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    EL OJO IZQUIERDO

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    EL OJO IZQUIERDO - Página 10 Empty Re: EL OJO IZQUIERDO

    Mensaje por marapez Mar Feb 27, 2024 12:43 pm

    Deprisa, deprisa



    Usain Bolt tardó exactamente 9,58 segundos en recorrer la pista de los 100 metros en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín el año 2009. Más, mucho más, deben correr Pedro Sánchez, el Gobierno y el PSOE para tapar, como en las películas de dibujos animados, las amenazantes grietas que se multiplican -aquí y allá, se cierra una y se abren dos-, en un barco que aún, a pesar de los pesares, lleva una buena velocidad de crucero y todavía está en condiciones de llegar a puerto lustroso y con todos sus componentes en buen estado de revista. Pero habrá que correr. Deprisa, deprisa, porque el panorama al que se enfrentan tiene lo suyo: un caso de corrupción grosera y sucia sobre la cabeza de notables colaboradores del líder; resaca de la pérdida de 5 escaños en Galicia y el tema de la amnistía, duro, correoso, enfermizo, sin resolver. Menos mal que los datos económicos resisten. Por ahora. 
    Lo primero, ese viscoso y repugnante asunto de Koldo García. La corrupción es horrible, pero aprovechar las miserias y el dolor de una ciudadanía ahogada por un virus asesino no tiene nombre. Claro que todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, pero vaya usted a contar esa milonga a esta derecha, política, mediática y sociológica a la que tanto queremos, porque el currículo de García tiene lo suyo. Tampoco ayuda aquella rara salida del Gobierno del ministro Ábalos, deficientemente explicada tras haber jugado un papel de primera fila en los iniciales pasos triunfantes de Pedro Sánchez. Y, por supuesto, de nada sirve recordar la desvergüenza del hermano de Ayuso y el caso de las mascarillas en el Ayuntamiento de Madrid. El PSOE y el Gobierno, que llegaron a La Moncloa denunciando una salvaje trama de corrupción del PP, el caso Gürtel, están obligados a demostrarnos que ellos no actúan de la misma manera y cercenan la corrupción de raíz, sin componendas de ningún tipo. Tienen que atajar el caso con hacha de carnicero, llevándose por delante lo que haga falta, manos, brazos, cabezas, militantes, dirigentes, subsecretarios, exministros, y vaya usted a saber a qué otros distinguidos representantes del partido del Gobierno afecta tan nauseabundo asunto. Y si Ábalos no se quiere ir, se le echa. Porque la responsabilidad política –ya veremos la judicial- es suya. Por tanto, respuesta política: devuelvo mi escaño. Y si no lo hace, se le arranca con tenazas, que ese tira y afloja es obsceno. Se ha hecho con acierto y reflejos la comisión en el Congreso y la auditoría interna en Transportes. ¿Que no hay mayores daños y que no existen otras implicaciones ni males de superior calado? Miel sobre hojuelas. Pero ya. Hay que escardar el terreno hoy. Esta mañana. Esta noche. Lo demás es llegar tarde. 
    El Ojo ya ha empleado alguna vez aquello de que las desgracias nunca vienen solas, a ti se te ha muerto tu padre y a mí se me ha perdido el bolígrafo. Porque el batacazo, a los cien días de Gobierno, llega en mitad de una tormenta que para alguna próxima película la quisiera Bayona. Escuece Galicia y preocupa, cómo no iba a hacerlo, la pérdida de poder territorial que ya se demostró el 28 de mayo del 2023. El cambio del máximo liderazgo en el partido que se produjo en 2016 trajo consigo un terremoto en su núcleo territorial que aún no se ha recompuesto. Hacer candidaturas sólidas en las autonomías –Ana Pontón, la gallega del Bloque es el último ídolo del respetable, tantos años picando piedra- no es tan fácil como cualquier tertuliano, tan listos ellos, supone y proclama. Les voy a poner un ejemplo y lo van a entender perfectamente. Juan Lobato, cabeza del PSOE en Madrid. 
    Tiene el PP en la capital de las Españas a ese portento de la desvergüenza que responde al nombre de Isabel Díaz-Ayuso. Es difícil enfrentarse a ella, como a todos los tahúres. Habrá que recordar que Ángel Gabilondo, PSOE, venció a la reina del vermú en 2019, pero un entonces potente Ciudadanos, más la aportación de Vox, llevaron a Ayuso a la Puerta del Sol. Los socialistas pensaron entonces que convenía, y quizá no era mal criterio, situar a una persona joven, con futuro, para que aguantara el tirón durante algún tiempo, y mucho trabajo después, situarse en primera fila de las apreciaciones de los madrileños. ¿Se ha dado tal supuesto con la presencia de Juan Lobato, iniciada en el 2021? Ahora resulta que a Lobato le enfadan algunas cosas de Ferraz. Y Ferraz se dice, ¿de verdad, con una mano en el corazón y otra en la cabeza, creemos que este buen señor puede ganar a la máxima representante del chelitrumpismo, utilizando a Ferraz como saco de entrenamiento? ¿Le mantenemos, dos, cuatro, ocho años? Y entonces, qué hacemos, ¿mantenemos a alguien que intuimos perdedor por largos tiempos, o buscamos a otro u otra que nos parezca mejor candidato, y vuelta la burra al trigo?
    Hay más asuntos de enjundia en los que el tiempo corre que se las pela. El primero, Puigdemont y la amnistía, ese elefante en la habitación del que no nos libramos, maldita sea nuestra suerte. Sánchez ha pedido prórroga hasta el 7 de marzo. Mal. Ahí, y la cuerda ya se ha estirado mucho más de lo razonable, deben acabar las dudas. O cenamos o se muere padre. Pero esta situación es insostenible, un desgaste salvaje para el Gobierno. Ya hemos explicado aquí por qué el Ojo es partidario de decir basta, poner pies en pared y a quien dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Puigdemont tendrá su estrategia, es muy dueño, pero Sánchez debe tener la suya, que ya está bien de ofrecer esa imagen de docilidad. Sabemos que el cuento es otro, pero ese gancho -manda Waterloo- se ha convertido en pieza fundamental de la derecha. Y hay una parte importante de la ciudadanía que ha comprado la vaina. Ya. Fuera. Acabar con eso. A como dé lugar. Final feliz o infeliz. Pero apuesten por el carpetazo definitivo a este pegajoso asunto, háganos el favor. 
    Y si en esta zona todo son prisas, ¿qué decir del área de la izquierda más allá del PSOE? Esa pata de Sumar es savia fundamental para el Gobierno, no sólo por sus 31 diputados, que no es cosa baladí, sino por lo que significa de legitimidad para un gobierno que se presume de izquierdas. Pero si al PSOE le fue como le fue en Galicia, ya me dirán de los resultados de Sumar, primero, y de Podemos, después. En ambos casos esos datos, 27.000 papeletas para Yolanda Díaz, y unos irrisorios 3.700 votos para los morados, son una demostración absoluta, incontestable, de que Sumar aún no tira y de que Podemos es una ruina. Decimos que el PSOE debe darse mucha prisa para cortar las estrepitosas grietas de su estructura, pero es que a su izquierda el panorama es aún más duro.
    ¿Qué piensa hacer Sumar? ¿Cómo va a continuar en su afán de intentar aglutinar a la izquierda muy izquierda, labor que por ahora se ha demostrado lejos de sus posibilidades? Tienen muchos motivos para reflexionar las buenas cabezas políticas que aún conviven dentro de Sumar, y el tiempo, como siempre, corre en su contra. Ahora es el momento de que Díaz y Errejón demuestren su pretendida capacidad. Iñaki Gabilondo se asomaba a los micrófonos a las seis de la mañana del primer día de cualquier año, y preguntaba. “¿Hay alguien ahí?”. El Ojo mira por la mirilla en la sede de Podemos y hace la misma pregunta: ¿Hay alguien ahí? Y si lo hay, sabemos al menos de tres, Iglesias, Montero y Belarra, ¿hacen alguna reflexión cuando están juntos en la mesa camilla? Fidel Castro, allá cuando Gorbachov cedió en los años noventa del siglo pasado y el comunismo del telón de acero se vino abajo, tuvo el cuajo de afirmar que la historia de la Humanidad es cíclica y que dentro de algún tiempo el comunismo volvería a reinar en el mundo y allí, entonces, en ese nuevo giro, se encontrarían a la orgullosa Cuba, hoz y martillo enhiestos que había permanecido fiel a los postulados marxistas.
    Heroica, pero no parece, la verdad, una postura muy inteligente, sobre todo para los cubanos. Tampoco lo sería para Podemos. Boicotear al Gobierno con sus cinco diputados sólo va a lograr que se queden más solos y además, odiados por la ciudadanía de izquierdas que no entiende esa alianza de facto con PP y Vox. Sabemos todos que las elecciones vascas van a ser otro desastre para Iglesias, también para Díaz, si no se produce algún extraño sucedido, porque Bildu les ha arrebatado ideas, proyecto y gentes. Ha rebañado con el cucharón. Esto de aquí, eso de más allá y aquello otro, para mis urnas. De lo que podría ser Sumar y de lo que era Podemos no va a quedar ni la raspa. El PSOE, salvo sorpresa, tendrá la posibilidad de afianzar la repetida colaboración con el PNV. Tiene la izquierda muy izquierda que ponerse a trabajar a destajo para no perder en tres, cuatro años, lo que hasta ahora se ha logrado en avances sociales, que no es moco de pavo ni piquito de colibrí. Y el PSOE no debe perder nunca esa mirada hacia su izquierda, entre otras cosas porque Puigdemont le da siete votos, y este otro lado le ofrece 56. Sin ellos no hay vida posible para enfrentarse a una derecha mundialmente pujante, como muy posiblemente se verá en las elecciones europeas de junio y en la desgraciada y temida reelección de Trump. 
    ¿Quién dijo que iba a ser fácil?
    (Zelensky ha reconocido la muerte de 31.000 soldados ucranianos. Imposible conocer el número de bajas de Rusia. En Gaza, otras 30.000 muertes. ¿Hasta cuándo seguiremos marcando cruces y alimentando a los agresores con más y más armas?) 
    Adenda. Reunión en Washington la semana pasada de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), organizada por la Unión Conservadora Estadounidense (ACU). Ninguna broma, fundada en 1964, sus muchísimos millones empujaron a Ronald Reagan a destrozar el mundo cogidito de la mano de Margaret Thatcher, el señor les tenga en su gloria infinita. Este año, Trump, Bukele, Milei. Y Abascal.

    Echen un vistazo a La parada de los monstruos, 1932, Tod Browning. 
    Oigan, tal cual. 


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/deprisa-deprisa_132_10959515.html

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    Mensaje por Séneca Mar Feb 27, 2024 1:27 pm

    Que podemos decir de la Ser, Prisa y el País que nadie sepa, es como que vamos a decir del Socialista o del Mundo Obrero, son sencillamente la voz de su amo.
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    Mensaje por marapez Mar Abr 16, 2024 1:26 pm

    El Gobierno tiene tarea. A trabajar; pero con casco



    No van a rebajar la presión desde el PP y su división acorazada de Vox. Van a mantener los cañones de mugre a pleno funcionamiento, una vez que a estas alturas ya sabemos todos los ciudadanos de este país dos cosas. Una, que les importan un bledo las instituciones, no volvamos a citar el Consejo del Poder Judicial, podrido en sus cimientos, pútrido en su reptar diario. Tampoco lo haremos con la aberrante ayuda del llamado Partido Judicial. Veamos mejor cómo se han abalanzado sobre el Senado, retorciendo la Constitución y lo que haga falta con el único fin de filibustear la acción del Gobierno. De pura manipulación van a dejar la Cámara Alta más maltrecha aún de lo que ya estaba, ahora agravada su inanidad por las sucias maniobras del PP, absurdas comisiones de investigación incluidas.  
    Decíamos dos cosas. Ese desprecio a las instituciones es la primera. Y la segunda es que día tras día, sesión parlamentaria tras sesión parlamentaria, declaración tras declaración, vemos en todo su esplendor y en pantalla gigante la absoluta falta de contenido, proyectos y propuestas para la mejora del país que anida en las cabezas de los dirigentes de Génova. Y sus filiales autonómicas, si a eso vamos, cogidos por el cuello por los franquistas y reaccionarios de Vox, qué me dicen de la aberración en torno a la Memoria Histórica. Oír hablar a Feijóo de política exterior, su papelón con Palestina fue de hacérselo mirar, es todo un espectáculo de variedades. Pero sumen al jolgorio a la indocumentada presidenta madrileña, Isabel Díaz-Ayuso, tan ocupada con sus cosas inmobiliarias y fiscales, que si no habla se muere, diciendo de aquella manera -no llega a más, pobrecita- lo contrario que su jefe nominal, que ella sólo obedece a Miguel Ángel Rodríguez y, si menester fuera, al gran líder José María Aznar, el mentiroso. ¡Qué sabrá esta indocumentada de geopolítica como para atreverse a hacer la cuñada -claro que también hay cuñadas- en mitad de una gigantesca amenaza de guerra global!
    Así que, dado que desde la acera de enfrente no se va a tener respiro, habrá que arremangarse y trabajar a pelo. La tarea que tiene por delante este Gobierno es de asustar. Con tres elecciones en un pañuelo, mojones imposibles de sortear y que falsean, por obvios y muy entendibles afanes electoralistas, la realidad de declaraciones públicas, uniones y desuniones. Se habla y se actúa para las urnas, tan inmediatas, que ya arreglaremos después las ventanas rotas durante la campaña, entiendan ustedes que ahora matamos por un voto. Las vascas parecen más llevaderas para el Gobierno, dentro del enorme lío que supondría un triunfo de Bildu, un encogimiento del PSE o un pésimo resultado para Sumar y Podemos. Con todo, un paseo por el bulevar en época de primavera ante la madeja entre Esquerra y Junts, quién encuentra la salida de este laberinto y sus repercusiones en la configuración de los apoyos al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero con todo este barullo, son las europeas las que más deberían preocuparnos, no tanto por los resultados internos, que también, sino por la deriva que vaya a tomar el barco europeo, con la extrema derecha esperando su momento y una situación endiablada en Ucrania. Y por supuesto en Oriente Medio. Tiempo habrá de volver.
    Hay mucho que hacer desde el Gobierno, desde luego. Ejemplar el desempeño en política exterior, tanto en Palestina como en Gibraltar o Europa. Buena labor y bien vendida. Pero diríamos, para centrar el tema, que hay que trabajar, y mucho, en tres vertientes. Por un lado, prestar atención, más de lo que ahora hacen, a la salvaje campaña de insidias, infamias e insultos a la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, con el único fin de romper las rodillas a Sánchez y poder señalarle como el gran corrupto. Sumado, además, al pringoso ‘caso Koldo’. Lo explicamos la semana pasada y huelga la repetición. Pero a esta edad, tan provecta, nos volvemos muy pesados y permitan al Ojo que recuerde a La Moncloa, ese castillo allá arriba, que no estamos en una travesía pacífica por el Rin. Aquí surfeamos hoy en mitad de los saltos de Iguazú. No se trata tampoco de extender a todos los ministerios y a la propia Moncloa el estilo y virulencia de los ingeniosos alardes tuiteros del ministro Óscar Puente, tan prolífico. En absoluto. Organicen, por favor, una defensa ordenada y sensata. Pero hagan algo y dejen de mirar, pasmados, cómo llueve el fango. Recuerden que tienen los ciudadanos los ojos llenos de corrupciones desaforadas, ya sean Roldán, Gürtel, los ERE o Bárcenas, por no insistir en las turbias aguas valencianas del PP o aquel 3% catalán y su correlato con Pujol y su larga familia. Ahí crece el descreimiento en la clase política. Y la ciudadanía, agobiada, necesita recuperar ese punto de ilusión y esperanza que los lleve a votar a la izquierda. Entre otras cosas porque está limpia. Demuéstrenlo. A ellos es a quienes hay que explicar que este Gobierno no es corrupto, que esta señora equis no es corrupta, que esta otra presidenta tampoco y que no nos lucramos con las famosas mascarillas cuando ustedes se ahogaban en sus casas o morían sus familiares en residencias infames, como así lo decidió la hoy deslenguada reina del vermú, la derrochadora del Zendal, recuerden esa cifra terrible, 7291. ¿Hay alguien ahí? Pues respondan.
    En segundo lugar, se necesita acelerar la acción práctica del Gobierno en temas a ras de suelo. Bien está empezar por la vivienda, ese drama sobre todo para los jóvenes, pero hace falta más brío, más publicidad, más griterío, más campañas por tierra, mar y aire. Y urge, además, poner encima de la mesa millones y millones, además de leyes y más leyes para acabar con la especulación, los pisos turísticos y otras aberraciones del sacrosanto mercado. Trabajen ahí, en solucionar los problemas de las gentes de a pie, que noten en sus casas, en sus pucheros, que los alimentos bajan de precio, que pueden encender la lamparita de la mesilla sin arruinarse o que no haya que esperar seis meses para que te vean el feo grano que te ha salido en salva sea la parte. Ministros, conocidos y desconocidos, a trabajar como forzados y, además, a vender lo que trabajan, que parecen ustedes los figurantes de una obra de teatro en la que ni siquiera tienen frase en la función vespertina. ¡Cuánto espacio público hemos perdido, por ejemplo, en el relevo de Nadia Calviño por el ministro Carlos Cuerpo, quizá intachable en su gestión, pero con menos glamur que una pared de ladrillos! Eficacia y venta al público, por favor.  
    Queda una tercera batalla: soldar la coalición de gobierno entre las izquierdas. Todos sabemos que con las elecciones en curso, poco se puede esperar de los nacionalistas, lógicamente dedicados a lo suyo, como ya decíamos, de obtener votos, pero se necesita, como el pan, que la izquierda a la izquierda del PSOE funcione y deje de pelearse entre sí. Ya sé que resultará cansino a sus dirigentes y a sus aguerridos fans, tan dados al comentario feroz e insultante, que volvamos a este tema, pero ya les contesto por adelantado que más agotador nos resulta a los ciudadanos ver que no hay manera humana de que unos y otros entiendan que son pocos y que parió la abuela. El espectáculo de las listas europeas, más la desunión en vascas y catalanas, sólo añaden inquietud a unas siglas, como Sumar o Podemos, difuminadas en votos y acción. Sigan encaramados a sus torres de juguete y ya verán cómo nos vamos a reír todos cuando la derecha, correosa y con menos melindres, nos sobe el morro. Con perdón. 
    (Terrible la situación entre Irán e Israel, esa loca batalla en la que los palestinos ponen los muertos. ¿Nunca podremos vivir en este maltratado planeta sin la amenaza de una guerra destructiva, demoledora? Qué mundo éste, tan miserable, con media humanidad tratando de no morir de hambre y unos bárbaros, dizques ilustrados, gastándose miles de millones de euros, dólares, riales o séqueles en armas cada día más sofisticadas y mortíferas.) 

     
     Adenda. Los neoliberales del FMI siempre tienen ese “pero” en la lengua que manejan los sabihondos con singular desparpajo. En la reunión del viernes certificaron el buen desempeño de la economía española, tanto como para subir las previsiones para 2024 del 1,5% al 1,9%. Pero… les preocupa la inestabilidad política. Querrán decir estos sabios que la situación política en Gran Bretaña, en Italia, en Estados Unidos o en los Países Bajos, mar en calma, es para estar tumbados en el sofá. Vamos, vamos, la economía española marcha más que razonablemente bien, aunque a ustedes -tan liberales- les parezca mal que el Gobierno se ocupe demasiado de los pobres, los trabajadores y los pensionistas, que lo bueno es darles caña, que para eso son clases bajas. Estamos hartos de recetas neoliberales. Que además, no sirven para nada.  


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/gobierno-tarea-trabajar-casco_132_11290871.html
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    Mensaje por marapez Mar Mayo 07, 2024 12:44 pm

    No pares, sigue, sigue, no pares, sigue, sigue



    Catalunya. Apenas unos días para saber si los ciudadanos catalanes logran obtener un resultado en las elecciones que haga posible la gobernabilidad, o cada uno ensimismado en lo suyo se encaminan, qué dislate, a la repetición de elecciones. Con los sondeos como única arma de análisis -las impresiones personales las dejamos para otras cuestiones- resulta imposible vislumbrar el resultado. La gran duda es saber si alcanzarán los partidos nacionalistas esa meta de los 68 diputados que les permita gobernar en coalición. Esquerra y Junts, con los votos previsibles de la CUP, rozan esa cifra en los sondeos, aunque los últimos se quedan en 66 o 67. Demasiado al borde como para asegurar que no llegarán. Illa, y ya es un triunfo de lujo para los socialistas, ganará de lejos -veremos cuánto de lejos- pero necesitará los apoyos de algún grupo de los dos nacionalistas grandes, porque els Comuns aportarán magros números. Y tuerzan el cuello para mirar hacia Madrid y el gobierno de coalición, donde ambos son imprescindibles para que Sánchez obtenga las mayorías necesarias, tanto en los Presupuestos como en la vida parlamentaria. ¿Un lío? Quia. Tres, cuatro líos. A ver qué gato, como en los dibujos, es capaz de desenredar la madeja. Así que es lícita la pregunta del millón: ¿habrá servido para algo al Gobierno central el tremendo desgaste de los indultos, primero, la amnistía, después? Es obvio que esa gran apuesta ya ha servido a la sociedad – no sólo la catalana- para rebajar la temperatura a límites primaverales, como puede atestiguar cualquier ciudadano de buena fe, pero aún queda confirmar el pleno en el acierto. Horas, quedan horas. 
    Del exterior. Claman las buenas gentes en todo el mundo para lograr que se frene la masacre de Gaza -¡esos niños!-, mientras los gobernantes, acogotados por el miedo, sus enormes dependencias económicas y sus muchas carencias morales, hacen jeribeques para no enfrentarse a la evidencia: Israel está cometiendo, con el permiso y la ayuda, militar y moral, de Occidente, un auténtico genocidio. Levanta el ánimo ver a los universitarios estadounidenses dejar sus poltronas para gritar basta, como ya hicieron sus abuelos en su momento ante aquella barbarie de Vietnam. ¿Y aquí, qué pasa? ¿Qué hacemos que no estamos todos en la calle para exigir -Sánchez ha hecho mucho más que otros grandes dirigentes europeos, por cierto- que se ponga fin a ese desastre, que dejemos de enviar armas al ejército israelí para masacrar los hospitales de los palestinos, inermes ante las bombas que nosotros proporcionamos a sus asesinos? También Ucrania, claro, pero Gaza es el horror y la vergüenza. 
    Milei. ¿Qué podemos esperar de un tipo que hace propaganda política con una motosierra? Leer su comunicado contra el gobierno español es estar leyendo un panfleto redactado por Miguel Ángel Rodríguez y recitado por Isabel Díaz-Ayuso. Es lógico que un tipo tan ridículo quiera parecer un gobernante de verdad sirviéndose del lenguaje grandilocuente y pomposo que caracteriza a los mequetrefes intelectuales. Esperemos que la lógica se imponga y este singular tsunami se quede en mero desbordamiento de la bañera; bastará para secarlo una buena fregona y un cubo grande. También ayudaría, en este caso como en otros aconteceres consuetudinarios, que el ministro feraz y un punto feroz se guarde para su coleto algunas de sus ocurrencias. No es necesario que demuestre a toda la humanidad, incluso allende el océano, cuán listo y gracioso es usted, mañana, tarde y noche. Un poco de contención, por favor. 
    Y la ONU. La patochada de las comunidades regidas por el dinosaurio bicéfalo del PP y Vox han engendrado unas repugnantes leyes de la Concordia, así las llaman ellos, cobarde remedo de la Ley de Memoria Democrática. Nada esperamos de la formación de Abascal -nada racional, queremos decir- que ha contestado como siempre hace, con el exabrupto de que ellos no hacen caso a los cómplices de Hamás. Bárbaros e ignorantes, como ya sabemos. Pero peor, si cabe, ha sido la respuesta de Núñez Feijóo y sus aguerridas huestes, que lejos de reconocer que les ha vencido el franquismo que llevan en sus venas, decir lo corregiremos y ponerse a solucionar la trompetada, se han unido a la negrura ideológica de Vox, como ya hicieron para redactar esas vergonzosas leyes. ¿Ni siquiera son capaces de entender esos básicos conceptos de dignidad histórica? Qué difícil es tratar con estas gentes…
    Llegamos, por fin, al punto y aparte de Pedro Sánchez. Lo primero, no dejar que se frene la energía cinética del puñetazo en la mesa del presidente. Hemos dicho que vamos a hacer algo, pues hagámoslo o, por lo menos, sigamos anunciando que lo vamos a hacer, porque es cierto que con esas elecciones ahí mismo poco se puede avanzar. Pero sí puede el Gobierno ocuparse estos días de ir llenando la agenda de las próximas semanas de citas imprescindibles para meter mano a esos problemas que enunció el presidente, desde los jueces al fango y la madre que lo trajo. Nadie le ha pedido consejo al Ojo, por qué iban a hacerlo, pero la osadía de los vetustos es proverbial. Ahí va una primera recomendación. Cite señor Sánchez para el próximo martes -o la fecha que usted quiera- al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Sí, sí: el mismo que anuncia que va a ser implacable contra usted y que ha convocado una manifestación callejera -otra más- contra su gobierno para el día 26. Usted, a lo suyo, como si oyera llover. Vamos a hablar, dígale, que ahora, tras las elecciones vascas y catalanas, luego las europeas, es un buen momento para hacer un poco de análisis conjunto sobre la situación política y social entre los dos principales partidos del país, con agenda tasada o temario libre. ¿Y qué tal arrancar la entrevista con una propuesta de rebajar el nivel de insultos, por ejemplo, en el Congreso y en el Senado? Me comprometo ante la opinión pública, podría decir el presidente, a que de mis grupos parlamentarios no salga un solo insulto, ni una insidia, ni una bajeza. ¿Se compromete, usted, señor Feijóo, a que los Tellado y los Hernando, las Gamarras y las Álvarez de Toledo hagan lo propio?  Dudas: ¿irá Núñez a La Moncloa o preferirá el Congreso, donde parece que se siente más cómodo? ¿Quizá optará por negarse a la entrevista con el presidente de su país, tan gran patriota y respetuoso con las buenas maneras como es? Él sabrá, pero entonces Sánchez también sabrá.
    Decimos que hay que tener prisa, aprovechar el momento, le dicen a la figura, para seguir en la brecha, pero es cierto que no hay que precipitarse en la toma de decisiones, y menos en temas tan complejos. Exigimos acción, pero reclamamos cabeza. Mantener la presión alta para que no pasen del medio campo. Pongan en marcha ya, hoy mismo, y anuncien con grandes voces que lo están haciendo, labor imprescindible, los estudios necesarios entre expertos para elaborar propuestas que deberían presentarse a la oposición, no estaría mal el intento de normalización democrática, pero, no nos engañemos, tendrá que aprobarlas el Parlamento. Trabajar desde hoy mismo, acordar pasado mañana. Vísteme despacio, etcétera. Quizá haya un asunto, cierto, que requiera un poco más de premura: la renovación del Consejo del Poder Judicial, cinco años de ignominia de la derecha política y judicial. Hagan Sánchez y Bolaños un último intento con el PP, con mediación europea o sin ella. ¿Imposible el ademán? Pues entonces a solucionar el problema, acuerdo con Sumar y mayoría en el Parlamento por delante, pero hagan el favor de plantear una propuesta bien meditada y no sólo pensando en el regate corto. Messi se revuelve en un palmo de terreno, pero lanza pases a cuarenta metros. Por eso es nuestro ídolo.

    Pies de plomo, por ejemplo, con los medios de comunicación. Estamos ante un problema mundial, la desinformación, la hiperinformación mórbida, y las famosas fakes news y sus muchos derivados, consecuencia, entre otros factores, de la todopoderosa sociedad de un mundo interconectado gracias a la era de Internet. ¿Saben que en España hay más de 3.000 digitales, quizá 4.000? ¿Se puede hacer algo ante esa ola salvaje y descontrolada? Claro que la libertad de expresión es sagrada en una democracia. Eso lo sabemos bien los demócratas y lo ignoran los fascistas, por mucho neo que se les ponga delante. A estas alturas de la vida, lecciones de estos payasos, las justas. Es cierto que entramos en un terreno pantanoso, de difícil gestión y de soluciones complejas. Por supuesto que se pueden hacer cosas como exigir que todos los medios lleven en lugar bien visible a qué dueños pertenecen. No bastará con esas Fundaciones que tanto gustan a los defraudadores y que llevan ridículos nombres. Oblíguese a una información transparente, veraz y significativa. ¿Algo más? Seguro que sí, pero véase que se hace en Europa, ámbito al que pertenecemos, trabájese en equipo y estúdiense fórmulas honestas y que salvaguarden nuestras libertades. No debería ser difícil, porque hasta el derechista más obtuso entenderá que defenderse de los bulos, las insidias y las mentiras nos conviene a todos. A ellos, también, que hoy me toca a mí, pero mañana te llegará a ti.  
    Adenda. Esta cosa de los toros. Verán ustedes. El abuelo materno del Ojo se llamaba José Rodríguez Cruz, y fue banderillero con el sobrenombre de El Pollo Chico en la cuadrilla del torero Vicente Pastor, El chico de la blusa. Ahí lo dejo. Su nieto fue aleccionado desde pequeñito por aquel experto en las suertes de la fiesta: esto es matar recibiendo, con los pies juntos y esperando la embestida, y este otro peligroso lance se llama a porta gayola, pero también aprendió dónde deben situarse los peones de brega durante la suerte de varas y para qué sirven los monosabios. Pero José Rodríguez, esforzado trabajador, de remuneración escasa en el proceloso mundo del albero fue, además, conductor de tranvías arrastrados por mulas. La civilización, la evolución humana, claro, acabó con esa antigualla y pronto se electrificaron. La otra barbaridad, la del estoque, la sangre y el espectáculo de la muerte todavía sigue en su delirante exhibicionismo.    


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/no-pares-sigue-sigue-no-pares-sigue-sigue_132_11344833.html

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    Mensaje por marapez Miér Mayo 22, 2024 12:12 pm

    ¿Parar a las derechas, más ultras que nunca? A como dé lugar



    ¡Qué aquelarre! ¡Qué parada de los monstruos! Vistos de uno en una, dan un miedo terrible. Abascal, Meloni, Le Pen, Milei… Pero vistos juntos, la sensación es de auténtico pavor. Lean ustedes los discursos de ellos y ellas, o por lo menos el buen resumen que de todos sus desvaríos nos ha hecho aquí mismo Carmen Moraga. Ignoro por qué hay politólogos que insisten en que no es una buena táctica la de cargar las tintas sobre la amenaza de la ultraderecha. Se equivocan, claro que se equivocan. Hay que movilizarse, en masa, contra la extrema derecha que amenaza con ahogarnos. Quieren borrar a la izquierda, la de ahora y la de la historia -de ahí su revisionismo salvaje y mentiroso- para imponer la ley de la selva, esa en la que los poderosos hacen y deshacen, qué es esta cosa de la democracia, de la libertad o de la equidad, del respeto a las minorías, de ayudar al más necesitado.  
    Oigamos a esos locos cómo desgranaban su bazofia ante auditorios entregados. Milei por partida doble. Uno, pequeño, el de los representantes del empresariado, todos ellos hombres encorbatados y muy respetuosos, que escucharon al bergante como al cura en la misa, el cordero de dios y esas cosas. ¡Qué vergüenza, qué desfachatez! El otro, el del congreso de Vista Alegre, qué les voy a contar. Alguien, por cierto, ¿podría explicar a los españoles de a pie por qué razón TVE, en su canal de 24 horas, cubrió en directo, larga conexión, el discurso del feroz Milei? ¿Y por qué motivo abrió el telediario del domingo de las tres de la tarde con el congreso de la ultraderecha? ¿Acaso pagaron la publicidad de la televisión pública? Todo lo que representan estos buitres herederos del fascismo, todo lo que dicen y hacen es, exactamente, a lo que debemos oponernos con todas nuestras fuerzas, pocas, muchas o regulares: son justo lo que no queremos. Que nunca nos ganen.
    “La justicia social es aberrante”, grita el esperpento de la motosierra. ¿Barbaridad? No crean que nos ha descubierto nada. Declaraciones de la reina del vermú, Isabel Díaz Ayuso, hace prácticamente un año: “Las políticas del Gobierno [de Pedro Sánchez] lo que hacen es promover lo que llaman la justicia social, un invento de la izquierda para promover el rencor, una pretendida lucha de clases en la que perpetuarse: el que a alguien le vaya bien es culpable de que a mí no me vaya bien, hay que expropiarlo”. No es Vox, no, ni son consignas de unos iluminados individuos demasiado viejos o demasiado jóvenes concentrados para rezar el rosario en la calle de Ferraz. Es la mismísima presidenta de la Comunidad de Madrid, núcleo central del Partido Popular, tuétano vibrante de su columna vertebral, quien así declama. 
    Entonces, ¿hay que ir contra ellos, hay que levantar un muro?, preguntan ustedes. Pues claro. Porque observen que estos nuevos ejemplares de la derecha ya se han separado de sus antecesores, a los que tachan de blandengues. Aquella democracia cristiana que pactaba con los socialdemócratas para sostener la llamada sociedad del bienestar europea, ese tiempo brillante que llevó a los trabajadores y a las gentes de menor renta a integrarse en un todo común, en el que todos tenían médico o maestro y que elevó la renta per cápita de sus países a niveles desconocidos, sin que los capitalistas dejaran de hacerse inmensamente ricos. Aquí no pudimos, ¿saben?, porque estábamos bajo la bota del dictador Francisco Franco, una vergüenza que tuvimos que soportar cuarenta años y que hoy añoran tantos de quienes hemos venido hablando. Qué horror, gritan ahora estos canallas, la justicia social, gran fábrica de vagos. Y la injusticia social, permitan gritar al Ojo, la gran fábrica de revolucionarios. ¿Es eso lo que quieren?
    Sumen a la verbena enloquecida el desparrame de Milei. Dice el insólito Milei, refiriéndose a su peculiar persona, que “rugió la bestia en mitad de la avenida”. Nada que añadir a la declaración del encausado, señoría. Pero el incidente viene agrandado por la miseria moral del PP. Alguna vez, sólo alguna vez, nos gustaría reconocer en las mesnadas de Núñez Feijóo algún rasgo de grandeza o, por lo menos, algún proceder digno, encomiable, una respuesta que no provenga del surtido almacén de ignominia instalado en la calle Génova, sede, por cierto, pagada con el dinero sucio de los sobornos y las mordidas a los dirigentes del partido. ¡Qué mejor fábrica de generar detritus que una fosa séptica! Ya han oído ustedes al dóberman Tellado o al mismísimo líder del partido mostrarnos, desnudos de decencia, cómo pierden otra oportunidad de reconciliarse con la dignidad. Habrá que recordarles cómo el chavista Zapatero, así le insultan, defendió en su día, nobleza patriótica, sí, pero también sentido común, al presidente Aznar de los desvaríos del propio Hugo Chávez.  
    ¡Ah, y no se pierdan ustedes a esta prensa vergonzante que nos toca aguantar! Dos ejemplos, que ya habrá tiempo y lugar para mayores atenciones. Primero, el centenario Abc, tantos años para inocular el veneno de la insidia: “Moncloa abre una crisis diplomática con Argentina tras el `inaceptable ataque’ de Milei a Sánchez”. ¿De verdad es Moncloa quién ha abierto la crisis diplomática? Y dos, un recién llegado, pero tan astroso que parece un pellejo viejo. Dice The Objective que “España arriesga inversiones de 18.000 millones en Argentina y un flujo comercial de 2.700”. ¿Es España la que arriesga? Son tan bárbaros como mentirosos.  ¿De políticos así, de periodistas -es un decir- asá, podemos esperar algo los ciudadanos de este sufrido país? 
    Cataluña. Hay quien elige la negociación, el democrático arte de negociar, y hay quien opta por el grito, el vituperio, la pancarta y la agitación callejera. Y ustedes, con razón histórica, supondrán que me refiero a la izquierda populista y bolivariana, incluso peronista, chavista y cubana, por qué no, marxista y hasta maoísta, que ya puestos para qué cortarnos. Pues no, señores, no, es la derecha de toda la vida, la que representa a la gente de bien, y no a melenudos piojosos, es la España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, la que llama a sus fieles a vociferar al viento de las calles públicas el próximo domingo. Mientras, Salvador Illa, ese señor socialista que ganó, aunque Feijóo y sus cien mil hijos de San Luis de la prensa de la caverna digan lo contrario, anda de negociaciones reservadas con todas las fuerzas políticas para tratar de armar un Gobierno para la Generalitat. Dejemos espacio y un poco más de tiempo, hasta el 10 de junio, como poco, para rematar la faena. Hace unos días el Ojo ha leído no recuerda dónde que “la paciencia comienza con lágrimas y acaba con sonrisas”, una frase de Ramón Llull que viene al caso como pedrada en ojo de boticario.
    Pero el PP opta por la brocha gorda, una manifestación la del día 26 contra la amnistía, cuando la formación de Feijóo ha tenido la desvergüenza, infame por escandalosa, de ocultar ese asunto durante la campaña electoral, no fuera a ser que mostrarse como son, los íntimos amigos de la extrema derecha de ese Vox de Vista Alegre, mismas respuestas y palo y tentetieso a un problema político, pudiera restarle votos. Aquello de la piel de cordero, que este domingo volveremos a sacar las garras y los colmillos para demostrar lo que de verdad somos. Y gritaremos que te vote Txapote y nos gusta la fruta porque el escorpión no puede renunciar a su naturaleza. Romper y destruir, el nuevo lema del PP. Véase el Senado, sus ridículas comisiones de investigación o sus estruendosos conflictos de intereses con el Congreso que se quedan en nada, o el Consejo del Poder Judicial, utilización infamante y torticera de las instituciones. Ellos, los que se llenan la boca de respeto a la Ley. 
    No nos olvidamos de que este miércoles comparecerá en el Congreso Pedro Sánchez. Prepárense para la bronca, que el moderado Feijóo seguro que calma a sus gladiadores para que todo fluya de manera armoniosa.  Anuncian que hablará de su esposa. Mal hecho. El marido de Begoña Gómez debe tratar, únicamente, de lo que hizo el Gobierno en esos contratos que cita la oposición, Globalia y Air Europa, por ejemplo. Y decir, eso sí, aquí tienen todos los papeles, pueden consultarlos en el portal de transparencia o donde demonios se les ocurra a sus asesores. De la actuación de su contraria, que decimos en Madrid, que se encargue Antonio Camacho, ex ministro del Interior, fiscal de prestigio y un tipo de gran entereza. En el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid y ante el juez Juan Carlos Peinado, ya dirá lo que tenga que decir. 

    Además de sorprendernos con cualquier cosa que le ocurra, Sánchez es experto en esas lides, también se espera que anuncie, por fin, el reconocimiento del Estado palestino. Ya estaba tardando. Es éste un asunto que ha logrado desnudar a países y organizaciones, pero también a personas. Es inconcebible la abominable postura de la derecha mundial, reforzada en la española, de no ver la atroz campaña israelí de Gaza. De nuevo oigan los discursos del domingo de la extrema derecha reunida en Madrid. Más sucia aún, si ello fuera posible, la acusación a quienes denuncian esas matanzas de estar al servicio de Hamás o de ser antisemitas. Así lo hacen las derechas patrias, políticas y mediáticas. Mil veces se han condenado total y firmemente los actos terroristas y salvajes de Hamás, entre ellos aquella terrible masacre del 7 de octubre, el punto de arranque de este sindiós. ¿Hay que callar, entonces, ante las muertes de niños, la desolación y el hambre impuesto a una población civil en un ejemplo deleznable de venganza inhumana? 
    Adenda. Claro que hay que defender la sanidad pública, como hicieron el domingo miles de personas congregadas en Cibeles, y, por tanto, oponerse a su desmantelamiento programado científicamente y con mucho, mucho dinero, por la derecha política y económica, Madrid y Andalucía a la cabeza, pero no sólo. Y la educación pública, por supuesto. Al igual que los servicios sociales, las residencias de ancianos como ejemplo. Todos los días, mañana y tarde, habrá que recordar a aquellos de nuestros mayores a los que condenó la Comunidad de Madrid de manera cruel e inhumana. “La sanidad no se vende, se defiende”, se coreaba en la manifestación. Otro dato más para saber a quiénes hay que votar el 9 de junio. ¿Tratar de hepatitis a los pobres, por ejemplo, es un ejemplo de la aberrante justicia social, que claman Milei y la pizpireta párvula de Miguel Ángel Rodríguez? 


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/parar-derechas-ultras-lugar_132_11381668.html

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    Mensaje por Laberinto Miér Mayo 22, 2024 12:43 pm

    Aplauso Aplauso Aplauso

    Bravo!

    Gracias, marapez!

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    Mensaje por marapez Jue Mayo 30, 2024 6:18 pm

    Esa olla podrida de la derecha y la ultraderecha



    Se entiende muy bien que nos tenga ocupados, y mucho, la lectura puramente española de los resultados de las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Lo primero, la pugna PSOE-PP, pero también saber qué escaños obtendrá Sumar y cuántos Vox, amén de los pezqueñines, relevantes por motivos variados. Elegimos en España 61 de los 720 eurodiputados en liza. Dicen las encuestas que el PP tiene más posibilidades de ganar, pero los socialistas se acercan metro a metro, día tras día. Y sí, repetimos, estaremos muy atentos a este recuento y sus evidentes consecuencias. Es verdad que las elecciones europeas nos han importado más bien poco en otras convocatorias, pero en esta ocasión debemos atarnos los machos, cruzar los dedos y el que crea en dioses, que rece. Un fantasma recorre Europa que nos hiela la sangre, por empalmar frases hechas. El futuro del continente, y con él nuestro porvenir, puede cambiar casi de la noche a la mañana. Porque es cierto, no hay más que mirar en derredor, que la extrema derecha, junto a la derecha débil y vergonzante, amenaza con segar muchas de las conquistas que tanto nos ha costado conseguir para hacer de esta Europa un lugar privilegiado -con desigualdades e injusticias sangrantes, cómo negarlo- para la vida en común de más de 450 millones de seres humanos. 
    Una extrema derecha que se extiende como una mancha de aceite -vaya día que lleva el Ojo de metáforas viejunas- por todo el continente hoy, además, no ya con la benevolente mirada, en ocasiones hasta concupiscente, de la derecha de toda la vida, esas señorías liberales o cristianodemócratas que miraban por encima del hombro a los ultraderechistas, gente vociferante y sin educación que no sabían comer las rillettes de conejo. Ahora ya están sentados a la misma mesa, aquí a mi lado, señora Le Pen, éste es su sitio, señora Meloni, qué gusto tenerle tan cerca, señor Abascal. Sus ídolos ya no son Winston Churchill o Helmut Kohl, ni tan siquiera Jacques Chirac o Giulio Andreotti, menudos pájaros todos ellos, pero al fin y a la postre, hechos de otra pasta. Hoy les encantan gañanes como Trump o Milei, payasos de la nada y destructores de cualquier vestigio de vida inteligente. O solidaria. O democrática. Es el clasismo de la derecha de toda la vida trufado de morcilla y mortadela. Donde antes había una cierta finura intelectual, ahora hay brutalidad y terca ignorancia. Unidos por el miedo a perder privilegios, han formado una coyunda antinatura que a la larga les resultará dramática. ¿Frases hechas? Están criando cuervos y les sacarán los ojos. 
    Vean, por ejemplo, el caso español, para qué irnos más lejos si aquí tenemos la muestra bien cerquita. ¿Qué les pareció esa fallida concentración del domingo, exhaustas las fuerzas reaccionarias del PP, tan poco dadas a los esfuerzos excesivos, que ya está bien de exigencias? Pues sí, exacto, una patochada ridícula. Sobre todo, porque su gran timonel, el señor Alberto Núñez Feijóo, tiene menos atractivo que un helado derretido. Además, piensa poco. Y mal. Ya le dijeron sus propios analistas, insisto, los suyos, que fue un enorme error conformar los gobiernos de coalición con Vox antes de las elecciones del 23J. ¿Qué mejor regalo a Sánchez para que éste llenara su campaña con lo obvio, la alianza del PP con la extrema derecha? Pues ahora, lo mismo, aquello del animal y la piedra. Nos gusta la señora Meloni, ha gritado el muy desahogado, por qué no nos vamos a arrejuntar en el Parlamento Europeo, si somos carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre. Y responde Sánchez, atónito ante la dádiva, lo que decíamos, lo doblamos: ultras todos, votar Feijóo es votar extrema derecha. Quiere Núñez presumir de fino estilista abonándose a la tesis del líder europeo de su formación, Manfred Weber, hozando de lleno en la extrema derecha, o a los devaneos de la funambulista Úrsula von der Leyen, pero las cosas hay que hacerlas con menos torpeza, y no como un auténtico patán.
    Y si alguien les faltaba en la fiesta, está la reina del vermú, desatada ante las consecuencias de sus mentiras y el amigo íntimo defraudador, tan tosco en sus delitos como en sus dificultades para calzarse una peluca, que miren ustedes la poca chicha que tiene la cosa. Isabel Díaz-Ayuso es en sí misma una ultra feroz, que mejor, mucho mejor, estaría en Vox -si no más allá- que en la capilla de la calle Génova, que buena parte de sus dirigentes sudan colonia. Lleva días de procesión por la prensa adicta, con entrevistas repugnantes de sus cortesanos de El Mundo o de OKDiario, Eduardo Inda siempre al servicio de lo peor de cada casa. Las señas de identidad de la osada son el insulto, la chabacanería, la grosería, la ignorancia política e histórica absoluta, ni sabe de nada ni acierta nunca. ¿Habla la indocta de Hamás? ¿Conocerá algo, siquiera un resumen del Reader’s Digest de la historia de la región? ¿Se atreve a mencionar a ETA ante los cientos de socialistas que han sufrido en sus carnes -tanto como los del PP, claro- la violencia ciega y asesina de la banda terrorista? Es su estilo pura bazofia, heredera de los modos de José María Aznar y Esperanza Aguirre, vean ustedes qué insignes gurús sigue, filtrados sus sabios conocimientos por la ordinariez y la insolencia del ínclito Miguel Ángel Rodríguez. ¿Aplauden algunos sus desplantes? Y los del Bombero Torero. Ya ven qué mérito. 
    A veces se tiende, de manera un tanto superficial, a entender que ligamos a la derecha con la ultraderecha, al PP con Vox, por sus exabruptos, por sus lenguajes tabernarios cada vez más coincidentes, por el estilo zafio de sus portacoces, que decíamos hace años. Pero no es este el aspecto más importante de ese paralelismo, de esa imbricación. Ojalá fuera sólo eso, una mera coincidencia en las formas. No, no. Es que se coordinan en el fondo, en la ideología, en las ideas políticas, culturales y en las recetas económicas, amantes a muerte del neoliberalismo más feroz. Retrógrados, xenófobos, ultraconservadores en lo social, ultracapitalistas en la economía. 
    Y ése, no tanto sus vacuas bravuconadas, es el peligro real. Van a imponer, si ganan, medidas salvajes en materia de inmigración, como ya hace la admirada Meloni del subyugado Feijóo, mandando a los indeseables a Albania. O como Sunak, ahora fuera de la UE pero en línea ideológica, lo hace a Ruanda. Habrá restricciones en el aborto, en las políticas ante el colectivo LGTBI. ¿Les contamos qué pasa en Hungría? Sin olvidarnos de las implicaciones en el resto de derechos civiles, ellos que tanto claman ante la dictadura de Sánchez y aplauden con las orejas las vergonzosas intromisiones de la lideresa italiana en la RAI. 
    Conviene, pues, que repasemos el ideario de los partidos de extrema derecha de camisa negra, que la derecha de camisa blanca y corbata quiere meter en la lavadora, para que sepamos lo que vale un peine. Meloni, Le Pen, Abascal, Orban, el holandés Wilders, el portugués Ventura y otros varios proponen acabar con la Unión Europea como la conocemos. Muchos querríamos que fuera de otra forma, más democrática, más social, más justa. No sé si se logrará con la correlación actual de fuerzas entre izquierda y derecha. Lo que el Ojo sí sabe es que con ese conglomerado de ultratumba al mando -¡qué horror!- todo será peor. Mucho peor. 
    También respecto a Israel y el genocidio en Gaza, tiene razón Margarita Robles, con Netanyahu cada vez más enloquecido a la par que aislado internacionalmente. Y cuidado con Ucrania y las carantoñas con Rusia de algunos de los líderes de la ultraderecha que aquí hemos mencionado. 

    Otro día hablamos de las miserias de los partidos tradicionales, también del PSOE, y de las tareas que siempre prometen, pero que cumplen poco. Atención especial a la juventud, empleo, salarios y vivienda, porque sufren como perros. Y eso son votos, muchos votos, que se escapan, dolidos, amargados, hacia la extrema derecha rebosante de falsas y trapaceras promesas. 
    Adenda. Tentación de hablar de Felipe González y su macabra aparición en El Hormiguero. Pero dejemos las naderías y vayamos a lo mollar. El jueves se aprobará la ley de amnistía. Bien. Sepan que a partir de ahora son los jueces, malmetidos desde el inicuo Consejo del Poder Judicial, y siempre bajo el sobrevuelo del todopoderoso Tribunal Supremo del inefable Manuel Marchena Gómez, quienes manejarán los hilos del proceloso paso de la norma por los Tribunales. ¡Ah, los ilustres jueces, inmensas praderas de inmunidad ante su proceder! ¿Ven a García Castellón? ¿O al magistrado Juan Carlos Peinado, brusco salto a la fama, aquí estoy yo, eminentísimo jurista? Que el Gobierno sepa cómo hacer frente a la línea Maginot de togas y birretes. Pero si saben algo de historia, pueden preguntar a la preclara doctora Ayuso, recordarán que los alemanes se buscaron la vida y hallaron otras vías para adentrarse en Francia con la facilidad del cuchillo entrando en la mantequilla. ¿Conoce Bolaños las maniobras tácticas para burlar tan férreas defensas? ¡Preparados, listos, ya!


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/olla-podrida-derecha-ultraderecha_132_11400172.html

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    Mensaje por Laberinto Vie Mayo 31, 2024 12:05 am

    Escalofríos da leer tanta verdad y tan dura...

    No se si será suficiente, pero yo sí estoy lista y enfrente de todos esos mamarrachos. ..muchos lo estamos.

    Gracias, marapez!

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    Mensaje por marapez Miér Jun 19, 2024 11:23 am

    ¡Gensanta, vienen en tromba!



    Visten togas, se calan birretes y airean graciosamente sus puñetas. Son jueces y fiscales que han decidido, ante dios y ante sí mismos, imponer su santa voluntad al resto de los españoles, que a ellos qué les importa lo que diga el Parlamento, elegido en libertad por todos los ciudadanos. Llevan incorporada la legitimidad absoluta al vestuario, y ay de aquel que ose disentir de sus verdades reveladas. Las leyes son cosa suya, nada más que suya, y hacemos la interpretación que se nos pasa por nuestro ilustrísimo magín, tan superior al del resto de los mortales. ¿Saben qué les digo? Que esta situación es insufrible y que hará muy bien el Gobierno en meter mano en este río plagado de peligrosos cocodrilos. Tendrán los ministros pertinentes que tener cuidado, claro, y ajustarse a la más estricta legalidad y a las normas que rigen las sociedades democráticas. Pero esta disposición, al contrario de lo que opinan en la derecha –qué griterío y deslealtad del PP y su desnortado líder Núñez Feijóo– junto a sus múltiples y desaforados voceros, hay que darla por supuesta. 
    Porque ésa es otra. Los medios. ¿Bulos? A patadas. ¿Insidias? A decenas. ¿Acusaciones sin pruebas? A centenares. ¿Insultos, groserías, procacidades? A miles. Pues ahí los tienen, cabeceras centenarias, periódicos de dueños italianos –¿Meloni?– y digitales vergonzantes. El que pueda hacer que haga, dijo el gran mentiroso, el de las armas de destrucción masiva y ha sido ETA. Una lástima, por cierto, que nadie en la izquierda gritara algo semejante. Así que ciertos magistrados y fiscales se echaron la escopeta al hombro, desde la primera instancia al Supremo, y a ellos les han seguido, perrunamente, periodistas y un laureado hatillo de intelectuales que coronan y blanquean con sus doctas firmas la bazofia que les rodea en esos medios repugnantes. Les da igual vivir hoy en las cochiqueras, cuando ellos mismos han vivido largos años y tan ricamente en casas bien ventiladas. Ellos están por encima del bien y del mal, siempre en lucha contra cualquier presión de la dictadura de los gobiernos bolivarianos. Y por eso, por su acrisolada independencia, en ocasiones se desviven por publicitar a Ciudadanos, 0,69% de votos en las europeas, o a esa fantasmagórica Izquierda Española, 0,18%. Pero vamos, preferiblemente, gustan de ir, tan orondos, en las listas de los partidos de derecha, se suman a las manifestaciones más reaccionarias con trémulos discursos o defienden, a pelo, el voto a Vox porque es un partido totalmente democrático, y no como los que forman el Gobierno, herederos de las checas, socios de Putin y émulos de Maduro, Jomeini o Fidel Castro. Dice el Gobierno que va a actuar. Veremos cómo, que la cosa no es tan sencilla como parece indicar algún globo sonda que nos ha hecho llegar el presidente. Por ejemplo, ¿han consultado a organizaciones de profesionales nacionales y extranjeras? ¿A abogados especializados en estos menesteres? ¿A periodistas de cuajo y años de profesión? ¿A jóvenes expertos en digitales? Atentos, estaremos muy atentos, que las aguas pantanosas son terribles. Acuérdense de esas escenas angustiosas en las que al final sólo se ve la mano agarrotada del interfecto tragado por el pantano saliendo de las arenas movedizas.  
    ¿Faltaba alguien en esta aguerrida familia? Exacto, el peluche para la señorita del fondo: ¡la Iglesia! Porque seguramente ustedes, tan inocentes, se preguntarán por qué las emisoras  de los señores obispos, los mismos que racanean con los curas pedófilos o se hacen de oro con subvenciones y colegios subvencionados, tienen una radio y una televisión que más parecen la parada de los monstruos, donde ultrarreaccionarios llegados desde el siglo XIX por algún milagro vaticano, junto a jóvenes cachorros neoliberales, forman un delirante orfeón de voces disonantes que sobrepasan cualquier discurso lógico para caer de lleno en el más delirante de los panfletos reaccionarios. Me refiero, claro, a la COPE, radio, ¿verdad que les gusta Carlos Herrera?, y a la Trece Televisión. Y no se olviden de El Debate, ese virulento digital de la Asociación Nacional de Propagandistas, tan cercano a Hazte Oír y otras fanáticas organizaciones ultracatólicas semejantes. ¡Gensanta, que diría el amigo Forges, cuerpo a tierra, que vienen todos juntos! 
    Y ante esos dinosaurios de ciclópeo tamaño –¿recuerdan Parque Jurásico?–, en La Moncloa tienen, además, sus propias cargas en la chepa, también de tamaño y peso desproporcionado. La primera, Cataluña. ¿Qué hay que hacer en esta vida para lograr un diálogo inteligible por cualquier mente racional con los máximos dirigentes de Esquerra o de Junts, ese insondable misterio dentro de un enigma? Quisieron, no pudieron y no supieron, erigir un mundo nuevo. Fracasaron estrepitosamente. Ahora han perdido las elecciones, pero hacen como si hubieran triunfado en el mismísimo escenario del Palau de la Música, qué grande Lluís Domènech i Montaner. Ni tan siquiera se atreve el Ojo a sugerir qué salidas ve a la actual situación. Le bastaría con contemplar cómo unos señores, o señoras, Marta Rovira, un decir, se sientan en una mesa como todas las personas civilizadas y se cuentan sus problemas y discuten sobre sus deseos. O sea, normalidad democrática, sin tener que recurrir al oráculo de Delfos, al Tarot o la pitonisa Lola. Y no me hablen de Puigdemont, que ni leyendo los posos del café. Eso no es política: es puro chantaje. Recordaba Enric Juliana el domingo en La Vanguardia aquella famosa sentencia del general Baldomero Espartero de “por el bien de España hay que bombardear Barcelona una vez cada 50 años”. Él lo hizo en 1842: 1.014 bombas que mataron a treinta personas y destruyeron 462 edificios. A continuación, 13 condenas a muerte, 80 condenas a prisión, doce millones de reales de multa y la disolución de todas las asociaciones de trabajadores. Ríanse del 155. Diálogo, entendimiento democrático, discusión civilizada. Eso es lo que queremos y lo que necesitan los sufridos votantes de unos y otros.
    Tiene otro problema serio La Moncloa a su izquierda. Clave para mantener los números necesarios para el gobierno de la coalición, el gripado de Sumar y el parón de Podemos son una malísima noticia. ¿Tiene solución? Es de esperar que gentes de cabeza bien puesta, unos más que otros, es cierto, lleguen a entender que esta situación es tan mala, tan desastrosa, que sólo se puede salir de ella fumando la pipa de la paz, lo primero, y aglutinando fuerzas después. No hay nada en este mundo que les obligue a poner los pies en el borde del precipicio y luego tirarse. Racionalidad, por favor, repetiremos que están en la mente de tres millones de votantes, razón suficiente para que los animara a todos ellos, partidos y agrupaciones variadas, a encarar el próximo futuro con seriedad y rigor. ¿Tan difícil es de entender que los microbios apenas cuentan?

    Sólo cuando todo este gigantesco magma afloje la presión, el PSOE deberá pensar en sus debilidades internas, clamorosas como son. Es imposible tirar para adelante con Madrid y Andalucía no ya en manos de la derecha: es que la izquierda ha sido barrida en ambas Comunidades. A quien intente defenderse con la flagrante mentira de la idiosincrasia derechista de los madrileños, tendremos que recordarles que en junio de 2015 Manuela Carmena asumía la alcaldía de Madrid. Hace nada. Y aún ha pasado menos tiempo, en 2019, en las elecciones a la Asamblea de Madrid, el socialista Ángel Gabilondo logró cerca de 170.000 votos más que la reina del vermú, la desfachatada Isabel Díaz Ayuso. ¿Hace falta decirles una vez más que los socialistas gobernaron Andalucía de forma ininterrumpida desde 1978 hasta enero de 2019, cuando ganaron el PP y Ciudadanos, con el apoyo externo de Vox?  Así que déjense de idiosincrasias invencibles y otras zarandajas y pónganse a trabajar. Con buenos candidatos y políticas atractivas para los ciudadanos de a pie. ¿Ideología? Sí, claro, pero vivienda. ¿Lobato, Espadas? Ellos sabrán. Pero no se les ocurra fiarse de lo que les diga el CIS. Encarguen las encuestas a alguien serio, por favor.  
    Adenda. Felipe VI cumple diez años como Rey, tras la abdicación del inefable multimillonario y recogedor de numerosas dádivas Juan Carlos I, el enamoradizo. Han hecho circular desde la oficina de prensa de La Zarzuela unas fotos donde se le ve trabajando muy concentrado, ceño fruncido y cara de vivísimo interés ante cualquier papel que tuviera en su regia mesa. Ahora tendremos que apoyar, tarde o temprano, a la reina Leonor. Si bien se mira es una cosa bastante tonta esto de tener que rendir pleitesía a la hija del hijo del nieto del bisnieto del tatarabuelo. Aquí, al menos, eso es cierto, no derrochamos dinero a espuertas y grosera ostentación como en Londres, donde los caballos, las lustrosas carrozas y las charreteras de los ridículos uniformes son una clamorosa llamada al republicanismo, acaben de una vez por todas con esa patochada. En fin…  


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    Mensaje por marapez Mar Jul 16, 2024 9:48 am

    Feijóo, apuesten a seguro, impasible el ademán



    Para no perder el tiempo, que andamos todos muy ocupados, ansiosos por empezar las vacaciones quien todavía esté en el tajo: no hay nada, absolutamente nada, escrito en las estrellas que nos señale que el señor Alberto Núñez Feijóo vaya a abandonar su estilo de oposición insultante y faltona, abundante en bulos grotescos y acusaciones sin freno alguno de decencia. ¿Vox se ha ido –de aquella manera, que luego abundaremos en el ridículo– de los gobiernos autonómicos en los que gobernaban juntos? Mejor, ahora la labor será atraerme a esos votantes para mi mochila, que aquí nos caben todos, de la derecha cobarde a la más montaraz, y ahora mismo vamos a decirles unas cuantas cosas de las que presumimos en Génova para que nos crean esas gentes de la falange voxista. No se vayan a ningún lado, que aquí estarán cómodos, que sólo exigimos un requisito para ser socio de nuestro club, fíjense qué fácil se lo ponemos: echar, a como dé lugar, al sátrapa que desde hace seis años habita de manera ilegal en La Moncloa, presidente okupa ese Pedro Sánchez, socio de bolivarianos, separatistas y terroristas, hasta el cuello de corrupción. 
    Claro que Núñez podría haber aprovechado el envite y centrar el partido, de eso presume el muy deslenguado, de moderado, pero olvídenlo. Por supuesto que llegará un momento en el que, quizá, un trozo de piel despegado de Vox –sigue unido en más de 150 ayuntamientos y cuenta con varios consejeros tránsfugas en el seno de sus gobiernos regionales– pueda acercarse a Junts o al PNV para llegar a esa mayoría de votos que necesita para ser investido presidente. Pero aún queda camino por recorrer, y ahora hay que aprovechar la inestimable ayuda de las togas y los salvajes medios de comunicación a sus pies, para intentar derribar a Sánchez, da igual el método. ¿Amnistía? Pues amnistía, que ya llegará el día de servirse a su favor de ese amargo trago que le han hecho pasar al gobierno actual. ¿Daños al Constitucional? A mí que me importa, Conde Pumpido es un siervo de Sánchez; ¿Supremo y tutti quanti? Unos santos, unos héroes, mi vida por Marchena, pónganme otro Llarena y, si nos les queda, me sirve un Aguirre y su trama rusa. ¿Begoña, hermano? A saco y sin importar si se emplean mentiras o acusaciones enloquecidas. Todo vale. Como con la emigración. ¿Las pruebas del algodón? Qué hará Feijóo con la ley de Extranjería que se presentó ayer y que establece la acogida obligatoria por parte de las Comunidades de menores inmigrantes, o la posición que adopte el PP en el Consejo de Política Fiscal. De reversión de las reaccionarias medidas tomadas en los gobiernos con Vox, memoria histórica, leyes LGTBI, etc, ni hablamos. 
    Porque verán ustedes. Que la cúpula de Vox, ese remedo de políticos, hayan roto la baraja por unos cuantos menas, el lenguaje despectivo es el suyo, disculpa boba, todos lo sabemos, no significa que el PP, en manos de Núñez Feijóo tenga una postura mínimamente decente, moral y digna en este negociado. En sólo quince días, este partido, tan serio y responsable, ha dicho un par de cosas interesantes sobre la materia. ¿Verdad que recuerdan la propuesta de enviar a buques de la Armada a frenar a los cayucos? La cosa, no lo olviden, se presentó con la enjundia de los grandes proyectos políticos. El desvarío, repetición además de un plan ya cantado hace años, tenía el sello de la ultraderechista Georgia Meloni, que antes había hecho esa promesa y que se tuvo que comer con grandes raciones de espaguetis a la carbonara cuando llegó al gobierno, la legalidad internacional impide semejante despropósito. Pero es que el mismísimo Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en Onda Cero tuvo el cuajo de azuzar en público el bulo de que el Gobierno mete en aviones a inmigrantes y los deja por la noche en determinados barrios de ciudades gobernadas por el PP, vagando a su suerte. No se entiende por qué en ese mismo momento, cualquier ministro, o el mismísimo Sánchez, no salió como un cohete para exigirle al fullero que diera pruebas de esa sucia acusación. ¡Es el líder del primer partido de la oposición, ocho millones de votos! Un poco de decoro, por favor. 
    Decíamos de Vox y su estampida. Qué fea, qué zarrapastrosa. Presumía el gran líder Abascal, ar, firmes, de tener unas tropas tan organizadas y leales como los Tercios de Flandes, piqueros, arcabuceros y mosqueteros, y en realidad mandaba sobre una tropa de pícaros, perroflautas y fogosos chupópteros de mamandurrias, que en cuanto han visto peligrar el sillón han dejado al caudillo en la cuneta, allá te quedes con tus prontos, que a mí no me destrozas esta vida de pachorra y holganza. Así, a bote pronto, un tercio de los consejeros de Vox deja el partido, y otros dos fichan por gobiernos del PP. Ni con agua caliente van a dejar la presidencia del Parlamento balear ni el de la Comunidad Valenciana, 100.000 euros de sueldo para la presidenta de Les Corts. Y el PP, feliz y contento de sumar a tales ejemplares –ultras hasta decir basta– a sus democráticas filas. Lo que no mata, ya saben.  
    Y es que no debemos olvidarnos que este partido del que usted me habla es el mismo, incluso muchos de sus dirigentes están ahí, en activo, vivitos y coleando en la vida pública, que durante los años del Gobierno de Mariano Rajoy, a mí no me metan en líos, mantuvo una policía patriótica que es la vergüenza de cualquier país democrático. Se ha permitido la desahogada de Isabel Díaz Ayuso, la reina del vermú, de mencionar la palabra Stalin –qué sabrá ella– y alguno de sus amigos cantores ha hablado de la Stasi. Qué poca vergüenza, cuando ellos han sido el ejemplo más zafio y vergonzoso de esa policía política al servicio de un gobierno para espiar y dañar a sus oponentes. Lo hicieron con Cataluña y lo ampliaron con Podemos. Jueces mediante, claro, que unas togas mugrientas siempre ayudan. No debería cerrarse este terrible episodio sin que la Justicia aclare los hechos y los responsables, del primero al último, paguen –quizá en cárcel, pero desde luego en alejamiento de la vida pública– por lo que han perpetrado. Aterra leer los datos, comprobar la extensión de la trama, advertir la impunidad con la que trabajaban todos ellos, coordinados desde una dirección política de la que el ministro veedor de vírgenes, el inefable Jorge Fernández-Díaz, no podía estar al margen de su funcionamiento. ¿Tenemos que creernos que Mariano Rajoy, ocupado en rellenar quinielas, no sabía nada de estos trabajitos indecentes? ¿Tampoco Soraya Sáenz de Santamaría, el CNI a su cargo, y por supuesto en el limbo Dolores Cospedal? De ser así, ¡qué pandilla de ineptos nos ha gobernado durante años!
    ¿Qué decir del atentado contra Trump? Hemos citado aquí hoy varias veces a Santiago Abascal y no me resisto a hacerlo una última vez. Dibuja bien la miseria del personaje. “Gracias a Dios”, dice el interfecto, “Donald Trump ha sobrevivido al intento de asesinato. Hay que detener a la izquierda globalista que está sembrando el odio, la ruina y la guerra”. Y añadía: “Lo terrible es que en España gobierna la peor versión de esta izquierda y ahora mismo estarán lamentando íntimamente que el asesino haya fallado”. Arcadas. Añadamos un titular de La Vanguardia: “El AR-15 se ha empleado en la mayoría de las matanzas de Estados Unidos. Trump, víctima del fusil preferido de los trumpistas”. 
    Y mañana, crucen los dedos y aguanten la respiración, Sánchez presentará su plan contra la desinformación. 
    Ya, ya sé que España ganó a Inglaterra y Alcaraz a Djokovic. 

    ¡¡¡¡Toma ya!!!! 
    Adenda: Una veintena de exlíderes mundiales, está Rodríguez Zapatero y también Felipe González, sí, han pedido al G-20 hace algunos días que se implante un impuesto global a los super ricos del 2%. Esa minucia para un tipo como Elon Musk, 210.000 millones de dólares, le supondría quedarse en el coleto, pobrecillo, con más 205.000 millones, una ruina. O a Amancio Ortega, que de tener 113.000 millones de dólares, sufriría la dolorosa sangría de tener que malvivir con casi 110.000 millones, todo un sacrificio. Pues bien, con esa propinilla que soltarían los más ricos del mundo se podrían recaudar en un año entre 200.000 millones y 250.0000 millones de dólares. Dos preguntas: ¿Por qué el 2%, y no el 5%, o el 10%, porcentajes aún modestos? Y otra: ¿A qué estamos esperando para poner en práctica algo tan obvio, justo y necesario? Háganlo. Ya. 


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/feijoo-apuesten-seguro-impasible-ademan_132_11525579.html

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    Mensaje por Tinajas Mar Ago 27, 2024 6:57 am

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    Mensaje por marapez Miér Sep 11, 2024 8:32 pm

    Calentando los músculos, que salimos a la pista



    Hrundi V. Bakshi (Peter Sellers) es un actor de tercera fila de origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Su papel es el de corneta de un regimiento de las tropas británicas. Cada vez que las tropas enemigas les derrotan estrepitosamente, se produce un momento de silencio, y cuando el director va a lanzar el ¡Paren!, el trompetero, una y otra vez, empieza de nuevo a tocar su instrumento, ante la desesperación de todos los miembros del rodaje. Era 'El Guateque', dirigida por Blake Edwards a finales de los sesenta, y una de las películas más divertidas que recuerdo. Ya. ¿Quizá el Ojo ha empinado de más el codo o el sol le ha producido algún cortocircuito neuronal? En absoluto. Es que Pedro Sánchez le recuerda, no sólo este septiembre, sino en muchas otras ocasiones, a ese Bakshi que inasequible al desaliento considera que su labor no ha terminado y vuelve, implacable, a sorprender al respetable año tras año, temporada tras temporada, con un nuevo ejercicio de osadía. O de desfachatez, que piensan algunos. Creían sus muchos enemigos que estaba sepultado entre los muertos, pues saco un brazo, toco la corneta y vuelve todo el regimiento en formación dispuesto a ganar la batalla. 
    Esta quincena de vuelta al tajo, por ejemplo, ya ha viajado a África y a Pekín, ha nombrado a Escrivá, a pelo, gobernador del Banco de España y ha cambiado a su jefe de gabinete, Óscar López, nuevo ministro, por un desconocido Diego Rubio, de tan brillante currículo académico –Columbia, Oxford, la Sorbona– como escaso de obra escrita, ya sean libros o artículos. Enigmático señor. Y además, ha celebrado un Comité Federal y ha convocado para finales de noviembre un nuevo Congreso para encarrilar el tiempo que le quede al mando de la cosa, que muy posiblemente sean los tres años que le restan de presidente, sin grandes esperanzas –para la oposición– de una defenestración escandalosa. En este Congreso, por cierto, la derecha y sus acólitos de la prensa madrileña, tan vociferante como previsible y aborregada, ya han empezado a ver la tiránica guadaña del gran líder, tan semejante a Stalin, para qué buscar ejemplos menos ridículos, y ya avanzan grandes purgas de los dirigentes que se atrevan a poner en cuestión ni una sola coma de los textos que decida el psicópata energúmeno que nos preside. Porque ya se sabe que los partidos de izquierda nunca hacen relevos de cargos. Hacen purgas sangrantes. No cambian a los dirigentes, les cortan la cabeza. Pero no parece que esos vaticinios amenazantes de la derecha para llevarse al huerto a Page o Lambán vayan a fructificar en nada. Mándenle piropos, cántenles serenatas en el balcón, pero no esperen grandes movimientos. La vida es dura.   
    ¿Y el resto de partidos, cómo afrontan este otoño? Hemos visto al PP un poco ridículo, con esa foto de los dirigentes ante un palacete de la señorita Pepis, una Moncloa venida a menos, en una acción tan bufa que parecía una parodia de un programa de humor o de telenovela tipo 'La Promesa'. Han querido escenificar una unidad territorial pétrea entre sus barones, sin preguntas, por supuesto, pero hasta el más tonto sabe que cada uno de ellos optará –y harán bien– por las mejores condiciones que les ofrezca el presidente del Gobierno para mejorar la vida de sus vecinos. La reina del vermú fracasó en su llamada a la rebelión, boba pretensión de alguien que se cree que ejerce un liderazgo muy por encima de sus posibilidades reales. Porque Mazón, Mañueco o López Miras están más por velar a favor de la salud financiera de la Comunidad Valenciana, de Castilla y León o de Murcia, menos que para agachar la cerviz ante Feijóo, que será el jefe, pero la pasta es la pasta. Y ellos no pueden hacer las sucias triquiñuelas de Isabel Díaz Ayuso y su capitalidad. Tiene gracia que el PP, por cierto, se muestre tan beligerante con la convocatoria del Congreso del PSOE, necesitan reforzar el liderazgo de Sánchez, tan maltrecho, dicen sus chicos, pero Feijóo se cuida muy mucho de adelantar el suyo, no vaya a ser.  
    Ya sabemos que Esquerra, 30 de noviembre, y Junts, 25 al 27 de octubre. andan atareados en sus próximos congresos. Ambos con una situación interna más bien agitada, donde los liderazgos están muy cuestionados. Tanto como la colaboración con el PSC en el Gobierno de Cataluña y en el de Madrid. Decíamos la semana pasada que intentar averiguar por dónde soplarán los aires en ambas formaciones pertenece casi al reino del esoterismo. Sus decisiones, no cabe duda, son muy importantes para la gobernabilidad de todos los españoles, pero es difícil, no sólo para los naturales de Campo de Criptana o Chiclana, sino para los mismísimos catalanes, siempre en medio de un vértigo político que impide hacer previsiones razonables. ¿Volverá Junqueras? ¿Y Puigdemont, por dónde tirará el extravagante político de aquí me ves y luego ya no me ves? Es posible, sólo posible, que según avancen las semanas y se acerquen las citas de los cónclaves respectivos vayan aclarándose las intenciones de unos y otros. Son importantísimas las directrices políticas que fijen sus líderes para el futuro, cierto, pero déjense de vainas que lo que nos importa hoy es qué van a votar mañana. Es vital para el futuro marcar las líneas programáticas, pero hagan el favor de decirme si van a tirar atrás los Presupuestos de Sánchez o si van a hacer embarrancar el gobierno de Illa. Qué será de mi vida, qué será. 
    ¿Y qué me dicen de Sumar y Podemos, de Podemos y Sumar? Conviene recordar que Yolanda Díaz dimitió de la presidencia de Sumar en junio y resultó elegida una dirección transitoria formada por Lara Hernández, Elizabeth Duval, Txema Guijarro y Rosa Martínez, en ejercicio en principio hasta este otoño en el que se celebre la segunda Asamblea del Movimiento. La situación, no hace falta cargar las tintas, no parece la mejor para afrontar grandes iniciativas de reconstrucción de ese espacio a la izquierda del PSOE. Las dificultades de ensamblar las distintas fuerzas que lo componen, desde Más Madrid a IU, así como la de fijar una línea coherente de actuación, atrapados entre las necesidades prácticas del Gobierno de Sánchez y la opción más centrífuga de Podemos, siempre al borde de salirse del marco institucional. También las fuerzas de Ione Belarra tienen reuniones este otoño, ya veremos por dónde salen, pero nada hace pensar, por uno y otro lado, que la unidad esté próxima en el horizonte. ¿Habría alguna manera de hacer llegar a sus dirigentes, altos mandos y cuadros medios que no pueden dejar en la estacada a millones de votantes? Estarán muy deprimidos o enfadados, pero al respetable público nos importan un celemín sus alteraciones psicológicas. Salgan al campo y consigan ilusionar de nuevo a esos ciudadanos a los que olvidaron, encelados en extravagantes diferencias a lo Monty Python. Demuestren su valía y su compromiso con esos hombres, mujeres y niños que les necesitan.
    No se nos olvida, aunque quisiéramos, qué pasará con Vox. Seguramente, nada, la misma jerga insultante y destructiva, el mismo racismo, la misma homofobia, el mismo desprecio a la violencia de género. Vox no tiene cura ninguna como todas las formaciones de ultraderecha. Depende de nosotros, de los votantes, que les arrinconemos al basurero de la historia, donde han estado tantos años y una derecha torpe y miedosa les ha dado alas y dinero.  

    Y mientras, el mundo con esos pelos: Macron haciendo de Macron, Netanyahu de Netanyahu, Putin de Putin, Milei de Milei y la extrema derecha dando zarpazos a la democracia. 
    Adenda. El opositor venezolano Edmundo González Urrutia –“a petición suya”, dice el comunicado oficial– está en España tras recibir asilo político. Grandes críticas del PP, que el inefable González Pons nos descubre que ese execrable acto representa una vergüenza por “quitarle un problema a la dictadura” de Maduro. Debe molestarles, seguro, que haya intervenido Zapatero. ¿Pero se imaginan ustedes qué hubiera dicho el mismo jactancioso dirigente popular si el Gobierno español se hubiera negado a conceder el asilo al candidato González? 


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/calentando-musculos-salimos-pista_132_11640339.html

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    Mensaje por marapez Hoy a las 12:41 pm

    Grita Feijóo, luego llega Ayuso y dobla la apuesta



    Ya saben: el Congreso aprobó el miércoles la petición al Gobierno para que reconozca la victoria en las urnas del opositor venezolano Edmundo González. La iniciativa del PP obtuvo 177 votos, los del partido de Feijóo más los de Vox, PNV, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria. Desmedido gozo en la derecha: hemos derrotado a Sánchez, el sátrapa se tambalea, ánimo mis cuates que el régimen sanchista se desmorona. Pero de esta votación podrían sacarse algunas otras consecuencias, y a ello vamos. Así, a pelo, constatar que al PP le importan un celemín los venezolanos, que cualquier cosa les sirve para armar bulla y que para ellos no existen cuestiones de Estado ni políticas responsables, que hemos venido a este mundo para demostrar que pertenecemos, orgullosamente, a la especie de aves carroñeras autóctonas, tal que el alimoche, el cuervo, el milano negro o la grajilla. Al PNV, tan pagados de su seriedad, el Ojo les mandará después un cariñoso recuerdo.
    ¿Qué más le da a este PP desnortado, perdida la brújula hace mucho tiempo, que el Gobierno siga, de manera responsable, que para eso es un Gobierno cabal y cumplidor, en su posición de exigir las actas a Maduro antes de arriesgados reconocimientos, tal y como mantienen la Comisión Europea, Naciones Unidas y la mayoría de observadores internacionales? Para Génova y sus numerosos medios de cámara, tan brutales, se trata de minucias de tramposos, cosas de rojos que siempre encuentran una disculpa para sus muchos pecados. Pero estos brindis al sol – la moción no vale absolutamente para nada- les sirven en su sucia guerra de desgaste emprendida contra el gobierno de Sánchez. ¿Tampoco reconocen el asilo a Edmundo González? Tampoco: un bochornoso acuerdo entre truhanes, dicen, con Zapatero en el lugar más expuesto para el pimpampum de los canallas que nada demuestran pero que nunca cejan en sus burdas insidias. De cabeza contra la pared. Hagan lo que hagan, da igual, que para ellos no existen verdades ni razones.  
    Porque todos sabemos, como Trump, que los haitianos se comen los gatos de los pobres habitantes de Ohio, qué lindo era Pucky, pero llegó un negro sarnoso desde Puerto Príncipe y se lo comió a bocados. A Díaz Ayuso no la asustan los haitianos, o no nos consta, pero sí los catalanes. Porque esta semana nos ha venido a decir, criatura, que la burguesía del Eixample nos roba los churros de las verbenas madrileñas, tan castizas, para dárselos a los castellers para que estos salvajes puedan hacer sus ritos demoníacos. La reina del vermú no tiene llave de paso entre pelo y boca, y suelta lo que le han dicho que diga sin pensar en que se trata de una estupidez, una bajeza o un insulto. Es que soy espontánea, dice girando los ojitos como hacía Lina Morgan. Ayuso sólo sabe sobrevivir en el enfrentamiento, en la chulería, en el barro de la maledicencia. ¿Qué es, sino una patochada provocadora, tan reída la gracia por Vox, la creación de un Centro de Atención Integral para hombres víctimas de violencia sexual? Lo peor es que su jefe de filas no se atreve a poner freno a tanto ridículo delirio, tan débil en su caparazón de dirigente inane. ¿De verdad quiere el PP seducir a Junts con esas bravuconadas más propias de Abascal? ¿Marca Génova la línea a seguir por el partido o lo hace la Puerta del Sol? Tellado o Miguel Ángel Rodríguez, qué bonito combate full-contact hasta primera sangre.  
    Así que con estos mimbres es con lo que los muy serios políticos del PNV, nosotros no estamos para frivolidades, al que sonría no sale en la foto, han querido lanzar un pellizco de monja al Gobierno, recuerden mis cinco votos. Feo, muy feo, que con las cosas de comer no se juega, y nunca creímos que estaban en el recio norte dispuestos a entrar en la categoría de chisgarabís para demostrar no se sabe qué cosa. ¿Tradicional apoyo a los venezolanos? Ya, pero eso no obligaba a votar esa declaración condenada al cesto de los papeles. Déjense de pillerías de Lazarillo, que las relaciones internacionales aguantan mal los chascarrillos. Tenemos ahora el gran lío de los dos detenidos en Venezuela, ambos de Bilbao. Esperemos acontecimientos, que la broma puede complicarse. 
    Pretenden desde las alturas de la discusión que nos interesemos hasta quemarnos las cejas en el apasionante jeroglífico de las balanzas fiscales. La financiación autonómica es, ha sido y será un gran problema en un estado casi federal como el nuestro, pero nada ayuda la demagogia culposa de la derecha, pidiendo dinero a papá Estado para regalárselo a los más ricos del lugar. Como hace Díaz Ayuso y todo el mundo lo tiene más claro que el agua, incluidos sus propios conmilitones de partido, también sufridores de estos desmanes. Claro que hay que entrar a explicar muy bien en qué va a consistir ese reparto entre autonomías, sabida la algarabía creada por los pactos del Gobierno con Esquerra y la llamada financiación singular. Pero nunca, jamás, deberían los políticos olvidar dónde se juegan los cuartos. No se puede abandonar la alta política, claro está, pero tampoco la de andar por casa. 
    Porque mientras estas cosas suceden entre los señoritos, las gentes del común tienen otras preocupaciones más pedestres, que si la educación que si la sanidad que si la vivienda. O la ayuda a la dependencia que no llega o todavía no tenemos los papeles para demostrar que somos más pobres que las ratas aunque los pedimos hace meses. No es de recibo que los ciudadanos tengan la sensación de que la Administración, ese ser descomunal, no cumple su función y que el Gobierno no sabe cómo solucionarlo. Ahí tienen los socialistas –y Sumar- un trabajo ingente que hacer y millones de votos que ganar. Hay un ministro nuevo para la Función Pública, y Óscar López, además de sumarse jaranero a los ministros malencarados, Puente es el rey, podría demostrarnos que ha llegado al cargo para lograr que la Administración funcione. Y ya puestos, que insista a sus compañeros de gabinete para lograr que los trenes funcionen o que se dicten medidas eficaces para frenar el desmadre de los alquileres. Sánchez, por cierto, ha anunciado que hoy mismo nos será explicado a los ciudadanos el llamado plan de regeneración democrática. Vayan atándose los machos, que las avalanchas de improperios se van a amontonar en ingentes masas de insidias y grandes lamentos apocalípticos ante la dictadura que se nos viene encima. Ahogaditos en detritus nos vamos a quedar.  
    ¿Qué pasaría en un debate entre Sánchez, Feijóo, Abascal y Díaz, dejémoslo ahí, si sólo se hablara de esas cosas de comer? Propuestas de soluciones y políticas concretas. Así acabaríamos con este problema y así con este otro. Hablarían de alquileres, de inquilinos, de caseros, de constructoras y de permisos de los ayuntamientos. De número de médicos en los centros sanitarios, de listas de espera, de dineros que se ahorran en la pública y por qué la derecha llena los bolsillos de la privada. De cuántos maestros y profesores hacen falta, cuántos tenemos y cuánto cobran. De ratio alumnos por clase, aquí o en Alemania. Del precio del aceite y de los libros de texto. Hablaríamos de cosas que todos entenderían, tanto si ven El Hormiguero o La Revuelta. ¿De verdad quieren los políticos que la ciudadanía se interese por la gobernabilidad, que salga de su apatía, que los vecinos de pueblos y ciudades se abalancen a las urnas a depositar un voto a favor de uno u otra? Pues prueben entonces a decir Pepita, sé lo que vale el pollo, Juanito esto te cuesta la luz. “Bajá la bola al pasto, ché”, que decía Di Stéfano.

    Sí, por supuesto que nos interesa Gaza, qué horror, Ucrania o el cambio climático. Pero estamos seguros de que podemos mascar chicle y andar al mismo tiempo. 
    Adenda: Ryan Wesley Routh es un tipo blanco de 58 años que se paseaba por el bonito campo de golf de Palm Beach en Florida con un rifle AK-47 como si fuera la mochililla para llevar el bocata. El susodicho Kaláshnikov pesa en torno a cuatro kilos, mide 87 centímetros, 41,5 de cañón, tiene una frecuencia de tiro de 575 a 600 disparos por minuto y un alcance máximo de 650 metros. El amigo Routh, un tipo curioso, envuelto en la bandera de las barras y las estrellas y obsesionado con Ucrania, dicen las crónicas, lleva a la chepa más de cien antecedentes penales. Pero ahí le tienen, luciendo un rifle automático por los verdes y ricos campos de 18 hoyos. A estos personajes, y a otros miles como él, es a los que Donald Trump quiere permitir que se puedan armar como les dé la gana, que la libertad para este personaje de película de terror es que cualquier atarantado pueda disparar a placer en colegios o supermercados. Elijan al peor; ¿Routh o Trump?


    https://www.eldiario.es/blog/el-ojo-izquierdo/grita-feijoo-luego-llega-ayuso-dobla-apuesta_132_11657500.html

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