[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]El grito de los catalanes libres de nacionalismo a Madrid: “¡Únanse de una vez!”on DOMINGO, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • ( 2 ) Esto es lo que hay que hacer, señores del Congreso.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Como parece que en el Madrid político no se enteran (“tranquilos, ya ha bajado el suflé”) y siguen con el reflejo de la Transición (PP odia a PSOE, PSOE odia a PP, el partido antes que España, prefiero pactar con nacionalistas que con mi rival nacional) Josep Ramon Bosch, José Rosiñol i Ferran Brunetfirmen avui un article memorable a l’ABC. Diagnostican y proponen soluciones, que son literalmente las de Dolça Catalunya (gracias por la cita):
“El 11 de septiembre es la «diada», la fiesta oficial de la Comunidad Autónoma catalana. Debiera ser una celebración alegre, una fecha con la que todos los catalanes sin excepción pudiésemos sentirnos representados y cómodos, con una simbología inclusiva y plural, pero en los últimos años se ha convertido en el día álgido de exaltación rupturista y que deja en evidencia la división existente en la sociedad catalana. El 11S se conmemora la victoria en Barcelona de las fuerzas borbónicas en la guerra de sucesión a la Corona de España en el 1714. La conmemoración de una derrota no es el motivo óptimo para una fiesta oficial, alienta el odio y el renco, se falsea el pasado común histórico reviviendo una fantasía anacrónica, y desde 2010 la festividad ha sido manipulada por los partidarios de la secesión de Cataluña del resto de España, promocionando desde las instituciones públicas manifestaciones, concentraciones y todo tipo de performances separatistas. (…)
En la agenda política española el problema del nacionalismo separatista catalán debería ocupar un lugar clave. (…) En virtud del desconocimiento y la contemporización de los gobiernos de España, el precio a pagar por la resolución del desafío separatista al Estado de derecho español, a la democracia y a España ha ido creciendo. Ahora ya sufren las cuadernas de la entera democracia española. La convivencia entre los españoles, de modo sobresaliente en Cataluña, soporta una tensión elevada. La vulneración de los derechos de los catalanes, y por extensión de los españoles, no tiene justificación. Éste es un déficit de la democracia española que afecta muy negativamente al presente y futuro de mucha gente, la más débil de Cataluña. (…)
Los partidos centrales de España ¿conocen el reto del nacionalista catalán y las nefastas consecuencias a las que nos conduce? ¿Por qué lo obvian, cuando, ineludiblemente, la democracia española deberá resolverlo? Por primera vez en la historia de nuestra ya no tan joven democracia, los resultados del 20D y, sobre todo del 26J, se abrió la ventana de oportunidad de conformar un gobierno de Gran Coalición que enfrentase los desafíos de nuestro país, empezando por el desafío separatista catalán, un momento de cambiar las dinámicas y lógicas heredadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado y profundizar en la cultura del pacto, del consenso y de la responsabilidad. No fue así. El sistema político español no tuvo la altura de miras y la generosidad suficiente para esto, aparentemente enredado en peligrosos personalismos y cortoplacismos electoralistas. Lamentablemente, el tiempo juega en contra de los intereses del bien común y del proyecto común, la ventana de oportunidad es cada vez más estrecha, y parece que dejarán que se cierre si reaccionar, posponiendo en el tiempo un problema enquistado y que necesita una acción inequívocamente unitaria para solucionarlo.
Dejada a su libre albedrío, la agenda política catalana –fijémonos, una agenda diferente, separada y desconectada de la agenda política común española– encara propuestas surrealistas. El lector pondrá las comillas: desfile, muchas performances en el extranjero -para quebrar la imagen de España-, desconexión, estructuras de Estado, ley de transición entre la legalidad española y la legalidad catalana y para imponer ésta a los catalanes, para legitimar un juego de hechos consumados, un golpe de Estado sustentado en una minoría social y liderado por la élite nacionalista, activar un proceso constituyente, constitución de la república catalana, declaración unilateral de independencia, referéndum unilateral de independencia… (…)
¿Qué hacer? Este fenómeno genialísimo del constitucionalismo catalán que es «dolcacatalunya.com» lo expresa así:
«¿Qué hay que hacer hoy? Unirse en Madrid.PP+PSOE+C’s suman 254 diputados en el Congreso, el 69% de los votos y el 73% de los escaños. Mayoría sideral para superar el nacionalismo y construir una España en paz y convivencia. Estos partidos deben pactar las “Bases de Convivencia”, unos breves puntos que acuerden unidad de acción frente al plan separatista y se dispongan a superarlo.
Cumplir la ley en Cataluña. Inhabilitar y multar a los funcionarios públicos que han incumplido las leyes.
¿Qué hay que hacer pasado mañana? Crear. Superar el nacionalismo y la morfina de las ideologías, darnos cuenta de nuestras capacidades y talentos, perder los complejos, desembozar nuestras fuentes creativas, ganar seguridad y confianza, recobrar la empresa común, vigorizar las entretelas del alma y lanzarnos sin miedo a solucionar los problemas del mundo, que son los nuestros, con iniciativa y creatividad».
Desgraciadamente la sensación generalizada en Cataluña, es que los catalanes libres de nacionalismo estamos abandonados por el Estado, y que el desafío separatista sólo puede solventarse con un gobierno de Gran Coalición o, como mínimo, de un gran acuerdo de todos los partidos constitucionalistas. No hay soluciones mágicas al proceso rupturista, pero desde un gobierno estable y transversal debe ponerse en marcha un plan de inteligencia emocional que revierta la situación de secuestro propagandístico que sufrimos los catalanes desde hace décadas”.
No parece difícil ¿verdad? Pues lo es, porque exige posponer los intereses particulares y emprender la verdadera regeneración de España con acciones muy claras:
- Cambiar el PSC, ya sustituido por ERC, y crear un PSOE en Cataluña antes de que el Partit Suïcida de Catalunya se descerraje el tiro definitivo.
- Cambiar el PPC, probando en Cataluña el cambio que debe producirse en el partido en toda España.
- Alentar un partido catalanista moderado en Cataluña tras la extinción de CDC. Es quizás la misión de los restos de Unió.
- Reenfocar la prioridad de C’s en Cataluña, barrio a barrio, puerta a puerta.
- Cambiar a Rajoy y a la cúpula del PP. En 4 años de mayoría absoluta no han afrontado el mayor problema de España.
- Cambiar a Sánchez y a la cúpula del PSOE. Son mediocres y no han entendido el mayor problema de España.
- Cambiar la ley electoral. Ha facilitado el chantaje nacionalista durante décadas y entorpece ahora la formación de gobierno.
- Cambiar la ley catalana de subvenciones a los medios de comunicación. No money, no honey. Basta de llepasubvens y lavado público de cerebro.
- Cambiar la ley de Educación para ofrecer escuelas libres de nacionalismo. Aplicar a fondo eldretadecidir de los padres en la educación de sus hijos.
Sres. de Madrid: la portería está vacía y sólo necesitamos que alguien chute. Si no se mueven marcarán ellos, los que quieren deshacer España en la división, el populismo y el odio. Llevan uds. muchos años paralizados; dejen paso a la cantera, al banquillo. No están uds. a la altura.Por cierto Majestad, ¿tendríais la gentileza de informarnos de vuestras gestiones para lograr la unidad de los españoles?
Dolça i paralitzada Espanya…