El origen de la banda terrorista ETA se remonta a 1952, cuando un grupo de jóvenes universitarios que consideraban anquilosado el nacionalismo del PNV se reunió en Bilbao
El origen de ETA y los primeros años
El origen de la banda terrorista ETA se remonta a 1952, cuando un grupo de jóvenes universitarios que consideraban anquilosado el nacionalismo del PNV se reunió en Bilbao. El partido, temeroso del riesgo que supondría la creación de un grupo al margen de su doctrina, los integró en sus filas, pero las relaciones siguieron tensándose hasta que en julio de 1959 llegó la definitiva escisión. Acababa de nacer Euskadi ta Askatasuna (Euskadi y Libertad).
En 1964, en su III Asamblea, ETA se planteó el empleo de la lucha armada y un año después aprobó la creación del frente militar. Su primera víctima mortal llegaría el 7 junio de 1968, cuando dos etarras acabaron con la vida del guardia civil José Antonio Pardines. Pocos días después, el 2 de agosto, era asesinado el comisario Melitón Manzanas en el que se puede considerar como primer atentado planeado y ejecutado por ETA.
La reacción policial no se hizo esperar y el 9 de abril de 1969 era desarticulada en Bilbao la cúpula de la banda terrorista. Acusados de urdir el asesinato de Melitón Manzanas en el conocido como ‘Proceso de Burgos’, un Consejo de Guerra celebrado en 1970 que despertó la indignación entre los juristas democráticos por tratarse de una auténtica farsa en la que se pedía pena de muerte. Finalmente fueron indultados y condenados a largas penas de cárcel.
La etapa del franquismo se cerró con dos acciones de gran impacto. El primero ocurrió el 20 diciembre de 1973, cuando murió asesinado el almirante Luis Carrero Blanco en un espectacular atentado. El segundo, acaecido el 13 septiembre de 1974, tuvo lugar en la cafetería Rolando de Madrid. Trece muertos y 84 heridos fueron las víctimas del primer atentado indiscriminado de ETA. Desconcertados, los terroristas atribuyeron el atentado a las ‘bandas fascistas’. Sus consecuencias se dejaron sentir en el seno de la banda: en octubre de 1974 se produjo la escisión entre los ‘milis’, minoritarios, y los ‘polimilis’, mayoritarios, que apostaban por la violencia selectiva.
La llegada de la democracia
La primera acción etarra tras la muerte de Franco fue el secuestro el 13 de enero de 1976 del empresario José Luis Arrasate. El 7 de abril de ese mismo año, ETA dio un paso más con el asesinato del primer empresario, Ángel Berazadi, cuyo cuerpo fue hallado en la carretera de Elgoibar a Azkoitia.
La Ley de Amnistía de aquel año no logró distender la situación y las acciones terroristas se multiplicaron desde 1977 contra funcionarios del Estado, policías y militares. Especialmente llamativa fue la oposición de la banda a la central nuclear de Lemoiz. Su protesta se manifestó con el asesinato de los obreros Alberto Negro Piguera y Andrés Guerra Pereda en marzo de 1978 y el secuestro en febrero de 1981 del ingeniero José María Ryan.
En esta etapa fue importante la creación de ‘Egin’, el órgano de comunicación de la banda, y la emisora de radio ‘Egin Irratia’, además de varias publicaciones sectoriales y locales. En la década siguiente, la Audiencia Nacional decretaría su cierre por su vinculación a la banda terrorista. También años más tarde, el jefe del equipo de investigación del periódico, Pepe Rei, sería juzgado bajo la acusación de haber entregado a ETA informes sobre diversas empresas que luego fueron objeto de atentados y extorsiones.
La mayor actividad terrorista se dio entre los años 1978 y 1980, período de tiempo durante el que fueron asesinados 234 personas, siendo el año 1980 el de mayor número de asesinados con 92.
La etapa socialista
Los primeros años de Gobierno socialista figuran entre los más oscuros de la historia etarra. Atentados como los de Hipercor o el de la casa cuartel de Zaragoza sumaron decenas de víctimas como consecuencia del terror indiscriminado acordado por la dirección etarra. La herida abierta en el seno de la banda desde 1974 se reabrió y culminó con la renuncia de los ‘poli-milis’ a las armas en la VII Asamblea de ETA, celebrada en Biarritz el 30 de septiembre de 1982. El asesinato de ‘Yoyes’ en 1986 dejó bien claro que la línea dura no estaba dispuesta a admitir la disidencia.
Durante esta etapa comenzaron a ganar relevancia las acciones del Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL), el exponente más claro de la guerra sucia contra el terrorismo, que entre 1974 y 1989 se cobró 60 muertos en el entorno de ETA. Fue esta actividad antiterrorista al margen de la ley la que entorpeció la colaboración con las autoridades francesas y dio alas a ETA en su estrategia de extensión del terror.
Los ‘años de plomo’ concluyeron con el primer ofrecimiento de una tregua por parte de la banda terrorista. Sucedió en enero de 1988 y ofrecía un plazo de 60 días para reanudar las negociaciones entabladas hacía más de un año antes en Argel. Tras un año de conversaciones, ETA anunció el fin del alto el fuego el 4 de abril de 1989.
Uno de los golpes más duros para la banda en esta etapa se produjo el 29 marzo de 1992, cuando fue desarticulada la dirección de ETA en la localidad francesa de Bidart. Esta actuación policial provocó una gran crisis en el seno de la organización y fue importante también porque tuvo lugar en el año en que el país acogía los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal.
Esta etapa se cerró con el atentado frustrado contra José María Aznar el 19 de abril de 1995, que logró salvar la vida gracias al blindaje del coche en que viajaba.
El Gobierno del PP
Durante el gobierno del Partido Popular tuvo lugar una intensa persecución policial y judicial contra ETA y su entorno y también la tregua más extensa de todas las declaradas por la banda (entre el 18 de septiembre de 1998 y el 3 de diciembre de 1999). La suspensión de las acciones terroristas llegó tras el acuerdo secreto de ETA con el PNV y EA, extendido al resto de fuerzas nacionalistas en el Pacto de Lizarra. También en estos años, enviados de Aznar entablaron contactos que no llegaron a fructificar con interlocutores de la organización terrorista.
En el capítulo judicial, la actividad fue igualmente intensa. El Tribunal Supremo encarceló en 1997 a los miembros de la Mesa Nacional de HB. En 1998, el juez Garzón decretó el cierre del diario 'Egin' por considerarlo una vía de financiación terrorista. Temiendo la ilegalización, HB intentó eludir acciones penales adoptando, en 1999, las siglas EH, Euskal Herritarrok, convertidas en Batasuna en 2001.
La gran movilización contra las acciones de la banda otra característica de estos años. La primera manifestación de este hartazgo tuvo lugar con el asesinato de catedrático de Derecho y ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. Las manos blancas se convierten en el símbolo de aquellos días.
Julio de 1997 fue probablemente el año en que la sociedad mostró de forma más clara su rechazo a ETA. El día 1 fueron liberados el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y el empresario Cosme Delclaux. La imagen del primero, extremadamente delgado y con una larga barba tras 532 días de cautiverio, tuvo una gran repercusión. Sin embargo, el gran aldabonazo se produjo sólo diez días después con el secuestro y posterior ejecución del concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua, Miguel Ángel Blanco. Las multitudinarias manifestaciones de repulsa dieron lugar al llamado ‘espíritu de Ermua’
Tras un periodo de tregua de más de un año entre 1998 y 1999, el 8 de diciembre de 2000, PP y PSOE suscribieron el Pacto Antiterrorista, la respuesta no nacionalista al Pacto de Lizarra. Ambos partidos renunciaron a cualquier acuerdo unilateral con el nacionalismo vasco y se comprometen a pactar las medidas necesarias para desmantelar el entramado de ETA. Además, el pacto puso las bases para la reforma de la Ley de Partidos.
El atentado de la T-4 y la presión policial
Con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno, ETA puso punto y final de facto a la tregua con el atentado del 30 de diciembre de 2006 en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas. Dos inmigrantes ecuatorianos fallecieron. Desde entonces, la banda terrorista ha perpetrado varios asesinatos como los de dos guardias civiles en Capbreton en diciembre de 2007, el de Eduardo Puelles en junio de 2009, los dos guardias civiles en Mallorca un mes después y, el último, el de un gendarme en marzo de 2010.
Los medios de comunicación también han estado en el objetivo de la banda durante este tiempo. La rotativa de EL CORREO fue atacada el 8 de junio de 2008 y la sede de EITB en Bilbao sufrió importantes desperfectos el 31 de diciembre del mismo año.
En esta última etapa, la cooperación policial con Francia ha dado importantes frutos. Desde 2008 han caído las sucesivas cúpulas político-militares de la banda: Javier López Peña, ‘Thierry’; Garikoitz Azpiazu, ‘Txeroki’; Aitzol Iriondo; Jurdan Martitegi; Aitor Elizaran; Ibon Gogeasketxea, y Mikel Carrera Sarobe.
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