La nueva de García Márquez y romper promesas

Franz Kafka le pedía  por carta 10 años antes de su muerte a su amigo Max Brod de que que se ocupase de  destruir sus manuscritos por considerar que no debían ser publicados por no ser buenos y no merecerlo. Brod incumplió la promesa, conocía la autoexigencia de su amigo sobre lo que escribía. García Márquez pidió lo mismo con el manuscrito de la novela que se ha publicado ahora 10 años después de su muerte, llamada En Agosto nos vemos es acontecimiento literario. Sus hijos  creen que al estar enfermo con Alzheimer no había que hacerle caso. “Mi teoría es que cuando dijo que no funcionaba había perdido la capacidad para juzgarlo. No está tan pulida como sus otras novelas, pero tampoco es un desastre que no se entienda. Yo creo que era él quien ya no entendía nada”,

Aunque suena fatal con Kafka y sean casos diferentes en el fondo mejor haber hecho caso a ambos. También se puede pensar que tenían que haber destruido por sí mismos y así quedarse tranquilos.

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Esta es la prueba de que traidores los hay en todas partes, en la política, en la amistad, en las familias y por supuesto en el amor.
La traición por tanto ha de ser igual de rechazable en todos los ámbitos de la vida.

La traición es lo contrario a la ética.