Salva Ballesta ha vuelto a ser rechazado. Cuando todo apuntaba a que el técnico maño sería el sustituto de Claudio Barragán al frente del Cádiz, el colectivo de aficionados del conjunto andaluz, «brigadas amarillas» se puso en pie de guerra rechazando la contratación. «Esperamos que sea un bulo. No estamos para polémicas. Vizcaíno no queremos fascistas en nuestro banquillo». Con este mensaje en su cuenta de Twitter dejaron patente la negativa a que Ballesta ocupase un asiento en el banquillo.
Piloto de aviación civil e hijo de militar retirado, ahora en el paro tras desvincularse del filial del Málaga, ya fue rechazado una vez. Cuando todo parecía hecho para su contratación por el Celta, como segundo de a bordo de Abel Resino tras la destitución de Paco Herrera, la afición viguesa mostró su rechazo absoluto a la contratación. Al Celta no le quedaba otra que dar marcha atrás incluso con el propio técnico de camino a la ciudad olívica. Tras dar la media vuelta, el propio Ballesta afirmaba en una radio que «un grupo minoritario de aficionados no quiere que vaya allí por mi españolidad». Sus declaraciones destaparon la caja de los truenos y obligaron al presidente del Celta a salir a la palestra. Carlos Mouriño, justificaba en aquel entonces que no se había contratado al no considerarlo «adecuado», y expuso que se había descartado su incorporación por los informes sobre él, y no por su ideología