comunicación a manipular como si no hubiera un mañana. Eso es lo que hay.
Salú y República.
Tatsumaru V.I.P.
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Lun Ene 08, 2024 10:38 am
Concentración neofascista ayer. Italia.
https://twitter.com/i/status/1744128907941425567
marapez V.I.P.
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Lun Ene 08, 2024 10:46 am
Que sosos... sin muñecas hinchables ni nada...
marapez V.I.P.
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Dom Ene 28, 2024 9:49 am
Europa empieza a preocuparse
El 2024 se puede poner más que interesante si Trump consigue ganar las elecciones en noviembre de este año. La nominación la tiene ya prácticamente asegurada. No ha tenido apenas rival en las primarias de su partido. Uno a uno, los candidatos han ido retirándose ante el tsunami de Trump. La única que resiste casi, casi por una especie de dignidad política, es Nicki Haley. Pero sabe, es muy consciente de que, si en las primarias del 24 de febrero no consigue un milagro, su carrera presidencial está firmando sus últimos capítulos.
El discurso de Trump sigue siendo el mismo y, si me apuran, incluso mucho más errático, con lapsus incluidos (en su afán por atacar a su contrincante, confundió a Haley con Pelosi), mucho más polarizado, mucho más surrealista (no se pierdan cuando describe el escudo de Israel, con soniditos guturales incluidos). Pero todo esto da igual. Trump arrasa entre los republicanos. Y conforme peor le va en los tribunales, conforme peor es su situación legal, mejor le va en las encuestas. Al menos en las de las primarias, porque otra cosa es lo que pase en su batalla contra Biden. Ahí hay encuestas que apuntan que las cosas le pueden ir mejor al actual presidente con Trump como contrincante político que con Nicki Haley. Trump y sus abruptos movilizan también al electorado demócrata que tiene miedo a un segundo mandato de Trump. Biden puede beneficiarse con una mayor participación entre sus filas, y eso que no cuenta ahora mismo con los mejores datos de aceptación. Su tibieza en conflictos como el de Gaza o las políticas migratorias le están pasando factura.
En Europa están empezando a ponerse nerviosos ante la posibilidad de que Trump vuelva a la Casa Blanca. Saben que habrá decisiones políticas y económicas que impactarán directamente en el continente. El líder de los populares en Europa, Manfred Weber, ha planteado la necesidad de que los 27 se preparen para una hipotética guerra contra Rusia sin la ayuda de Estados Unidos. Ha pedido incluso que los países miembros empiecen a reforzar su propio arsenal nuclear. Trump ya ha dado pistas de que, en caso de ganar las elecciones, retirará su apoyo a Ucrania, y eso le debilitará en el frente. Trump nunca ha ocultado su “amistad” con Putin. Ni tampoco con otros autócratas. Con Trump no habrá advertencias a Israel por su genocidio en Gaza, al contrario. Habrá apoyo incondicional, sin peros ni comas. No sólo en lo político hay preocupación en Europa. También en el plano económico. Christine Lagarde advertía también hace unos días que la victoria de Trump supondría un peligro para Europa. Los mercados, ya saben, no conviven muy bien con la inestabilidad política ni jurídica. Hace unos días, el analista económico Martin Wolf describía las lecciones que deberíamos haber aprendido del Brexit y del triunfo de discursos populistas, basados mucho en las tripas y poco en la lógica. Las instituciones, decía Wolf, se acaban dañando, también el debate y la política. No se trata de hacer políticas para mejorar la vida de la gente sino para imponer ideas, para polarizar, para dividir. En Reino Unido falta de todo: personal médico, personal de servicios, productos que escasean en los supermercados. La vida de la gente no ha ido a mejor tras el Brexit, al contrario.
Pero de esto no se habla o se habla poco. Ahora mismo hay discursos que calan mejor entre la opinión pública: el de la identidad, el de la pertenencia, el de los derechos adquiridos más por tradición e historia que por consenso. Lo que pase en los próximos meses en Estados Unidos puede suponer un tsunami político que acabará afectando a todo el tablero geopolítico y económico de Europa.
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Tinajas Moderador
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Dom Mar 17, 2024 9:25 am
MAR CONTRA LA PRENSA
Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, y antes de José María Aznar, ha enviado un wasap a una periodista de eldiario.es con este bucólico mensaje: "Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar". Qué daño hacen las nuevas tecnologías. Antes, a los periodistas nos amenazaban los corruptos del PP en persona. Cara a cara, como corresponde a una democracia plena.
Cuando no existían wasap ni todas esas memeces, el noble político corrupto de antaño te llamaba a su despacho o, si la amenaza iba a ser muy grande, tenías la suerte de que te invitara a comer o a cenar en un restaurante cojonudo.
Cuando la amenaza iba a ser tremenda y furibunda, era fabuloso. Durante los entrantes, magníficos, quizá incluso percebes y vieiras, el corruptor solo quería hablar de ti. Saber de ti, para tratarte enseguida como amigo. En el segundo plato, otra delicia, se perdía en temas más políticos, y el corruptor se esforzaba en hacerte creer que te daba informaciones interesantes y novedosas.
Como ni los periodistas ni los corruptos solemos tomar postre, pues son dos honradas profesiones incompatibles con la dulzura, pasábamos directamente al aguardiente o al whisky, y ahí era cuando el corrupto se recostaba en la silla, sonreía como quien divierte a la multitud y te decía algo así como: —A ver, Aníbal. No te lo digo por mal. Pero es que os estáis ganando una hostia. Un hostiazo. Yo no te lo voy a dar, ¿eh? No os lo voy a dar. Pero sé de donde viene. No sé si me has entendido.
Pocas oportunidades de ser corrompido me ha dado la vida, dato que no me enaltece como reportero, pero todas fueron cara a cara.
Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso y antes de Aznar, podría haber hecho como el corrupto antiguo, comportarse como un caballero aznariano e invitar a la periodista de eldiario.es a cenar de puta madre y, en las copas, susurrarle sibilinamente: —¡Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar! Mandarle un wasap para amenazarla con esa grosería es impropio de un jefe de gabinete, y denigra a la periodista. Nos dan a los periodistas tan poca importancia que ya ni nos invitan a una cena y a unas copas antes de amenazarnos con trituraciones y cierres. Lo hacen por wasap. Como una ex pareja cualquiera. Y supongo que son muy tontos o no les importa que enseguida salga su wasap en las portadas. O quizá les interesa. Es delicado enigma.
Porque si un jefe de gabinete de Ayuso envía por wasap una amenaza a una periodista, malicio que lo hace sabiendo que la periodista lo va a publicar. En aquellas cenas de antaño que yo añoro, con los corruptos académicos de entonces, no había grabadoras ni teléfonos. La amenaza se quedaba entre tú y él, que es donde se tienen que quedar las amenazas.
MAR hizo público su desafío para cerrar eldiario.es como un pistolero de OK Corral. Quiere que todos sepamos que puede "triturar y cerrar" un periódico. En la historia del periodismo español, se constatan numerosas amenazas de poderes políticos contra el derecho a la información. Pero se ejecutaban con discreta violencia. El wasap de MAR a la periodista de eldiario.es es una hormonada de adolescente celoso. Es tu vídeo follando en Tik-Tok. Es tremendamente impúdico. Nuestra fascistería institucional se está volviendo descarada. Ya amenaza hasta con cerrar periódicos. La Comunidad de Madrid nos acaba de decir por fuente más que solvente que puede "triturar" la libertad de información. Se burlan sin pudor de nuestros derechos fundamentales porque creen que su prepotencia devora a una democracia que no se resiste. Y quizá tengan razón.
ANÍBAL MALVAR
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Mar Nov 05, 2024 12:44 pm
Alerta roja
Los peores enemigos de la sociedad son aquellos que, aprovechándose de sus privilegios democráticos, se dedican a sembrar odio e intolerancia, saltando por encima de las necesidades de las personas con el objetivo de instaurar el caos. Lo vimos durante la pandemia, cuando en un durísimo momento los ciudadanos se apoyaron unos a otros y, en el caso de Madrid, aparecieron los denominados “cayetanos”, cacerola en ristre para enturbiar la armonía conseguida.
El fascismo se ceba en las situaciones difíciles para tensar más la angustia y el temor. Sueltan su veneno entre la gente y la provocan a fin de que sigan su dinámica. En situaciones críticas son capaces de soliviantar los ánimos para extraer el miedo y convertirlo en un arma arrojadiza contra el presunto enemigo, que suele coincidir con aquel que discrepa de la visión de ultraderecha.
De paso, desvían la atención de sus propios desmanes. Lo ocurrido en Valencia, en el ámbito de las políticas de prevención de desastres naturales, tiene como origen próximo la asociación entre el PP y Vox para dirigir la comunidad autónoma: la asignación de la gestión de emergencias por parte de los populares a la ultraderecha —que niega el cambio climático—, tuvo como primer efecto el desmantelamiento de la Unidad Valenciana de Emergencias, creada por el anterior gobierno progresista. El propio presidente de la Comunidad se jactó de haber eliminado “un chiringuito”. La ruptura de relaciones entre ambas formaciones dio paso a la competencia de estas situaciones extremas al PP. Pero no parece que se le diera mayor importancia a su gestión, y ello a pesar de que la región haya sufrido en diversas ocasiones gotas frías e inundaciones, y aunque demasiadas de las poblaciones valencianas estén construidas en el cauce de ríos y barrancos, auténtica lacra de multitud de localidades españolas para mayor beneficio de promotores inmobiliarios con el beneplácito municipal.
Protocolos
Es un hecho contrastado que el día fatídico de las inundaciones que han resultado desastrosas para la vida de centenares de personas y los bienes de miles conciudadanos de diversas localidades de la comunidad valenciana, los responsables no dieron la alarma con el tiempo suficiente y, para cuando los móviles sonaron, muchos vecinos se encontraban ya con el agua al cuello. El complejo protocolo de respeto a las transferencias autonómicas hizo que el Gobierno no enviara de inicio a los efectivos del ejército, al no elevar la Generalitat el nivel de aviso al punto en que la intervención estatal está permitida. La verdad es que yo, personalmente, con mi consabida vehemencia, hubiera dado la orden de movilizar al ejército desde que se empezó a ver el desastre, pero probablemente hubiera metido al Gobierno en un lío y tampoco sé si habría sido efectivo. Torrentes desbocados, lluvias impensables, tornados, viento… todo se confabuló para llevar la muerte y la destrucción. El hecho de que, a la hora de escribir estas líneas, continúen las labores de búsqueda de desaparecidos y de que el mar devuelva a las playas cuerpos sin vida mientras se decretaba una nueva alerta en la zona, no hace sino acrecentar el duelo y ponernos frente a frente con la magnitud de la catástrofe. A lo largo de estos tensos días transcurridos hemos visto imágenes terribles, hemos llorado por nuestros familiares y amigos, hemos sentido una impotencia total ante algo que nos ha sobrepasado. Pero los hechos vergonzosos de Paiporta, en que el rey, la reina, el presidente del Gobierno español y el presidente de la Generalitat fueron increpados y se vieron golpeados con barro y con objetos contundentes, son inaceptables vengan de donde vengan en una democracia. Es cierto que la desesperación es grande ante la magnitud de los acontecimientos; es verdad que esa visita no se debería haber producido en las condiciones en que se realizó; es innegable que a aquellos que se han quedado sin nada y han perdido todo, resulta imposible exigirles actitudes diferentes a la indignación. Aun así, no debemos olvidar que estamos ante la furia de la naturaleza y frente a ella, existen medidas paliativas y preventivas, pero en ningún caso se pueden prestar al cien por cien. El tiempo de las responsabilidades vendrá y se deberán exigir con todo el rigor, así como las garantías de que nunca más haya otra ocasión en la que aparezcamos inermes e impotentes ante el desastre. Lo ocurrido amerita una profunda reflexión sobre la situación que vivimos en nuestro país.
Ultraderecha
De la aflicción legítima de las víctimas se aprovecha la ultraderecha, camuflando su propia responsabilidad y cargándola sobre otros. En esta ocasión, como en tantas otras, han desplegado su estrategia, propia del más rancio fascismo disfrazado o escondido tras la libertad de expresión, que consiste en aprovechar cualquier situación para rebotarla contra el objetivo. Entre los impulsores de gritos y lanzamientos figuraban jóvenes calentando el ambiente, llevando a vecinos de hábitos y comportamientos serenos incluso en la difícil situación que están atravesando, a gritar y transformar el cansancio y la impotencia en rabia. No se extrañen si una vez identificados estos provocadores resultan efectivamente próximos a los postulados del ultraderechista Santiago Abascal, quien no perdió el tiempo en lanzar un comunicado: “Gobierno criminal”, lo calificaba el líder de Vox, al igual que aquellos jóvenes insultaban: “asesinos, asesinos”. Casualidades de la existencia y de la política. Sin que falten los ‘espontáneos’ de siempre presentando denuncias contra el gobierno central.
Qué tendremos que sufrir, o qué desgracia mayor tendremos que padecer para que los responsables políticos se comporten como verdaderos representantes de la ciudadanía que los vota. Lo que el 3 de noviembre de 2024 vimos en los medios de comunicación en directo y diferido y hoy es portada en muchos medios de comunicación en el mundo no fueron los efectos mortales de la dana, sino el ataque a las máximas autoridades de un país que debería estar unido frente al caos y el dolor. El lema que se ha oído estos días de que ‘solo el pueblo ayuda al pueblo‘ es falso y peligroso pues supone que el Estado no está haciendo nada. Por el contrario, es el Estado, a través de sus diferentes administraciones, el que está posibilitando que se produzca esa ayuda, incluida la de los ciudadanos voluntarios, amén de facilitar todos los medios económicos, sanitarios, de infraestructura y ayudas materiales que sean necesarios, sin perjuicio de que puedan mejorarse. La alarma terminará, después de haber segado cientos de vidas y destrozado la cotidianeidad de decenas de miles de seres humanos, su presente y quizás el futuro para muchos. Es de esperar que se agilicen las normas, que se dé la urgencia debida a las disposiciones para confrontar el cambio climático, que se actualicen los protocolos y que los partidos, los democráticos, se pongan de acuerdo para prevenir y tratar futuras situaciones. Pero en cuanto a la ultraderecha, a este fascismo que nos atenaza, debemos mantenernos en una alerta roja continua, porque en ello nos va la democracia.
Tema: Re: La metástasis del fascismo. La nueva derecha Hoy a las 12:17 pm
Que alguien le explique al general Pampols que su cargo es político
Pese a la pirotecnia informativa con que algunos medios han celebrado su nombramiento, ignoro si el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols sea la persona más idónea para coordinar la reconstrucción de Valencia tras la DANA del 29 de octubre: el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, lo acaba de designar vicepresidente con ese cometido y la prudencia aconseja evaluar su trabajo a medida que vayamos conociendo los resultados. El historial militar de Gan Pampols es admirable y según he leído viene avalado por una experiencia similar en Afganistán. Por lo que entiendo, aquel trabajo consistió en coordinar la seguridad de las acciones civiles que se desarrollaban en el marco de la reconstrucción del país asiático; una misión sin duda importante, pero distinta a la gestión en sí de la reconstrucción. De todos modos, lo razonable es esperar antes de juzgar. De lo que quiero tratar aquí, y con preocupación, es del clima anti político que está avivando el nombramiento de Gan Pampols, alimentado en buena medida por él mismo. En su desfile de las últimas horas por los medios de comunicación, el militar se ha dedicado a enfatizar su condición castrense y a exhibir, con cierto tufo de desdén, su independencia de todo lo que huela a política. “Soy un soldado, no un político”, “No aceptaré directriz política ninguna”, “No voy a aceptar órdenes políticas ni partidistas”, son algunas de las afirmaciones que ha esparcido en su peregrinación mediática y que han provocado especial excitación en los círculos patrióticos de las redes sociales ante la perspectiva de que sea un militar quien ponga orden en el desaguisado creado por “los políticos”. Que existe una desafección creciente hacia la política y los políticos es un hecho innegable. Como lo es que los propios políticos tradicionales, o parte de ellos, han contribuido a esa crisis de confianza, ya sea por la baja calidad del debate público, por la burocratización de los partidos o por la incapacidad de estos para atender la complejidad de problemas que afronta la sociedad. Sin duda, existen motivos para criticar a la clase política. Pero también hay que señalar que la extrema derecha está aprovechando ese río revuelto para instalar un discurso anti político con el propósito de minar la democracia tal como la conocemos y crear un escenario iliberal propicio a la expansión de su ideología. Estamos en un momento crucial para la democracia, en España y buena parte de Occidente, y el peor mensaje que se puede lanzar a los ciudadanos en esta encrucijada es que la política es un elemento tóxico, como lo está insinuando el general Gan Pampols, quien, por cierto, firmó un manifiesto contra la Ley de Amnistía aprobada por el Parlamento, lo que podría sugerir que algún corazoncito político late bajo su coraza marcial. Quizá alguien debería explicarle al flamante vicepresidente para la Reconstrucción que, por muy militar que sea, el cargo que va a ejercer es de naturaleza política y, como tal, está sujeto al escrutinio de los órganos democráticos de control. Muy en particular el Parlament autonómico y, también, el Congreso de los Diputados, puesto que la mayor parte de las inversiones que se hayan de realizar saldrán de los presupuestos generales de la nación. Que por mucha destreza que tenga en “el arte de mandar bien” –título del libro que publicó en 2022–, deberá mantener informada a la opinión pública de su gestión y responder por sus acciones cuando le sea requerido. Quizá haya que decirle también que muchísimos españoles tienen muy claro que lo que falló el 29 de octubre, lo que impidió reducir los estragos de la DANA, no fueron ni “la política” ni “los políticos”, sino la negligencia imperdonable de un político concreto, el presidente Mazón, su nuevo jefe, que no prestó la debida atención a todas las señales de alerta que se activaron desde primera hora el día de la catástrofe. Que la tragedia adquirió dimensiones apocalípticas no porque se careciera de una administración de “técnicos”, sino porque al frente de la crisis estuvo –y para estupefacción de muchos sigue estando– un político rematadamente malo e insensible. La pregunta es cómo se puede combatir el discurso de la anti política cuando el propio líder del principal partido de la oposición en España, Alberto Núñez Feijóo, proclama con naturalidad que el general Gan Pampols “no viene a hacer política, sino a reconstruir”. Presentar la política como antítesis de la reconstrucción parece incomprensible en una persona que lleva más de un cuarto de siglo haciendo política. Sin embargo, es posible que Feijóo haya pronunciado la frase en un arranque inconsciente de sinceridad: su forma de entender la política, al menos desde que asumió la presidencia del Partido Popular, ha consistido en una batalla irracional de acoso y derribo contra el presidente Sánchez, al que niega legitimidad democrática, sin que parezca importarle un comino la erosión que su estrategia está provocando en las instituciones, en primerísimo lugar las de representación política. Está claro que política y construcción (o reconstrucción) son conceptos incompatibles en el léxico de Feijóo y su partido, como lo han demostrado una vez más con su actuación deleznable ante la tragedia de la DANA. La situación en que ha quedado Valencia es tan dramática que solo cabe desear éxito al general Gan Pampols en su tarea. Es lo mínimo que se merecen los valencianos. Tal vez debería comenzar diciendo a su jefe Mazón que es de pésimo gusto adjudicar contratos a dedo a empresas involucradas y condenadas en el caso Gürtel, como ya se está haciendo al calor de la emergencia según revelaciones de este diario. Y haría bien en dejar de sermonear contra la política, que los que no nos chupamos el dedo sabemos que denigrar la política es una forma, y muy peligrosa, de hacer política.