Aunque hoy existen los medios y el conocimiento para prevenir,
diagnosticar y tratar la desnutrición, sólo el 3% de los niños
desnutridos logra acceder al tratamiento.
Una inversión de 9.000 millones de dólares en programas de Tratamiento
Comunitario de la Desnutrición sería suficiente para tratar a todos los
niños con desnutrición severa que hay en el mundo.
En Cuerno de África 750.000 personas, en su mayoría niños, corren el riesgo inminente de morir de hambre.55 millones de niños con desnutrición aguda. De ellos, 19 millones de
niños la padecen en su forma más severa y 3,5 millones mueren cada año.
La desnutrición está relacionada con el 35% de las muertes infantiles.
Es sólo la punta del iceberg. En la base están 925 millones de personas
en inseguridad alimentaria y 200 millones de niños con desnutrición
crónica, que tendrá consecuencias irreversibles en su desarrollo.
La peor parte se la está llevando hoy el Cuerno de África, donde 13,3
millones de personas están afectadas por la peor sequía de los últimos
60 años. Pero la sequía ha sido sólo el factor desencadenante de la
crisis, las verdaderas causas están más relacionadas con la política, la
pobreza estructural y falta de reacción de la comunidad internacional
antes del momento de la emergencia. “Las organizaciones humanitarias
presentes en la zona alertamos hace más de un año de lo que se venía
encima pero sólo después de que Naciones Unidas declarase oficialmente, y
no precisamente por un capricho semántico, el pasado 20 de julio,
estado de hambruna en tres regiones de Somalia fue cuando el mundo
empezó a reaccionar”, explica el Director General de Acción contra el
Hambre, Olivier Longué. “Una vez más hemos desplegado, y a medias, una
respuesta emergencista, mucho más costosa y menos rentable que una
intervención de prevención a tiempo”. Esta emergencia, que ha acabado
con los medios de vida de millones de personas, se extenderá al menos
hasta 2012.
La punta del iceberg“Las respuestas al hambre son complejas, y requieren de enfoques
adaptados a las distintas causas y situaciones específicas de cada
contexto, pero mientras los gobiernos se deciden a adoptar medidas
estructurales para resolver la pobreza de la base de la pirámide, hay
algo que podemos hacer ya: limar la punta del iceberg”, destaca Amador
Gómez, Director Técnico de Acción contra el Hambre. “Desde mediados de
los 90 – explica- tenemos los medios para diagnosticar, prevenir y
tratar la desnutrición aguda. Los Alimentos Terapéuticos Listos para su
Uso y el Tratamiento Comunitario de la Desnutrición han marcado un antes
y un después en la lucha contra el hambre”. Ambos son sencillos, poco
costosos y están sobradamente probados. Pero sólo un 3% de los niños
desnutridos puede acceder a ellos. Aquí está, para Acción contra el
Hambre, el gran reto. O al menos, el más urgente: hacer que este
tratamiento llegue a muchos más niños. Y ya no hay excusas para no
abordarlo.
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