Rajoy, se llevará una de las sorpresas mayores de su vida, cuando compruebe a través de las encuestas y de las urnas la caida espectacular de su partido como justo castigo a todas las mentiras y canalladas que su gobierno está llevando a cabo.
Usted sabrá que en circunstancias similares los que llegan al gobierno imponen las medidas necesarias para sacar adelante a la nación, por duras que sean y éstas lo son. No se olvide usted que este año hay que pagar cien mil millones de euros como intereses de la deuda de los señoritos del gobierno socialista, a la par que hay que reducir en más de cuarenta mil millones de euros el déficit ordinario, que son compromisos adquiridos con la UE a la par de acuerdo con la modificación constitucional, suscrita por PP y PSOE, en octubre de 2011, que obliga inexcusablemente.
Esas duras medidas, necesarias a todas luces, se irán aflojando paulatinamente antes de las próximas elecciones generales, se elevará la moral de la tropa, y puede que sin grandes esfuerzos Rajoy vuelva a ganarlas de corrido, incluso con mayor mayoría de la actual a poco éxito que tenga. Mire, mucho más dura fue la política de control del gastó que aplicó Margaret Thatcher y estuvo tres legislaturas imbatida y se fue dejando a su lugarteniente.
Aquí puede pasar lo mismo.