Después de la tempestad, viene la calma

Después de la tempestad, viene la calma

Perdónenme ustedes que sea tan refranero, pero como hombre sencillo del pueblo no lo puedo evitar. Son muletillas que refuerzan mis ideas.

De momento, las calenturas sobre Catalunya parecen haber descendido. Seguramente —vaticino— vendrán más fuertes después de las elecciones, sea cual sea el resultado, pero para un servidor sigue siendo un tema interesante. Soy hombre del mañana y muy poco o nada del ayer. Me gusta esperar el futuro y éste, aunque poco me queda para mis años, no me causa pavor. El pasado, en todo caso, es al que temo, y al que no desearía regresar.

Ante el tema del separatismo, que tanto revuelo ha significado en los Foros, ya se ha dicho casi todo, y por parte de los reticentes y asustadizos ante tal circunstancia, han venido exclamando las mil y unas miserias que llegarían a Catalunya, y en sus pronósticos la desindustrialización catalana al marcharse, como las ratas lo hacen cuando intuyen un naufragio en el bajel, los industriales.

La verdad es que no entiendo eso qué les importa, salvo intentar crear un miedo, y hacer cambiar de opinión. Yo creo, sinceramente, que quienes deben cambiar de opinión son aquellos que no quieren reconocer una realidad, de ayer y de hoy, y ahora mucho más aumentada, porque al tema identitario su une el tema económico, que tanto duele a todo el mundo.

No en el número que se necesita para paliar este problema del paro, pero sí se puede comprobar que las multinacionales siguen invirtiendo en Catalunya, y no creo que estas empresas sean tan ingenuas en invertir en un lugar donde la miseria vaya a establecerse por una supuesta independencia que, de llevarse a término, sería dentro de algunos años; no pasado mañana.

Por otra parte, cuarenta Colegios profesionales de Catalunya se han manifestado a favor al derecho de decidir. Ese referendum propuesto, sería deseable se realizase para comprobar de verdad cómo piensa el pueblo catalán. Son Colegios de Economistas, Arquitectos, Ingenieros Industriales, Médicos, Farmacéuticos, Aparejadores, Telecomunicaciones, Caminos Canales y Puertos, Agrónomos, Publicitarios, etc. Diversos colectivos que representan a un gran número de profesionales no pertenecientes a la política.

Como muchas veces me he manifestado, el miedo, la cobardía, no es el mejor talante para que un país progrese. Se necesita valentía, arrojo. Una buena manifestación por parte de España sería acceder a que el pueblo catalán hablase y con datos en la mano reales se procediera a buscar la mejor solución; y, sea cual fuere, llevarse a cabo dentro de una normalidad, porque aun siendo la extrema, esto es, la separación, no debiera implicar la enemistad. Muchos siglos juntos, con mayor o menos agrado, debiera ser un punto de partida para reconocer que, aun separados, Catalunya y España se necesitan y se complementan.

Seamos inteligentes; abandonemos esas ideas que nacen del ardiente corazón, y trabajemos con la cabeza.

El Postiguet

Tinajas escribió:

Yo creo que los ideales que obedecen al sentir de los ciudadanos irán con ellos siempre, independientemente de los mediocres lideres políticos que se aprovechan de la gente para conseguir otros intereses, y a mi me da que los gobernantes del pueblo español y catalán no son lideres para seguir ciegamente, falta carisma, confianza, honestidad, sentido común, son personas sin ideas solidas, ni compromisos morales de futuro que de forma clara y segura transmitan a su gente, para mi solo es una estrategia basada en un pulso de fuerza, llena de flancos de debilidades por todas partes y no solo en lo económico, y es una lastima, porque los pueblos no se merecen a estas personas que les representen, y es una opinión personal mía que siento en el alma.

Y que un servidor comparte plenamente con usted. Pero si bien es una desgracia lo que tenemos, no por ello debemos contentarnos y darla por buena; se hace necesario tomar otra actitud más enérgica y reivindicativa. El pueblo somos muchos; ellos unos cuantos con mucho poder, pero el poder debe emanar del pueblo, y si nos despabilamos los echamos a la calle mucho antes de lo que se piensan. Los políticos son necesarios, porque de lo contrario caeríamos en la trampa de una dictadura; pero son necesarios los honestos, los trabajadores, los que miran por el pueblo antes que por sus billeteras, y si éstos de ahora no interesan por no corresponder a lo que debieran, cambiémosles cuanto antes; y desde cualquier esquina o rincón hagamos un llamamiento a nuestros conciudadanos para que no se dejen engañar ni manipular.

Debemos ser autocríticos y no dejarnos llevar por banderías ni partidismos. Veo con mucha frecuencia comulgar con unos y con otros más por ir en contra del opuesto que por sentirnos unidos a los que defendemos. No defendamos jamás a aquellos que por su conducta nos puedan hacer sonrojar. No es posible defender un partido, sea cual sea, si sus dirigentes, los líderes o los que les siguen, no son honrados. Esa defensa nos hace cómplices y además nos hace absurdos porque con sus corruptelas nos perjudican y perjudican a las generaciones futuras.

NI UN GOLFO, NI UN CORRUPTO EN LA POLÍTICA. LIMPIEMOS LA POLÍTICA DE VIVIDORES O LOS VIVIDORES NOS ARRUINARÁN.


El Postiguet