Ni un maravedí, ni un ducado, ni un real, ni mucho menos un euro va a recibir Repsol decía en abril de 2012 el impetuoso viceministro "marxista" Axel Kicillof. Acusando a la empresa española de desviar fondos ocultando ganancias, vaciamiento de empresa por un endeudamiento fraguado y daño ambiental.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]El periódico español no contaba que en Argentina hasta los "marxista" hacen gala de un pragmatismo hilarante, y pueden dar un giro de 360 grados fahrenheit el día menos pensado.
El rigor del paso del tiempo echó por tierra la mayoría de los dogmas del hoy titular del Ministerio de Economía, a fuerza de cruel realismo.
En ese contexto, el joven ministro debió recalcular sus pasos y ceder en la negociación que se lleva en estas horas ante Repsol.
Por cierto fue una medida acertada. Es que, aunque lejanos, aun resonaban los ecos de los cuestionamientos hechos por propios y ajenos ante la conducta delictiva de YPF y el gobierno argentino. No solo porque en ese mismo acto se violó el artículo 17 de la Constitución Argentina, sino también porque se dio un aire de imprevisibilidad que puso en riesgo las eventuales inversiones extranjeras en el país.
El primer síntoma de confianza se vio este martes en Madrid, las acciones de Repsol subieron más de 4%.
Mientras tanto la jefa mafiosa, la líder de modelo multinacional y popular considera que la nueva forma de gobernar es hacer un programa de TV semanal filmado por su hija, la exitosa cineasta graduada en el Aston Villa, junto a su perro Simón y el pingüino pecho frío, mostrará la inauguración de semáforos y cebras peatonales y nos contará cómo anda, qué onda y cómo va todo. El programa de la descerebrada licenciada tendrá el juego de llamadas aportados por Sabatella y Telefónica convirtiéndose en la nueva Susana; y la Giorgi, Amado, Kunkel, la Conti, Picheto, los nuevos susanos aplaudidores.