Brutaka y Dientemellado, del clan de la cueva del Norte, andaban por el bosque buscando pequeños animales que cazar como ardillas, mofetas y hamsters cuando vieron un resplandor en la lejanía. Con rapidez se dirigieron a investigar el suceso. Unas llamas habían prendido en unos matorrales y se extendían.
- Jkñlopknmkl kihuj fdukugo-dijo Brutanka, en su lenguaje significaba "¿pero qué es eso, tío?, a partir de ahora traduciré sus palabras para que los podamos entender y no estar tecleando palabras al tun tun.
-Eres un cabeza hueca. Es fuego, ya lo hemos inventado ¿Lo recuerdas?- dijo Dientemellado.
-Ahhhh- dijo Brutanka y abrió la boca asombrado y digiriendo la información-. Pero,un momento, ¿lo hemos inventado nosotros?
-Sí.
-¿Y entonces quién ha prendido el fuego?
-A ver, me he expresado malamente, no es que lo hayamos inventado, el fuego estaba antes. Lo que hemos conseguido es hacer fuego. No significa que alguien lo haya prendido intencionadamente aquí.
-Ahh, pos vale ¿Hueles eso?-preguntó Brutanka moviendo la nariz- Es raro el humo.
Los dos asintieron con la cabeza, su olor no se parecía al que acostumbraban cuando formaban sus hogueras con leña y hierbas secas. Se acercaron a las hierbas ardientes y comenzaron a sentirse bien sin motivo aparente, era una sensación fascinante.
-Como mola, jajijajai-dijo Brutanka riéndose tontamente.
Creo que un par de horas después se despertaron tras haber hecho chorradas incontables.
-Tío, deja de abrazarme o te meto con el garrote-dijo Dientemellado al advertir que estaban abrazados cariñosamente y desnudos.
Mierda- dijo Brutanka y se levantó como accionado por un resorte.
Se hicieron los despistados, como si nunca hubiese ocurrido y se dedicaron a algo productivo, como buscar sus taparrabos. Cuando los localizaron se los pusieron pero claro, tenían que explicarse lo que había sucedido y divagaron comentando lo que habían visto mientras alucinaban con el humo y buscando el origen.
-Pa mí que es la hierba esa que nos puso malitos-dijo Brutanka.
-Es posible, cabezón. No la había visto antes- dijo Dientemellado.
-Aunque me ponga malito y raro tenía algo especial, ¿no crees?
-No estás equivocado. Me siento mejor, colega ¿Y si nos las llevamos a la cueva y se lo preguntamos al chamán? Aquí no tenemos conque meterle fuego. Y vayamos a beber agua, joder.
Recogieron la hierba, en el arroyo se quitaron la sensación a boca seca y a la cueva que se fueron, el chamán la prendió y se quedaron colocados.
-La voy a llamar droja- dijo el chamán al pasarse los efectos, que era el que se ocupaba de nombrar los inventos y descubrimientos.
-¿Tú crees? Droja suena poco serio- dijo Dientemellado-. ¿Droga?
-Deja que lo piense. Uhmm, es posible. Ahora recogedme más hierba de esta clase, me ayudó a viajar al mundo de los espíritus y vi a mi totem descendiendo del cielo, el pájaro de cola roja que hace "ringggringg" y "lorito, lorito". Pero traedemela sólo para mí , puede ser peligrosa. Manitú puede enfadarse y haceros que se os caiga la picha a cachos.
- ¿Pero qué dices, chamán?-protestó Brutanka.
-Que vayas ya, cabezón- dijo el chamán arreándole con el cayado ceremonial.
Y así sucedió, el chamán se reservó la hierba y empezó a hablar de que Manitú era un Dios que vive en el cielo y al enterarse que los Neardenathales traficaban con la hierba y competían con su banda les aplastaron a todos la cabeza de la forma más prehistórica y Quentintarantinesca posible y los extinguieron. Lo del círculo que rueda y que permite transportar más hierba con menos esfuerzo es una historia a contar otro día.
FIN