Es una película basada en la obra del escritor galego Fenández Flores. En ella Xan de Malvís es un labrador que cansado de las pocas ganancias que da el campo se convierte en ladrón bajo el apodo de Fendetestas.
Un día Fendetestas observa una mosca que se topa con un cristal de la ventana y, olvidado el trastazo, casi instantáneamente vuelve a darse otro contra el mismo cristal y así, sin recordar ni siquiera si ella es la que se ha dado el golpe o es otra la que lo ha sufrido, vuelve a la carga indefinidamente.
Las moscas carecen por completo de memoria, hasta el punto de olvidar su propia identidad.
Las nuevas generaciones cada vez se parecen más a las moscas. Su cabeza no retiene nada que no sea inmediato. Son incapaces de pensar más allá de lo que se les presenta actualmente. Hoy las nuevas tecnologías, las pantallas de los teléfonos, y otros trastos, han logrado sustituir la facultad humana de la memoria por la memoria de esos aparatos. Estos jóvenes, y otros bobos no tan jóvenes pero nostalgiosos de la utopía marxista, se conforman con consumir las palabras de cualquiera, con tal que queden plasmadas en twitter o en algún otro medio. Así se explica el olvido del horror y las atrocidades que ha provocado el comunismo al mundo entero.